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–¿Qué es ese ruido qué haces? ¿Te encuentras bien? –preguntó Nosotros con cierta preocupación.

–Sabía que estaban en O y no quería interrumpirlos –respondió Ella con un tono bonachón.

–Pero con ese ruido no solo nos has despertado, sino también preocupado. ¿O tu objetivo era otro?

–Ven, son muy complicados. Por supuesto que buscaba hablar con ustedes, pero haciendo el ruido me sentía menos culpable ¿Tenían que preguntar? Ahora me siento igualmente culpable –explicaba un poco enojada la madre.

–Vemos que la complicada eres tú, pero dejemos eso de lado ¿Para qué nos necesitabas?

–¿Cómo qué para qué? Ya lo saben. ¿Qué han averiguado sobre la ayuda que nos pidió el humano?

–Lo hemos visto en O. No pudo transportar nada hacia ese lado.

–¡Maldición! ¡Está todo a nuestro alcance, estamos cerca de concluir toda la empresa, pero solo por este detalle no podemos avanzar!

Entonces, se sintió un fuerte temblor que hizo caer algunas rocas estruendosamente en la profunda cueva submarina.

–¿Qué fue eso? ¿Otra vez la madre tierra? –exclamó el clan.

–No, cuando estoy enojada hago tronar algunas rocas. Ya sabes que tengo mal humor.

–Es verdad. ¿Cuándo te unirás a Nosotros en nuestro trance? Puede ser que te ayude con tu temperamento.

–Ya me lo has propuesto, pero no me da la gana, solo eso. Me gusta que mi mente esté dentro de mi cuerpo. No volando por ahí, quién sabe por dónde.

–Sabemos que no te gusta lo inesperado y la audacia, y menos correr algún riesgo.

–Gracias a eso he sobrevivido millones de eras –aseveró soberbiamente–. Volviendo al tema que nos compete, ¿cómo ayudaremos al muchacho?

–Ya lo hemos averiguado –contestó el clan despreocupadamente, como si el tema no remitiera interés.

–¿Es una broma? ¿Por qué no me lo has dicho?

–Lo íbamos a hacer, pero tú interrumpes todo el tiempo preguntando y enojándote. Sabes que eso no lleva a nada y....

–¡Cuéntame, por favor! –gritó encolerizada, interrumpiendo la disertación de sus creaciones–. ¡No me hagas enojar más de la cuenta!

–Tranquila, concéntrate en tu centro...

Un fuerte temblor de mayor magnitud se sintió nuevamente en las profundidades.

–¡Empieza a contar! –gritó enfurecida.

–Hasta que no te tranquilices, no continuaremos. Es por tu bien. Lo sabes.

Los seres vivos que rodeaban a la madre se dispersaron rápidamente. Parecía que la mole acuática iba a estallar. Hasta su color cambió repentinamente, mientras el aumento de su tamaño producía aludes de todo tipo de rocas y piedras.

Pero al cabo de unos segundos, tanto el tamaño como la coloración volvieron a la normalidad y en el éter se escuchó:

–Hay pocas cosas que me enojen tanto cómo ustedes. ¿Ven? Ya estoy tranquila, continúen.

–Gracias, bienvenida de nuevo.

–Vaamooooos...

–Nos hemos comunicado con cientos de entes que viven en O. Nadie sabe cómo hacerlo. ¿Todos nos preguntaban para qué? No le ven sentido. Los únicos que han pasado son los Torturadores, aunque es imposible entablar una comunicación con ellos. Sin embargo...

Aquí hicieron una interrupción que casi encoleriza a Ella nuevamente.

–Hemos visto cómo lo hacen y creemos poder hacerlo también.

–Apresúrate, por favor...

–Tranquila... Cuando se encuentran muy bajos de energía y necesitan alimentarse, su cuerpo, si lo podemos llamar así ya que es pura energía etérea, desprende un halo en su entorno que oficia de portal inter realidad. Este portal les permite venir a cazar aquí cuando no encuentran una presa en O. Finalmente, cuando su cuerpo recupera la energía, luego de alimentarse de la víctima, se introducen en el halo volviendo a O.

–¡Excelente! ¿Y cómo aprovecharemos eso? –preguntó entusiasmada.

–No sabemos –contestaron secamente.

Entonces, se escuchó unos de los temblores más fuertes en la oscuridad marítima.

RENOVATIO - La realidad puede cambiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora