Hinata estaba contando un cuento para dormir a himawari, cuando esta le hizo una pregunta.
Himawari: Mamá. ¿Cuándo podré volver a la tierra de las hadas?
Hinata: ¿Qué pasa cariño, acaso no quieres estar con nosotros?
Himawari negó con la cabeza.
Himawari: Es que pronto será el cumpleaños de Tarik y prometí que estaría con él.
Hinata: ¿Y cuando es su cumpleaños?
Himawari empezó a contar con sus dedos, habían pasado diez días desde que había llegado al reino humano, significaba que solo faltaban cuatro días para el cumpleaños de Tarik.
Himawari: El cumpleaños de Tarik es a fin de mes, faltan veinte días.
El tiempo en la tierra de las hadas fluía de manera diferente, aunque solo habían pasado diez días en el reino humano, en la tierra de las hadas ya debía de haber pasado un mes.
Hinata dudó un momento si decírselo a himawari o no, pero al final decidió que lo mejor era decirle la verdad.
Hinata: himawari, el tiempo en la tierra de las hadas fluye de manera diferente, aquí puede que solo hayan pasado diez días, pero en la tierra de las hadas quizás ya pasó un mes, así que puede que no puedas cumplir tu promesa con tu amigo.
Himawari: ¿Entonces he roto mi promesa? Pregunto con los ojos vidriosos, no por el simple hecho de no haber cumplido lo que había prometido, si no por que Tarik debía de haber estado muy triste al pensar que ella le había olvidado.
Hinata la rodeó con sus brazos
Hinata: No has roto tu promesa porque hayas querido, estoy segura que si se lo explicas a tu amigo, él lo entenderá.
Himawari: Seguro que sí, pero el dolor, la tristeza que debió sentir, es algo que no puede borrarse.
Hinata: Mi niña es muy inteligente y sabe el dolor que puede causar el no cumplir una promesa, lo herida que debe sentirse la otra persona, aunque es verdad que el dolor no puede borrarse, puedes sanar ese dolor al pedir perdón, así que cuando vuelvas a ver a Tarik, discúlpate con él.
Himawari seguía sintiéndose mal, pero no dijo nada más, ya que no quería que su madre pensara que no quería estar con ella. Hinata siguió abrazando a su hija hasta que se quedó profundamente dormida. Al ver que ya no se despertaría, le dio un beso en la frente
Hinata: Buenas noches, mi bebé.
Después volvió a su habitación, naruto acaba de darse un baño, estaba envuelto en una bata con el cabello aun húmedo. Él se acercó, le dio un beso a su esposa y preguntó.
Naruto: ¿himawari ya duerme?
Hinata: sí, creí que vendrías a darle las buenas noches.
Naruto: Tuve algunos problemas y no podía ir a verla sin darme un baño antes.
Hinata: ¿Qué problemas?
Naruto: Escuché que algunos pueblos estaban siendo atacados por monstruos.
Hinata: ¡¿Qué?!
Naruto: Tranquila, no es lo que piensas, no se trataba de ningún monstruo, eran asesinos y ladrones que usaban disfraces para cometer crímenes, ya me he encargado de ellos.
Hinata sintió que volvía a respirar, al tener a himawari en el palacio la más mínima mención de monstruos la alteraba.
Hinata: Gracias a Dios, pensé que era algún ataque de hanabi
Naruto: Todo está tranquilo de momento, así que no te preocupes.
Hinata: Es difícil no hacerlo, estos días hemos sido muy felices, tanto que temo que solo sea un sueño y que pueda despertar en cualquier momento.
Naruto rodeo la cintura de Hinata
Naruto: Es verdad no sabemos cuando nuestros días tranquilos llegarán a su fin, pero con más razón debemos aprovechar estos momentos, disfrutar de cada uno de ellos al máximo. ¿No lo crees?
Hinata: Supongo que tienes razón.
Naruto se inclinó hacia ella, sus labios se juntaron y se movieron al compás. Movieron sus labios hacia arriba, hacia abajo, dando besos y más besos. Besos cortos y largos que los dejaron con la respiración entre cortada.
Naruto la tomó en brazos y la llevó hasta la cama y la depositó suavemente, le dio un beso tierno que solo rozaba la piel suave de sus labios, que casto se acerca reconociendo su aliento, probando el sabor de su
respiración, uno dulce que se deja caer poco a poco, tomando todo el tiempo del mundo para recorrer cada milímetro de su boca. Un beso seguido de otro más explorador y provocativo, uno que se apropio
de sus labios como si fueran los suyos. Hinata le veía con ojos febriles y las mejillas sonrojadas, aunque tenía años de estar casados, ella seguía comportándose tímidamente en la intimidad. Naruto volvió a besarla, saboreo sus labios, los acaricio, dio
pequeños mordisquitos a su boca haciéndola estremecer. Su lengua recorrió sus labios de lado a lado como quien prueba un delicioso
postre. Durante un instante se alejó un poco para mirarle a los ojos y
sonreírle pícaramente y decirle.Naruto: Mi hermosa esposa, no sabes cuanto te amo.
Hinata enredo sus manos sobre su nuca, acariciando su cabello y antes de que sus labios volvieran a juntarse le dijo. “Lo se por que yo te amo de la misma manera.” Mientras sus bocas se movían a un compás, sus manos bajaron, sintiendo los firmes músculos de su espalda, el roce de sus dedos hizo que el fuego de la pasión ardiera fuertemente en él y empezó a devorar su boca con un hambre voraz. Desde que himawari había llegado, ellos no habían tenido tiempo para amarse, ya que toda su atención y afecto iba dirigido hacia ella. Pero ese día, sintieron la necesidad de decirse cuanto se amaban, no solo con palabras si no con todo su cuerpo, apreciarse el uno al otro con dulces
caricias que llegaran hasta el alma.
Naruto susurro dulces palabras a su oído, mientras recorría todo su cuerpo con sus manos, palpando cada centímetro de su piel, palabras que repetían una y otra vez, lo hermosa y maravillosa que ella era y lo mucho que la amaba.
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lazos de sangre
Fantasycontinuación de la historia me enamore sin querer Adaptación del libro con el mismo nombre