El nuevo día era radiante y los cálidos rayos del sol penetraban los cristales biselados de las ventanas creando un sin fin de arcoíris.
Hacía un buen rato que maestro y alumno se encontraban reunidos en la sala de estar de la casona conversando.
–Salgamos a dar un paseo, el aire y el sol despejan la mente. Tanto encierro encierra las ideas –afirmó Oscar.
–Salgamos... ¿Algún lugar en concreto?
–No, con un banco de plaza bajo un frondoso árbol luego de una larga caminata es suficiente –sonrío–. ¿Hay algo mejor que sentarse debajo de unas de esas hermosas criaturas para pensar?
Luego de caminar por cerca de una hora, encontraron un lugar que a Oscar le pareció adecuado. Era una zona del parque alejada de los transeúntes y con un pequeño espacio de naturaleza que le daba una tranquilidad especial.
–Es aquí –señaló–. Ya siento la energía volviendo a mi cuerpo y aclarando mi mente –explicó el chamán mientras se acomodaba sobre un banco de madera y hierro fundido.
–Siempre vienes aquí, por lo que veo.
–No, es la primera vez que vengo.
–¿Y cómo sabes que aquí tu mente se aclara y tu cuerpo se llena de energía? –preguntó Seb con cara de extrañado mientras se sentaba y acomodaba su cabello despeinado por la brisa.
–Lo vi y sentí eso. Cada uno de nosotros tiene lugares así esparcidos por todos lados. También puede suceder que a sólo un metro tenga el efecto contrario, que me sienta cansado y confuso. Los animales hacen esto todo el tiempo, son unos buscadores natos de zonas de recarga. Observa a los gatos o perros la próxima vez, siempre buscan los mismos lugares para recostarse dentro de una casa.
–Yo no siento nada –decía el aprendiz mientras se movía como buscando algo.
–Depende de la afinidad energética de la persona con el lugar. Aunque desarrollaste todo tu potencial en la telepatía o enlace, como tú lo llamas, todavía te quedan muchas cosas por aprender. No todo se basa en lo mismo –dijo con una gran sonrisa y colocando las manos detrás de su cabeza mientras la levantaba hacia el sol.
–Me gusta que estés de buen humor. Seguro que tienes algo en mente para resolver nuestro problema.
–Es verdad, veo que ya me conoces... ¿Has oído hablar de portales?
–¿De madera o hierro? –bromeó Sebastián
–Valga la redundancia, de energía. En verdad todo es energía, pero esta es desconocida.
–Lo que conozco es lo que he visto y leído en novelas o películas de ciencia ficción, aparte de los videojuegos. Nada serio, por supuesto.
–Aunque no lo creas, algunas de esas historias de ficción son veraces y los autores han vivido lo que narran. Los portales existen –continuó Oscar–. El problema es que se presentan en cualquier parte y en cualquier momento, y solo por unos segundos. Son aleatorios en tiempo y lugar.
–¿Y cómo los han encontrado estas personas?
–Pura casualidad. Por eso no pueden volver a utilizarlo. Hasta donde yo sé, sólo un brujo de la baja Edad Media decía poder hacerlo. Pero nunca contó cómo. Quién sabe, era un engaño y solo quería renombre.
–No creo que esta sea la solución –interrumpió Seb dubitativo, sacándose el calzado para tener los pies desnudos y sentir el césped–. ¿Por qué no le pidió a cualquiera el favor de hacerlo a través de un portal? ¿De qué sirve mi habilidad de transportar cosas a través de las realidades? No entiendo.
–Es buena tu posición. Estamos con el barro hasta la cintura ¿No recuerdas ningún otro detalle de tus entradas anteriores? Quizá sea otra cosa ¿Este humano no te insinuó como hacer el transporte?
–No recuerdo otra cosa y tampoco me insinuó nada al res-pecto –respondió Sebastián mientras bajaba su cabeza apesadumbrado y acariciaba las hojas del césped con sus pies.
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RENOVATIO - La realidad puede cambiar
Fantasy¿Te atreverías a entrar a la "Otra Realidad" para cambiar al mundo? Acompaña a Seb en esta aventura épica en busca de la Semilla. Si la encuentra, el mundo no volverá a ser el mismo. Seres desconocidos, chamanes psicodélicos y realidades alternativa...