Travesuras (Extra #3).

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Lizbeth.

Siempre el lema de una persona que no ha  pasado por lo mismo. que una donde su vida fue una mierda. Será: “La vida es justa e injusta para pecadores”. Siempre a la persona la tratará como a la propia mierda ó más peor que ella.

Estoy emocionada que quiero coger con quién sea que se me atraviese. Aunque invitando también a mi morenazo de ojos celestes. porque está que me excita cada vez que lo veo. No es que sea egoísta con las hermanas Dubessa, pero sentí un poco de celos cuando no me daban atención a mi. Dinora con sus nuevas compañeras de mafia y Larisa con su hombre. En fin la hipocresía.

—¿Me veo bien? —le pregunto a Carol que está dándose los últimos retoques en sus labios y me voltea a ver.

—Es que Lizbeth tu eres una mamacita en carne y hueso —responde agarrándome de la mano izquierda para darme una vuelta—. Si ya traes a ese mafioso arrastrándose por una caricia tuya, ahora no querrá soltarte este pequeño descanso.

—Quiero coger Carol y el que no quiera pues que se quede tirado —me acomodo el cabello suelto que lo tengo color negro azabache todavía de la misión y me veo al espejo de cuerpo completo, donde el vestido rojo corte corazón llegando a mis muslos con tirantes amarrados por la espalda se moldea bien a mi cuerpo y combinando con unos tacones de aguja color negro con brillantes. porque me encanta el brillo, no lo niego.

—¡Llegué yo! —entra a la habitación Axel, cambiado con un pantalón de lona negro, camisa formal de tela color azul oscuro y una chaqueta de cuero negra acompañando su atuendo con unas botas cargo negras y todo le realza su piel y el cabello claro—. Pero que hermosas se ven las dos,  ¿Y las otras dos?.

—¡Aquí estamos! —sale Roxanna del armario vistiendo un vestido plateado lizo de tirantes y cuello colgante—. Hoy es de aprovechar.

—Me siento como una prostituta —dice Camila poniéndose los tacones que salió del armario sin ellos y ahora está sentada en uno de los sillones de la pequeña sala de la habitación—. Pero si no aprovechamos ahora, después nos costará tener un pequeño momento de diversión.

Asiento a su comentario y me coloco un poco de perfume en el cuello y brazos. tambien un poco en medio de los pechos y entre las piernas, Aunque me bañé pero uno nunca sabe.

—Muy bien mis sexys —digo agarrando la pequeña cartera a juego con mis cadenas de oro que me dió Zayden al estar en ese escondite de maleantes—. Se llegó la hora de mover el trasero a como se nos dé la gana.

Celebran haciendo bulla al salir de la habitación y la dejo con seguro guardando la llave debajo de la alfombra. siguiendo a los chicos que ya van llegando al ascensor. No tengo que preocuparme de Larisa porque sé que ahora está ocupadita con ese griego que encajan los dos a la perfección. Porque El está que es un dios al igual que mi moreno.

Estando en el Interior del elevador, Carol presiona el botón del primer piso. Me recargo en el hombro de Axel que gracias a los tacones le llego un poco. El me aprieta a su cuerpo dándome un beso en la coronilla de mi cabeza y suspiro no de nostalgia sino de alegría, porque de nuevo se va reuniendo el grupo infernal además de que hay más integrantes.

—Te vez tan sensual con ese vestido —me reciben con halagos cuando el ascensor llega al primer nivel encontrando a Zayden en la recepción. vestido con ese su atuendo que me prende más que una fogata y me encanta que se haya vestido de negro en totalidad no dejando sus cadenas de oro y ese arete de la oreja derecha—. Ya está todo listo para su descanso.

—No quiero volver a verte coquetear con las trabajadoras Zayden —lo amenazo viendo con una ceja levantada a la mujer que se le estaba insinuando.

—No estaba haciendo nada mi Dulcecito —me agarra de la cintura dándome un beso en la mejilla y yo aparto la cara—. Vamos Liz, sabes cómo soy no me puedes privar de eso.

OSCURA REALIDAD [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora