Rosas y Fuego.

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Maximiliano Karavello.

Mis padres siempre me educaron a ser una persona vengativa cuando otra persona no cumplió su parte del trato. Gracias a mis distintas personalidades que he mostrado a diferentes personas, he ganado aliados y enemigos. Cómo: la Dama Negra.

Tenía que probar la nueva Droga que estaba entrando a mi disposición. y quien más para disfrutarla, que yo, cogiendo con mi obsesión que está en esa habitación.

«Bueno, estaba».

No recuerdo que pasó después de que la amarré al tablero junto con Chloe, que a ella la dejé en la cama. Hice una línea de cada droga alucinógena encima de un mesita y lo inhale todo hasta sentir el sangrado de mi nariz. Después de eso solo metí mi pene en la vagina de Dinora y de allí ya no se que pasó.

—¿Dónde estás Dinora? —pregunto bajando los escalones que dan al sótano de la mansión. Se que ese es el único lugar donde se puede esconder porque las salidas están rodeadas con mis hombres y perros preparados para atacar.

El primer cuarto derecho está silencioso. solo las cuatro mujeres que estan encadenadas totalmente desnudas. además de eso no hay señal de Dinora. Paso mi mano derecha por mi cabello peinandolo hacia atrás, dando pasos lentos hacia el otro cuarto. Le doy un vistazo por la pequeña ventana de la puerta y nada, como siempre las otras niñas en el mismo estado que las primeras. Doy un suspiro muy pesado al empezar a enfadarme por no traer mi reloj pantalla para ver las cámaras. Ni Brian está conmigo para rastrearla.

«De acuerdo Max, Fuiste criado para rastrear».

El sótano es grande, oscuro, tenebroso y solitario donde se escuchan los quejidos de las mujeres encerradas en los cuartos. Me detengo al escuchar unos pasos a tan solo medio metro de mi lugar y sonrio de lado.

—Sal, Dinora —digo y gracias a dos ventanas grandes puestas solo en cada esquina que dan un poco de luz, como a 10%—. ¿Quieres jugar al gato y al ratón?.

No hay respuesta, solo se sigue escuchando ese pequeño sonido que quiero creer sea un pequeño ratón ó uno de mis perros comiéndose a alguien en particular. Respiro profundo y pongo mis manos detrás mia agarrándolas y volviendolas puño. Camino relajado en el pasillo oscuro solo guiandome por mis conocimientos de estudio que hice al comprar y reconstruir esta casa.

—¿Enserio harás esto Dinora? —me empiezo a frustrar de haber hallado solo unos ratones comiendo basura en un rincón donde provenía el ruido—. Terminemos lo que estábamos haciendo en la habitación y talvez podamos hacer las pases, ¿Si?.

Doy un giro al ver por mi vista periférica moverse una caja de madera enfrente del último cuarto. Voy hacia ella simulando estar relajado. La tiro de una patada hacia la derecha encontrándome con una de mis sirvientas llena de sangre y cortadas en su cuerpo. La estudio bien de cuerpo completo encontrando una nota amarrada en su cadera. Tomo el papel y lo desdoblo, apesta a sangre de la pobre mujer que solo dió su último suspiro quedando inerte en su lugar.

Regreso la vista al papel en mis manos y veo que está escrito con sangre en idioma italiano: Che belle linee, vero? . Hai giocato le tue carte, ora tocca a me. Spero che il mio regalo vi piaccia e che ancora manca”.

Arrugo el papel saliendo rápidamente del sótano yendo hacia los escalones regresando al primer nivel donde escucho varios gritos de mis hombres y mujeres. Subo rápidamente de dos en dos tirando la puerta de una sola patada encontrándome con el mayor desastre que pudieron ver mis ojos.

«Si yo me muero, ella también lo hará.»

—¿Dónde está? —le pregunto a uno de los hombres que lleva a una mujer ensangrentada en brazos y me doy cuenta que no es ninguna de mis esposas.

OSCURA REALIDAD [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora