48. UN DONANTE ANÓNIMO

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Lucciano luego de ver el vídeo de Luggina y Miguel Ángel, sin pérdida de tiempo viajó a Francia.
Montó un operativo de investigación secreta hasta que por fin dio con ellos.
Investigó hasta que encontró donde tenían su pequeña residencia, vio salir muy temprano a Luggina y despedirse de los tres pequeños.

" Formaste una familia con el, y no te importó nada más"

— ¿Por qué tenían que hacerse  pasar por muertos? No lo entiendo.

Vio a Miguel Ángel salir de casa con Pía y los niños al parque.

"Esa mujer. ¿Donde la vi antes?"

Y salió tras el carro que cogió Luggina para irse, la vio bajarse del Uber y caminar al interior del hospital.
Luggina fue con el galeno y le realizó los exámenes y los resultados estaban media hora después.
— La felicito señora Larusso, está nuevamente embarazada.
Luggina no podía de la felicidad, eran sentimientos encontrados los que tenía, jamás pensó tener otro hijo de Lucciano, y ahora está ahí, solo pensó en que la espera llegara pronto a su fin para poder ver a su pequeña Lui, sana.
Llamó a Miguel Ángel y en menos de lo que pensó ya estaba ahí dando vueltas de felicidad, mientras eran observados por alguien que tenía el corazón roto en mil pedazos.
— Miguel Ángel, ya no necesitamos a Lucciano, el puede seguir con su vida a lado de esa mujer, yo no voy interferir en su existencia, solo quería un hijo y ya lo tengo, estoy embarazada nueva mente.
— Que felicidad, mi pequita se salvará.
— Sii, todo será como antes.
— Peque, demasiado tarde para esa petición tuya, mi Prince, los pecos empiezan a preguntar.
— No Miguel Ángel.. — Sus palabras fueron interrumpidas.
— Le prometiste a los pecos que los llevarías con su padre. Deja que mi pequita lo conozca, por favor, sé madre, deja de ser mujer y cumple tus promesas como madre.
— Eso lo veremos después ahora estoy feliz de mi embarazo, vamos a casa.
Miguel Ángel y Luggina salieron del hospital para ir a casa pero ya el destino estaba en su contra.
Sin darse cuenta de que eran vigilados por Lucciano, salieron del hospital.
— Mi Prince, ahora tienes que cuidarte mucho, ese pequito que viene en camino es como un diamante para mí princesita.
El trayecto fue entre conversas y risas, estaban felices pues dentro de algunos meses, llegaría esa personita tan deseada por todos.
Cuando llegaron a casa, los pecos salieron como soldado en filas a saludar a su madre y al tío Mig. Seguidos eran por Pía que llevaba en brazos a Luiginna, con su cabeza adornada por un gorro de vaquitas, y el sor conejo.

— Mis amores, les tengo una maravillosa sorpresa. — Expresó con alegría Luggina.
— Dinos mami. ¿Ya voy a conocer a papi?
A Luggina se le estrujó el corazón al escuchar los deseos de su hija.
— NoLui, no queremos un papá, a mamá le trae muy malos recuerdos y no queremos que ella sufra. ¿Verdad?- Expresó Eitan Lucciano
— Tranquilo mis amores les prometí que conocerían a su padre y así será, pronto él vendrá a verlos.
Manifestó Luggina mirando a Miguel Ángel.
Lucciano los miraba desde su auto, apretaba el volante tan fuerte que sus nudillos se tornaron blancos y apretó tanto sus dientes que dolieron.
Cerró los ojos tan fuerte, no podía creer verla tan feliz y con cuatro hijos.

" Mi bruja, mi brujis estás viva. No tienes idea de cuánto le pedí al cielo por este milagro, que estés bien en algún lugar del mundo, y juré que no me importaría que estés con Miguel Ángel, pero que estés bien, y el universo me escuchó, estás con vida y con una familia formada con él.
Pero te juro que no entiendo por qué te fuiste, por qué causaste tanto dolor, porqué nos hiciste creer a todos que estabas muerta, que habían muerto los dos.
"Si se amaban yo hubiera entendido.
"Te hubiera dejado libre."
Lucciano se cuestionó mentalmente.
Los vio entrar a su residencia y se fue del lugar.

Manejó sin saber a dónde ir, ver a Luggina después de casi seis años de creerla muerta y con una familia a era demasiado para digerir.
Llegó a un bar, se sentó en la barra y empezó a beber sin medir cantidad ni tiempo
Eran las tres de la mañana y Lucciano fue arrastrado para ser llevado a la habitación del hotel más cercano.
Tirado en la cama dormido y llamando a su Brujita.

— ¿Por qué? Por qué me hiciste tanto daño bruja, me destrozaste el corazón.
Lucciano en medio de su desvarío se quedó profundamente dormido.

Eran las siete de la mañana, Lucciano se removió en su lado y un tibio cuerpo rozó el suyo.
Levantó la cabeza y miró, y de un solo salto salió de la cama.
— ¿Que carajos haces aquí? ¿Como me encontraste?
— Tu me llamaste Lucci, me dijiste donde fuera a verte y luego me pediste que me quedara contigo y pasó lo que siempre pasa entre un hombre y una mujer.
— Quiero que te vayas, y ya, no te quiero en mi vida.
Lucciano salió de la cama y se metió al baño, bajo la lluvia artificial los recuerdos de Luggina y sus hijos no salían de su mente.
" ¿Por qué bruja. Por qué así?"
Dayanara salió furiosa de la habitación del hotel.
— Me vas a pagar cada humillación, Lucciano, te lo juro y te las cobraré donde más te duele, desgraciado.
Lucciano salió del baño se cambió y nuevamente fue a mirar de lejos la residencia de Luggina y Miguel Ángel.
Los días pasaron y las visitas al hospital se hacían más frecuentes.
A Lucciano le llamó la atención ver siempre a Luggina días enteros en el hospital por las quimioterapias que le realizaban a la pequeña Lui.
Luggina y Miguel Ángel salieron del hospital cargando a Luiginna.
Lucciano los vio irse, bajó del auto y caminó al interior del hospital.
— Señorita, puede darme información del paciente Larusso.
— Señor, solamente a los familiares se les puede dar información sobre los pacientes.
— Soy hermano de Miguel Ángel Larusso.
— Bien señor Larusso, vamos con el médico tratante para que le explique.
Lucciano caminó en compañía de la chica de información, y pasaron al consultorio del galeno.
— Doctor, el señor dice ser hermano del Señor Larusso, y solicita información.
El médico lo hizo pasar haciendo señas de que se sentara.
— Bien señor Larusso, siendo usted familia de los señores pueda que........
El galeno explicó con detalles las condiciones de salud en las que se encontraba la pequeña Lui.
— ¿Un trasplante de médula ósea? ¿Con eso podrá salvarse la pequeña? — Interrogó Lucciano.
— Si señor, desea hacerse la prueba de compatibilidad. Pueda que con usted tengamos suerte, la niña lo necesita pronto faltan,  meses para que su hermana o hermano nazca.
Lucciano sin pérdida de tiempo fue al laboratorio para extraer las muestras.
— Doctor  quiero pedirle un favor. Y es que si resulta positivo no les revele mi identidad de donante.
— Como usted pida señor, y muchas gracias, no sabe cómo ha sufrido esa madre. Y la pequeña Lui tendrá una vida plena.
— Bien, me avisa cuando salgan los resultados.
Lucciano salió del hospital y un estrujó sintió en su pecho, era una sensación extraña que no podía explicar.
Volvió a casa subió a su habitación, y se tiró en la cama con la mirada al vacío.
— Te amo daddy, yo también te amo."
Recordando las promesas de amor que Luggina le hizo y ahora estaba en brazos de otro.
Sin darse cuenta fue cayendo en los brazos de Morfeo.
" Vio a Luggina que resurgió del lirio que lanzó al mar, la vio correr por la playa sin mirarlo, sonreía feliz al encuentro con Miguel Ángel, este la alzó dándole vueltas y cayendo al suelo, el beso que se daban era tan apasionado que dolía ver cómo respondía a cada caricia que Miguel Ángel daba bajo ese corto vestido. Subia por sus piernas apretando las, hasta llegar a sus pechos, los acarició, rasgó el vestido quedando expuesta a él, mientras Miguel Ángel besaba y bajaba por su cuello hasta llegar a sus pechos, los lamió, mordió sus pezones, y escuchaba como gemía Luggina del placer.
— ¡Aaaah! Miguel Ángel, me encantas, te amo.
Vio como Luggina se posiciona  sobre Miguel Ángel y lo cabalga, gimiendo tan fuerte su nombre. Lucciano. "

Lucciano se removía en la cama bañado en sudor por ese sueño que lo atormentaba, y un sonido de su celular lo trajo de vuelta.
Vio la pantalla y reflejaba en nombre del médico y atendió de inmediato.
— Dígame Doctor. ¿Tiene los resultados del examen?
— Sí, y es compatible con la pequeña Lui.
— ¿Cuando podemos proceder a la intervención?.
— Venga al hospital y le explico el procedimiento a seguir.
Lucciano se metió nueva mente a ducharse para salir al hospital.
Llegó tan pronto como pudo, fue al consultorio del galeno para escuchar lo que tendría que hacer.
— Doctor aquí estoy, dígame cuáles son los pasos a seguir para el trasplante lo más pronto posible.
El médico miró fijamente a los ojos de Lucciano y vio un brillo en ellos.
— Muy bien señor Larusso, usted tendrá que realizarse una  Biopsia de médula ósea,
Le explicó cada paso a realizar, y Lucciano se dispuso a realizarlos todos,  mientras el médico daba la noticia a los Larusso.
Luggina estaba acostada con Lui tratando de calmarla, pues las reacciones de la quimioterapia le dejaban muchos sin sabores, pera su corta edad. El celular  sonó y vio el nombre del médico y enseguida contestó.

— !Digame doctor!  ¿Que sucede?
— Tenemos un donante.
— ¿Un donante? ¿Y quien es?
— Lo siento mucho no poder decirles de quién se trata. Es una de las condiciones que puso.
Luggina colgó la llamada, estaba muy feliz, el tormento de la pequeña Luis pronto llegaría a su fin

Un amor sin máscara, mi Daddy (3er Libro De La Saga Cielo Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora