XXXVIII

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Al despertar al día siguiente, Sebastián había dejado lugar al nuevo Sebastián. Por tercera vez en escaso tiempo, había vuelto a cambiar. Todo lo sorprendía y le daba felicidad. Pensó en los bebés y los niños: "así debe ser como ven al mundo", se dijo. Con inocencia, fascinación y solamente aceptando las cosas como son, miraba nuevamente al mundo.

Ya casi recuperado del enorme esfuerzo del día anterior que había consumido casi totalmente sus energías, fue al encuentro de su maestro directamente, sin siquiera probar bocado para el desayuno.

Oscar se encontraba, como de costumbre, en su estudio escribiendo sobre unos papeles. Lo hacía con una lapicera de pluma color esmeralda que llamó la atención de Seb por su belleza.

–¿Qué he visto del otro lado, Oscar?

–Lo que tenías que ver –respondió minimizando la pregunta mientras seguía con su labor.

–Pero ¿qué significa?

–No lo sé y tampoco es importante para mí –contestó levantando su cabeza y mirándolo fijamente al muchacho–. Lo importante es lo que vuelve y eso solamente lo sabes tú. Las experiencias vividas allí, como de este lado, enriquecen únicamente a la persona que las vive. Una misma situación produce efectos diferentes en cada individuo que la presencie.

–Y la Otra Realidad... ¿se encuentra dentro de mi mente o es un lugar real?

–No lo sé y no conozco a nadie que lo sepa con seguridad. Posiblemente esté y no esté dentro de tu mente. Tu mente, quién sabe, podría ser una terminal que nos une a ella. A mí forma de ver, estamos todos conectados de alguna forma en este y en otros planos. Nosotros nos conectamos gracias a la acción de la Willka sobre nuestra consciencia, otros usarán otras sustancias o técnicas meditativas para hacerlo. Quizá, la mente es la barca que te lleva a la otra orilla.

–¿Dices que todos los hombres estamos conectados en el otro lado?

–No sólo en el otro lado y no sólo los seres humanos. Allí es un club social –río el chamán–. Algo nos une a todo: seres vivientes o no. Lamentablemente, para los seres humanos esta conexión es casi imperceptible –y luego de decir estas palabras se quedó en silencio por un momento–. Ahora que lo pienso... quizá tiene algo que ver con el "enlace" que tú hablas.

Seguidamente, el chamán tomó la hermosa lapicera y escribió algo en una libreta que sacó de un cajón del escritorio en donde se encontraba.

Después del paréntesis, siguió con la conversación.

–Sebastián, el "despertar" que has sentido ayer, no es otra cosa que haberte conectado a esta red universal. A los humanos nos falta un muy largo camino que recorrer. Nos creemos muy sabios, pero realmente somos niños del kindergarten.

–¿Y esas batallas que me has comentado? ¿No suenan muy infantiles?

–Veo que ese tema ocupa tu mente. Para nosotros, los humanos, no, pero seguramente para otros somos chicos revoltosos que deben educar con un tirón de oreja de vez en cuando.

–Siempre me hablas de "otros", ¿Quiénes son esos "otros"?

–Como ya sabes, porque lo has experimentado, la Otra Realidad no se parece en nada a esta. Verás y sentirás cosas inexplicables para alguien que no ha entrado. Ten paciencia que tú mismo lo experimentarás. Es todo parte del aprendizaje.

Sebastián, con sus ojos abiertos y una atención plena en las palabras de Oscar, se encontraba encantado. Era como vivir dentro de las historias de fantasía o ciencia ficción que lo habían cautivado toda su vida.

Entonces, cuando estaba a punto de formular otra pregunta, su maestro lo interrumpió, se paró y le dijo, tomándolo de los hombros y mirándolo a los ojos.

–Basta por hoy de preguntas, no vas a dejar nada para el asombro. Salgamos a caminar un poco. Hoy es un día hermoso y esta ciudad resultará nueva para ti o, más bien, este mundo.

Asintiendo con la cabeza y recogiendo su abrigo, Seb abrió la puerta hacia un planeta nuevo.

RENOVATIO - La realidad puede cambiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora