Deseo

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Narra Lucía:


Un año atrás...

Sali temprano del trabajo para esperar a Héctor, tengo tantos nervios que se me acumulan en el estómago, pensando en cómo tomara lo que quiero decirle.

Lo estoy esperando con la cena lista y tengo entre mis manos mi copa de vino, tomando de a sorbos para ver si me puede calmar un poco.

El ambiente está tan silencioso, solo se escucha el tic tac del reloj de la pared y mi garganta se seca, respiro hondo y el aire se siente pesado.

Escucho las llaves y como entran en la cerradura, segundos después la puerta se abre y la cierra, es mi marido y siento una comezón en todo mi cuerpo.

Ya estoy nerviosa y la comezón es un anticipo a lo que viene.

Me llama por mi nombre y se escuchan sus pisadas, me encuentra en el comedor y con todo preparado.

- ¿Eso no tendría que hacerlo yo? -Frunce el ceño. -Yo te tendría que esperar con la cena.

-Me gusta tomar la iniciativa. -Me encojo de hombros.

Dejo la copa y me pongo de pie, Héctor se me acerca y da un casto beso en mis labios.

- ¿A que se debe todo esto?

-Siéntate...

Al utilizar ese tono de voz me gane su total atención y me hace caso, se sienta y trago en seco al sentir como arde mi garganta.

-Estaba pensando en como proponértelo... -Me siento y me recuesto en el respaldo de la silla. -No se si piensas lo mismo que yo pero al menos estoy preparada.

- ¿De qué hablas? -Confundido.

Le sostengo la mirada y después de un tiempo de silencio, le digo mi deseo.

-Quiero tener un hijo.

Evaluó su reacción y con este pedido desperté su modo racional.

- ¿Lo pensaste bien? Tienes mucho trabajo con tu empresa y tendrás que tomarte una licencia.

-Puedo hacerlo perfectamente bien y si, lo pensé. Por eso estoy segura. Además, tengo 30 años y hace 4 años que estamos casados, ya es tiempo que vayamos pensando. -Me inclino hacia el. -Y quiero saber que piensas.

-Yo no tengo problema... solo quería saber si estás segura, después de todo sos vos la que tiene que poner en cuerpo y es difícil con tu trabajo.

-Estoy dispuesta a sacrificar un par de cosas. Quiero ser madre, Héctor... hace tiempo lo pensé y no quiero atrasarlo más.

Asiente y mueve su silla para acercarse más hacia mi.

-Está bien. -Toma mi cabeza. -Tendremos un hijo.

Sonrió feliz después de su aceptación y me besa de nuevo.


Narra Héctor:


Un año después...

Estoy frente al ginecólogo con un presentimiento que no me gusta para nada y me doy cuenta al ver su expresión. Deja de evaluar los resultados de mis estudios y me los muestra.

-Lucía no tiene ningún problema para concebir. -Me mira. -Te llame para que hablemos de tus resultados, tendrán que buscar otra alternativa porque eres estéril.

Mi mirada se pierde en la nada al escuchar esa noticia...

¿Qué voy a hacer?

Lucía tiene tantas ilusiones con tener un hijo y yo se lo estoy arrebatando. Esto tiene que ser una mentira, tengo que buscar otro especialista, no puedo quedarme con solo una respuesta.

-Eso no puede ser, soy completamente eréctil, nunca tuve un problema con mi esposa en todo lo que se relaciona con lo sexual. -Enojado.

-Lo que me estás diciendo no tiene nada que ver, uno puede tener una plena vida sexual pero igual se es estéril para engendrar un hijo. Se lo tienes que decir, Lucía lo va a entender.

-Vos la viste Cesar... ella tiene tantas ilusiones y no quiero arrebatarle esa ilusión.

Me siento tan culpable, cuando sepa la verdad estoy seguro que nuestro matrimonio va a cambiar y no quiero eso.

-Pueden buscar una terapia de pareja, no es el fin del mundo no poder tener hijos. Cálmate Héctor, te estás precipitando y no sabes como va a reaccionar.

-Lo se... -Asustado. -Se que me va a dejar.

Tengo que buscar otra alternativa, algo que me pueda ayudar para poder darle lo que tanto desea Lucía...

Dios, que no sepa la verdad porque será el fin de todo.

Estoy seguro y no estoy dispuesto a perderla.


Narra Marcos:


Estoy viajando en subte para poder estar temprano en la entrevista de trabajo, hace unas semanas que estoy buscando una empresa para seguir trabajando como contador y ninguno me llama la atención o me pagan muy poco.

Suspiro en silencio y me pongo de pie cuando estoy por llegar a la estación, salgo del transporte y camino hasta las escaleras que salen a la calle.

Salgo en plena avenida Rivadavia y dejo que el semáforo se ponga en verde para poder cruzar la calle. Reviso mi reloj y se que llego a tiempo.

Llego a la empresa que se destaca en el campo de la mujer, cosméticos y productos para el cuidado de la piel, me atiende una secretaria y toma mis datos antes de hacerme pasar.

- ¿Nombre y apellido?

-Marcos Natale.

- ¿Edad?

-35.

Me pide mi número de documento, mi Gmail y domicilio. Una vez que anota todo, pide mi cv y le entrego la carpeta.

-Ya lo van a llamar, mientras puede sentarse a esperar.

Asiento y le agradezco por su amabilidad. Ella sale del mostrador y tomo asiento, esperando a que me llamen para la entrevista.

Estuve en esa empresa más de una hora y salgo de allí con una sensación a poco. El dinero que me ofrecen no me alcanza para nada y me estoy quedando sin ahorros.

Me estoy desesperando porque necesito entrar un trabajo, respiro hondo y camino hasta el subterráneo. 

En carne vivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora