Tuneles de gritos.

61 3 2
                                    


|ƥƥƥ|

Dinora.

Escucha para entender, no para responder. No te creas nada, compruébalo todo por tu cuenta.

Todo es oscuro. Pero, ¿por qué hay mucho silencio?.

¿Dónde mierda estoy?, ¿Que es este lugar?.

¿Chicas?... ¿chicas donde están?.

Esto es asfixiante. La oscuridad puede ser hermosa, pero llega el momento en que te cansas de tenerla cerca y creo que eso me está pasando. Lo más confuso es que no sé dónde estoy.

Si esto es una jodida broma de las chicas, me las pagarán muy caro.

Respiro hondo y doy pasos cortos. El suelo se siente como si fuera madera, porque rechina cuando doy un paso.

¿Porque todo está oscuro?. Me gusta el silencio, pero esto ya es aterrador. Volteo a la derecha al sentir una fuerte ventisca en mi hombro descubierto. ¿Descubierto?. ¿Porque tengo esa parte desnuda?, si cuando llegamos al hotel me quedé en camisa.

¿¡Kristen!? —grito con todas mis fuerzas, pero no hay respuesta. Y me empiezo asustar¿Secuestrada de nuevo?, No, eso no puede ser cierto. Yo... yo venía con Abigail y... y nos despedimos al entrar a las habitaciones de la casa.

Saco el aire por la boca muy lentamente al escuchar ese sonido que nunca me había imaginado escuchar. ¿En serio?, ¿Llanto de un bebé?.

Sigo caminando, buscando por donde surge ese llanto. Palpo las paredes y me tropiezo en una tabla salida del piso, haciendo que caiga de rodillas, pero no calculo bien y me inserto unas astillas en la rodilla.

¿Vestido?, ¿Que mierda? —con mi mano derecha trato de buscar el pedazo de tabla y la encuentro insertada en mi rodilla, mi respiración es erradica y me tiemblan las manos—. Joder, porque... ¿¡Kristen, Brissa, Joshua!?, ¿¡Donde están!?... ¿Melisa?. —vuelvo a gritar, pero de nuevo no obtengo respuesta y mejor me concentro en sacar el pedazo de madera de mi rodilla.

Cuento mentalmente hasta cinco y de un solo tirón saco el pedazo de madera. Me quedo sin aire y cierro mis ojos fuertemente. De nuevo siento esa brisa sobre mi piel y puedo discernir que cargo puesto un vestido de tirantes. Solo que no sé el color.

Mi cabeza automáticamente se voltea hacia la derecha cuando de nuevo escucho ese llanto de bebé. Por ahora solo sé que estoy en un pasillo con algunas partes del suelo agrietadas. Las paredes son lisas, debe de haber alguna ventana o puerta abierta para que entre aire frío. Porque esto parece un congelador.

Y sigue gritando ese pequeño ser humano.

Deslizo mi mano derecha por la herida y esta sangrando. Pero no es mucho, me da tiempo de buscar ese bebé y saber porque llora a como si le haga falta su biberón o no se qué. Pero ya me está dando dolor de cabeza.

¿Y si es castigo porque perdí al que tenía en el vientre? —me cuestiono cuando ya estoy de pie— No, yo no sabía de nada. Además de que tampoco le hubiere tenido, No, no, no y no. —arrastro mis pies descalzos por la madera, buscando otra tabla levantada—. No le hubiera mentido a ese bebé que su padre murió ó que nunca llegaría a casa.

OSCURA REALIDAD [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora