Huellas de sangre.

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Dinora.

El mejor regalo para tus padres, es que seas obediente y hagas todo bien. pero, ¿y que pasa cuando ellos no son buenos en eso?.

—¿Que sucedió en la terraza? —escucho susurrar a Kristen a mi derecha—. ¿Dinora me escuchas? —vuelve a preguntar y solo asiento—. Habla.

—No me llevó —digo en susurros—. Yo lo seguí.

—¿Porque?, ¿Quién era? —se acerca más a mi—. ¿No te dió beso, verdad?.

—Eso fué lo primero que hizo —contesto.

—Dinora —veo por el rabillo del ojo que se pasa las manos por su cabello—. ¿Y le seguiste el beso? —solo asiento a su pregunta—.  No debiste hacerlo.

—¿Porque... —no logro terminar la pregunta por causa de la tos que me da y siento que me falta el aire cada vez.

—¡RAPIDO ABRAN LAS PUERTAS! —grita Brissa desde su puesto.

—¡RAPIDO! —me agarra Kristen de los hombros—.  Mierda, Dinora ese maldito te paso algo por la boca.

No tengo conciencia de lo que hago solo siento en mi boca ese sabor metálico y mi vista borrosa tratando de parar la tos que hasta siento expulsar mis pulmones por la boca.

Abren las puertas de la camioneta y entra la claridad de la madrugada por ellas donde Kristen me levanta del suelo de la camioneta cargándome en sus brazos saliendo del transporte.

—Llama a las enfermeras —ordena— y que no hagan mucho ruido —empieza a caminar conmigo en brazos.

—¿Pero y si me encuentro a la jefa? —pregunta otra.

—Si no quieres ser el desayuno del animal que está en la terraza. cumple la orden  —me aprieta más a su cuerpo—.  Carajo, Dinora estás temblando.

La tos no me deja y siento mi garganta seca. me tiembla el cuerpo y el frío de la madrugada me está calando en los huesos.

—¿Que ha pasado? —escucho hablar a la jefa que hace a Kristen detenerse de golpe—. ¿Porque llevas a Dinora cargada llena de sangre Kristen?.

—Solo sé, que le han pasado algo por la boca. señora —responde mi compañera.

—¿Cómo? —la escucho a mi lado—. ¿Te dijo quien fué? —siento que me quita el cabello del rostro.

—La Informacion debe estar en las lentillas jefa  —responde Brissa.

—Llevenla a la enfermería de inmediato y les sacan las lentillas —ordena— Y quiero la ubicación del que le hizo eso, ¡Ahora! —se escuchan lejos sus pasos por el sonido de sus tacones.

No responden mis compañeras y siguen su camino con dirección al lugar ordenado. Después de diez minutos siento que me recuestan en una superficie suave y me abren los ojos quitándome las lentillas con cuidado mientras que otra me quita el vestido y los zapatos dejando solo la ropa interior.

—Yo los revisaré —avisa Brissa saliendo de la habitación.

—Trae Agua y toallas limpias, rápido —ordena Kristen acomodandose a la izquierda de la cama—. Te juro que encontraré a ese hijo de puta y le cortaré las bolas —solo asiento doblandome de nuevo para toser sacando más sangre por la boca.

OSCURA REALIDAD [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora