¿Nuevas amistades? parte 2.

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Larisa.

Si el tiempo se va como agua entre manos. debemos avanzar más rápido con el para que nuestros planes sean de excelente resultados.

Sé que lo que quiero hacer no está ni un cincuenta porciento en posibilidad de ganar. pero el otro cincuenta si está en resultado positivo. ¿Como lo sé? pues ya estoy moviendo mis cartas a mi favor.

—Buenas noches enfermero sexy —saludo al hombre que se levanta de su asiento—. ¿Como has estado? —pregunto dirigiéndome enfrente de Él.

—Las cosas están rudas Larisa —dice abriendo su computador—. Ve como son los movimientos ahora —arrastra el computador hacia mi—. Así como nosotros estamos en plan de ataque ellos también están haciendo alianzas con los Presidentes de países vecinos.

—Son rápidos —susurro viendo la pantalla que muestra los puntos de encuentro—. Debemos acelerar nuestros pasos también no dejando que nadie sepa de esto si queremos que todo salga bien —me siento en la silla que está detrás mío suspirando—. Hablaré con la Coronel para comentarle un poco de mis planes ¿Que dices? —lo volteo a ver.

—Si estás segura, hazlo —se acerca al computador marcando más códigos—. Pero ten en cuenta que ellos tienen un juramento y no pueden fallarse —me señala con un lápiz—. Juega bien tus palabras al tratar de convencerla. porque si tenemos su ayuda podemos sobresalir de todo esto con los demás —regresa su vista al computador.

—Lo se —me inclino hacia la mesa poniendo mis codos en ella recostándo mi cabeza sobre ellos—. Los que fueron de refuerzo a la misión de emboscada se sorprendieron al vernos inyectar el fentanilo cuando ya no podíamos continuar  —sostengo mi cabeza con la palma de mi mano—. Nos dijeron a Liz y a mí que eso era una locura lo que nos hacían los rusos y nos ofrecieron ayuda —agarro un lápiz llevándolo a mi boca—. Esa es una ventaja ¿no crees? —pregunto.

—Todos pueden decir una cosa pero ya en el acto cambian sus palabras —responde también sentándose en su silla—. ¿tendrán otra misión no es así? —pregunta y asiento—. Entonces antes de ir a esa misión déjale un recado a la Coronel diciéndole que quieres una junta privada con ella. Nadie dirá nada porque es una reunión privada pero no saben con quién será —agarra un vaso de agua tomando de este.

—Lo haré —me levanto de la silla estirando mis brazos—. Ahora iré a descansar y tú deberías hacer lo mismo —le doy una palmada en su hombro—. Te necesito fuerte no débil porque si hacemos esta jugada, después nos vendrá cosas grandes —asiente y camino hacia la puerta pero me detiene sus palabras.

—Ten cuidado Larisa —me señala con su lápiz—. También a Lizbeth —sonrie— solo las tengo a ustedes ya no quiero perder a nadie ¿de acuerdo? —pregunta desde su puesto.

—Como ordene mi capitán —hago saludo sacándole una sonrisa más fuerte—. Descansa —me despido con la mano y salgo de la enfermería.

En el camino regresando a las habitaciones de nosotras escucho unos ruidos pero no cualquier ruidos son exactamente gemidos de mujer y hombre. camino silenciosamente por los pasillos respirando despacio porque en estos lugares hasta el aire es sospechoso.

Observo atrás y adelante mío para que nadie me encuentre a estas horas de la noche en medio de los pasillos. Camino otros cinco pasos y me detengo de golpe al escuchar esa voz que se me hace  familiar y me saca una sonrisa que me cubro la boca para no hacer ruido.

OSCURA REALIDAD [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora