Paraíso

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Entramos a nuestro hogar y mi pecho se llena de una inmensa alegría, cuanto extrañaba este lugar y la felicidad que se sentía en el aire cuando Lucía estaba en nuestra casa. 

Ahora que ella regreso, ese aire volvió con tanta fuerza y siento una tremenda emoción al saber que todo estará bien. 

Acompaño a Lucía a la cama y me acuesto a su lado. Ella acuesta su cabeza en mi pecho y mis brazos la rodean, protegiéndola hasta de sus sueños. Respiro aliviado al saber que está sana y salva, que ahora vamos a vivir en paz. 

Me siento en el paraíso ahora, esto es lo que tanto quería, poder vivir estos momentos con ella, ver como nuestra princesa crece en su estomago y estar con Lucía siempre que me necesite. 

Nunca pensé sentir esté amor que siento por Lucía, conocerla fue una de las sorpresas más maravillosas que me dio la vida. 

Solo falta proponerle matrimonio y ser completamente suyo, sonrió como un tonto enamorado al pensar en ello y mis ojos brillan al contemplar como duerme profundamente. Mi mano se mueve por su vientre y acaricio con cuidado sin despertarla. 


Recuerdo de Marcos:


Mi mano sostiene la mano de Lucía mientras la doctora tiene su mirada atenta a la pantalla para ver que todo esté bien con el bebé. La mujer está en silencio y Lucía me mira con miedo. 

- ¿Pasa algo, doctora? -Asustada.

Después de un momento de silencio, la doctora niega suavemente y sonríe. 

-No se alarmen. Todo está bien, su tamaño es normal y goza de una buena salud. Hasta puedo ver el sexo del bebé. 

Mis ojos se abren y la reacción de Lucía es igual a la mía, nos miramos emocionados y estamos ansiosos por saber. 

- ¿Qué es? -Preguntamos al mismo tiempo. 

La medica ríe y nos mira con tranquilidad. Mi corazón late con fuerza en medio de la ansiedad y los nervios. 

-Es una niña. 


Fin recuerdo de Marcos. 


Mi sonrisa se extiende y mi mirada está sobre su vientre, respiro con una alegría que no me cabe en el pecho y le doy gracias a Dios por haber puesto a Lucía en mi camino. 

No se que hubiera sido de mi vida sin ella y tampoco quiero imaginármela porque seria un tormento que ni quiero conocer. 

Solo quiero dejar la amargura en el pasado y vivir la alegría del presente. 


Narra Lucía:


Abro los ojos durante la tarde y me muero de hambre, Marcos no está en la cama conmigo y mi estomago gruñe al tener tanta hambre. Me pongo de pie y camino lentamente hasta la cocina. 

A medida que me acerco, se hace más presente el aroma a comida y me lamo los labios. 

-Que rico huele. -Me apoyo en el marco de la puerta. 

Marcos voltea al escucharme y deja todo para darme un abrazo. 

- ¿Cómo estás, mi amor? 

-Mejor... -Sonrió. -Ahora que estoy en casa estoy muy bien. 

Me mira con alegría y corre la silla para que tome asiento. 

-Estoy preparándote lo que más te gusta, una tortilla de papa y le puse jamón y queso. 

Restriego mi vientre y babeo de tan solo escuchar lo que me está preparando. Este hombre es maravilloso. Me sirve la comida y comemos en la cocina, Marcos está a mi lado y puedo ver que me está mirando en silencio. Su mirada es cálida, emana una felicidad y paz que me llega hasta el corazón.

¿Por que es tan lindo? me trasmite tanta paz. 

Mis mejillas se ponen rosadas y empiezo a reír. 

- ¿Por que me miras tanto? 

-Es que todavía no puedo creer que esté al lado de la mujer más hermosa y maravillosa del mundo. 

-Mentiroso. -Riéndome. 

- ¿Mentiroso? -Asiento y besa mis labios. -Solo estoy diciendo la verdad. Me siento tan afortunado por estar con vos. -Feliz. -No puedo pedirle nada a Dios porque lo que le pedí está conmigo. 

Sonrió con ternura y me muero de amor tan solo escucharlo. Me encanta la forma en la que me habla, es tan seductor y provoca que me derrita en un segundo. 

Sigo comiendo y siento como apoya la mano en mi muslo, acariciando suavemente. 


Narrador omnipresente:


Horacio está conectado a las maquinas y a un respirador que lo ayuda a seguir viviendo. Gutiérrez se informo de la huida de Lucía con Marcos Natale y no sabe como va a reaccionar su jefe cuando salga de peligro. 

Ahora Horacio tiene una larga recuperación, además, una de las balas toco uno de sus nervios, haciendo que el hombre quede rengo y su empleado es consciente de lo activo que es su jefe y como su estado de salud va a repercutir en su presente. 

Gutiérrez suspira y se toma el trabajo de averiguar todo de Marcos Natale, asimismo, va a mandar hombres para que estén siguiendo los pasos de la pareja y luego seguirá las ordenes de su jefe una vez que se recupere. 

Mientras tanto tiene que tener cuidado para no levantar sospechas y esperar con paciencia hasta que Horacio abra los ojos. 

Es consciente que Horacio una vez se recupere, querrá vengarse de ellos y de ese bebé que no quería que existiera. 

El celular de Gutiérrez empieza a sonar y atiende enseguida. 

- ¿Si? está bien... cualquier cosa que pase mantenme informado, por favor. Tène cuidado, que no se den cuenta. 

Corta la llamada y observa a su jefe con seriedad. Ahora solo queda esperar e informarle todo a Horacio una vez que despierte.

Lucía y Marcos no tienen idea del peligro que les espera. 


En carne vivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora