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Venecia, Italia.
Dinora.
Si las decisiones que tomas son malas, No sabes lo que vendrá después de ello. Pero si son buenas te puede pasar lo contrario.
Y si que me estaba cobrando la vida todas las cosas que me obligaron hacer. Porque no podría ir a parar a otro lugar horroroso del que me tienen ahora.
—¡MALDITA PERRA! —grita alguien atrás mío— ¡ESTO ES SOLO EL PRINCIPIO DE TODO LO QUE NOS HICIERON! —vuelve a presionar el hierro caliente en mi brazo derecho y doy un fuerte grito.
Llevo encerrada en este cuarto de torturas dos días enteros. Donde solo me han dado maltratos y apenas una cuchara de agua que no creo que sea purificada por su olor raro.
«¡Vamos Dinora, haz pasado otras cosas peores que esta!».
Mi subconsciente cada minuto, donde mi cuerpo recibía quemadas y latigazos, me recordaba lo que fui, era y soy. Pero mi cuerpo ya no resistía, aunque lo obligaba.
Hubieron veces que me desmayaba de tantos latigazos que recibía mi cuerpo. Despertaba al sentir corrientes eléctricas y ya sabía que quemaban partes del mismo.
Y son astutos porque me cubrieron los ojos con un trapo negro. Solo me dijeron que escucharía sus voces y los sonidos agregados pero que en ninguna circunstancia me quitara el vendaje del rostro o si nó habrían más castigos.
«Eran imbéciles, porque les reconocía por las voces».
«Si supieran como me entrenaron».
Me hacían preguntas sobre la mansión donde había estado. pero no sabían lo de la base. Y si no daba respuesta me quemaban más el cuerpo. Seguido de eso me violaban cinco de ellos en el mismo lugar de tortura, donde me dejaban maloliente y adolorida.
—Yo que tú —alguien me susurra al oído derecho—. Empezara abrir la boca de una vez, para no sufrir más —se escucha una puerta abriéndose.
—Dejarme a solas con ella —da orden el encargado y a los segundos se abrió otra vez la puerta donde supuse que salian en ella los hombres—. ¿Sabes porque estás aquí mujer? —pregunta tirándome un cubo de agua fría.
No doy respuesta y por eso me gano un patada en la columna que me hace encorvar en el suelo.
—Pues claro que sabes —me levanta del suelo jalándome el cabello—. Porque a ti te enseñaron de todo, ¿No es así? —pregunta lanzándome otra vez al suelo.
Doy unos quejidos en susurros cuando mi cabeza da en el suelo. Segundos después escucho que arrastra una silla y siento que me vuelve a levantar para sentarme en la silla, donde me amarra las manos y los pies a la misma.
—Te he dado tiempo para que hables —me da una cachetada en el lado derecho del rostro haciéndome sacar sangre por la boca—. Pero le tienes una mierda de lealtad a esas casas. Que lo único que hicieron fue convertirte en un monstruo —su comentario me agarra por sorpresa porque no habían mencionado nada de la base.
Siento que estira mis manos en una superficie plana encima de los costados de la silla donde empieza a cortarme la piel de los dedos. Mi respiración la tengo agitada, me siento débil y solo quiero un poco de agua para refrescar mi lengua.
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OSCURA REALIDAD [En proceso]
RandomEl camino del destino no es para débiles, no es para aquellos que se caen y no se levantan. Es para aquellos que a pesar de las heridas siguen adelante hasta el final. Así es como surgen estás dos hermosas mujeres, mellizas; provenientes de Alemani...