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Narrador omnisciente.
Dicen que debemos aprender a sobrellevar los errores que hemos cometido. Pero nadie habla de lo frustrante que es eso, cuando uno quiere avanzar y aparecen nuevamente esos errores. Lo único que nos toca es vivir cada día con ellos y eso se llama: “Pasado”.
Ellas sabían bien. Que al dar esos pasos ante el camino de rosas y espinas. Se tenían que incrustar algunas espinas. Que unas de ellas iban muy profundo y otras solo se quedaban en la punta.
—Vaya yo pensé que te quedarías muerta por más de un siglo —bromea la mujer de cabello cobrizo al lado de la camilla.
—No digas estupideces —le contesta la otra que está recostada en al camilla—. ¿Cuánto dormí? —pregunta viendo con los ojos entrecerrados, todo el lugar.
—No mucho —responde— Pero si me diste un gran susto, Dinora —se levanta de la silla agarrando un vaso vaciando un poco de agua en el—. Bebe un poco de agua, debes sentir la garganta seca.
Asiente Dinora levantándose despacio con ayuda de la pelirroja y recibiendo el vaso dándole un pequeño sorbo, cerrando los ojos para acostumbrarse a la luz.
—¿Después? —pregunta de nuevo Dinora devolviendo el vaso.
—Despues de que te operaron de emergencia, te metieron Fentanilo para que no te desmayaras y quedaras en coma —responde Abigail volviéndose a sentar.
—Fue una torpeza de parte de ella hacer ese acto tan loco —dice Dinora lamiéndose sus labios—. ¿Sabes qué pasó con sus mujeres, Abigail?
—Te resumo todo —dice Abigail— Primero que te desapareciste, Kristen estaba como loca buscándote por medio del código que le di. Puso a todas las que manejan el área de tegnologia, que se mantuvieran en movimiento y sin nada de descanso hasta que te encontrarán.
—Eso es muy... no tengo palabra para eso —Dinora levanta su brazo derecho despacio para acomodarse el cabello—. Sigue, quiero saber todo.
—De acuerdo, pero primero te traeré unas frutas —avisa Abigail levantándose de su silla yendo hacia la puerta abriendo un poco encontrándose a una sirvienta—. Hola, me haces favor de traer una porción de frutas y jugo de manzana, ¿si?.
—Enseguida señorita —responde la sirvienta.
—Gracias —dice Abigail entrando de nuevo al lugar yendo hacia la silla de la camilla, sentándose en ella—. Ahora sí te contaré lo que pasó después —Da una respiración profunda viendo directamente a Dinora—. Después de encontrar tu ubicación, Kristen nos reunió a todas en el campo de entrenamiento y me sorprendió la cantidad de mujeres que hay en este lugar, Sin duda es como lo dicen afuera: Que esta mafia es grande y sigue expandiéndose.
—Y que todavía no hemos ido a ver esa casa donde están entrenando a las que rescatamos. pero no te salgas del punto —comenta Dinora volteando a ver la puerta por donde entra la sirvienta con la bandeja dejándola a un lado de la camilla—. Gracias.
La sirvienta solo asiente y sale del lugar dejándolas solas con las demás enfermeras del lugar que están al otro lado del salón.
—Al estar reunidas en ese campo. Kristen dió aviso de que la jefa había dado orden de tu búsqueda y que iríamos solo el cuarenta porciento de todas y me incluyo porque yo también fui —se voltea hacia la bandeja agarrando el tazón de frutas poniéndolo sobre las piernas de Dinora—. Al estar ya preparadas de armas y equipo, tomamos los helicópteros y algunas se fueron en trasporte terrestre. Te aviso, todavía estamos en Londres pero lejos de las fronteras.
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OSCURA REALIDAD [En proceso]
RastgeleEl camino del destino no es para débiles, no es para aquellos que se caen y no se levantan. Es para aquellos que a pesar de las heridas siguen adelante hasta el final. Así es como surgen estás dos hermosas mujeres, mellizas; provenientes de Alemani...