"Todo estará bien"

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Todos somos malvados,
de una u otra forma ¿no?.

- Richard Ramirez.

Dinora.

Si me preguntarán ¿cómo estoy?, ¿cómo me siento?.  de seguro les respondería: como la mierda. incluso hasta más que eso en este momento lo único que quiero es desaparecer de la faz de la tierra.

Es que ¡Dios! si seguían inyectando esa sustancia en nuestros cuerpos, ya no tendríamos ninguna pizca de lo se puede llamar ser ó humanidad. Alrededor de todo el campo se encontraban más de cien uniformados hombres y mujeres viendo y detallando cada paso que dábamos.

Correr, agarrar, saltar, disparar, gritar y más. Quería hacer mas en este momento, pero la garganta no me daba para más y el cuerpo lo sentía tullido. Tanta fué la dosis que ya no siento mi cuerpo. es como si me hubiera transformado en una pequeña pluma. A veces sentimos una sensación de que el cuerpo se siente sólido muy aguado por no comer o por hacer algo de mucha adrenalina, así siento mi cuerpo.

—¡VAMOS PRINCESAS UNA HORA MAS!
—gritó el uniformado que estaba con un megáfono y sentado en la cabaña.

Yo no quería un hora más, mi cuerpo ya no quería dar para más. pero mi mente estaba activa para seguir y seguir hasta desfallecer. pero no fue posible continuar ya que sonó un timbre muy fuerte que sentí que me partía la cabeza, puse mis manos alrededor de ella y me jale el pelo desde el cuero y grité débil.

Todo me daba vueltas, me coloque en forma de feto, el sonido se hizo otra vez y yo solo quería que lo callaran ó que desconectaran esa maldita bocina.

—Apaguen ese aparato —susurré débil.

Pero ese maldito uniformado no paró hasta que vió que estábamos sangrando de nariz y oídos. Dieron carcajadas de burla hacia nosotras que nos veían de una forma horrorosa. Traté de mirar un poco y lo hice débilmente, pero quería grabarme los rostros de estos hijos de puta que nos estaban matando lentamente.

—Juro por mi vida que me las pagarán todos ustedes —susurré sosteniendo más mi cabeza adolorida.

Después de una hora sentí como me levantaban de los brazos y piernas. Con lo demasiado que me sentía drogada, mí mente creaba alucinaciones muy horrendas mientras me llevaban cargada.

—Wow —dije viendo el cielo— Porque no me dejan volar —miré al soldado que estaba agarrando mis brazos—  ó me quieren acompañar —reí como loca.

Después de eso sentí que me tiraron otra vez al piso duro y frío, débil con sangre en todos lados, la boca la sentía horrible llena de ese líquido carmesí.

Se escuchaban respiraciones agitadas en toda la habitación oscura, como pude abri los ojos y no vi nada solo oscuridad horrorosa.

«mejor descansa Dinora»

Y cerré nuevamente los ojos obligando a mi cuerpo a descansar tratando de controlar mis pensamientos suicidas, la mente si uno no la controla, ella hace cualquier cosa como si fuera una persona adentro de uno.

Si no controlas tu mente, la mente te controlará a su manera”.

Recordé las palabras de Márquez, una compañera que solo duró cinco años en la mansión. Ella era una chica risueña no era cualquier mujer que viene y te dice: ¡hola!
alegremente, era una mujer fuerte que aguantó toda la mierda que nos hacían allí. Nos encerraron juntas en ese lugar, yo la consideraba otra hermana.

OSCURA REALIDAD [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora