Plantas

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Narra Marcos:


Se me cerro el pecho mientras pienso en todo lo que hicieron para separarnos, como quisieron pisar nuestro amor pero ahora estamos abrazados y puede ser que no me recuerde pero el amor entre nosotros sigue estando, lo veo en la forma en la que me mira y como se pone cuando estoy con ella. 

Mantengo los ojos cerrados, disfrutando de su abrazo y en la forma en la que me está consolando. Ella se echa hacia atrás, mirándome con sus ojos azules, los cuales brillan como zafiros y mi corazón estalla al verla tan hermosa. 

Sonríe suavemente y se aleja. 

-Bueno... al menos te veo un poco mejor. 

¿Y como voy a estarlo? Si solo necesito de tus abrazos para poder resistir todo lo que se viene. Ni te imaginas cuanto te amo Lucía y la batalla que pienso dar por tu amor. 

Solo sonrió en respuesta y observo como sus mejillas se ruborizan. 

-Tengo muchos planes para hoy... espero que me puedas ayudar. 

-Claro que si, señora para eso estoy. -Tomando mi café. - ¿Se puede saber que tiene pensado?

-Estuve viendo el jardín, no me gusta como se ve. No hay vida, no hay plantas y quiero ir al vivero para llenar el jardín de plantas y colgar algunas masetas.  -Tranquila. -Ni hablar de la casa pero ya tendré tiempo para hacerlo. ¿Qué le parece?

Mi sonrisa se extiende al escucharla al ver que está regresando la Lucía que conocí, la que siempre quiere organizar todo, la que siempre está en movimiento. 

-No hay problema. ¿Cuándo quiere empezar?

-Ahora mismo. -Contenta. 

-Entonces nos tenemos que ir. 

Me pongo de pie y se ríe cuando tomo su mano para que se ponga de pie, estamos cerca y ella se ríe suavemente. 

-Me caes muy bien, Marcos. Al fin conozco a alguien a quien le puedo tener confianza. -Suspira. -Este mes fue tan difícil para mi... y todavía me cuesta, no se como volver a empezar cuando hay muchas cosas que no recuerdo. 

Aprieto su mano con cuidado y asiento, lo que más quiero es que confié en mi, que me vea como un compañero, con quien pueda desahogarse. 

-El señor me conto todo lo que le paso, lo siento mucho. 

Se queda en silencio, me mira como si quisiera decirme algo y junta sus labios. 

-Mejor salgamos. -Se separa. -Vamos. 

-Claro señora. 

Unos minutos después, estamos dentro del auto y conduzco hasta el vivero más cercano. Llegamos a uno y la acompaño en el recorrido, una señora le muestra algunas plantas y le dice el nombre de cada una de ellas. 

-Estos son malvones, no creo que haya problemas para cuidarlos porque solo hay que preservarlos del frío. 

-Son muy lindos. -Animada. -Me gustaría uno de ellos. 

La señora asiente y le sigue mostrando. Lucía está complacida con unos helechos, las fresias y unos cactus. Ella paga todo y la ayudo a guardar las macetas en el coche. La veo queriendo agarrar una de las macetas y me apuro para agarrarla.

-Cuidado, señora... no es bueno para su embarazo. 

Pone los ojos en blanco y sonríe. 

- ¿Tanto te importa? -Ladea la cabeza. 

-Mucho. -Trago saliva. 

Ella sostiene la mirada y su semblante se pone serio. 

-Hay algo de lo que quiero preguntarte... quiero que seas completamente sincero. 

Me quedo en silencio al escucharla y mi corazón deja de latir. 

-Claro... 

Ella se acerca cada vez más y estamos muy cerca, su cuerpo está a escasos centímetros de distancia y no deja de sostenerme la mirada. 

-No se que me está pasando con vos, Marcos... no se como explicarlo y es tan absurdo. -Susurra. -Pero antes de vernos en el puente peatonal, ya te tenia en mi cabeza y no tenia idea de quien eras pero ahí estabas. -Suspira. -Por eso quiero que seas sincero conmigo. 

Se toma un momento de silencio y de tan solo escucharla siento que mi alma quiere unirse a la suya, mi corazón se muere de ganas por abrazarla con fuerza y no soltarla nunca más. 

- ¿Nosotros ya nos conocíamos? 

Mi corazón pende de un hilo y mis lagrimas están que salen de mis ojos. Las palabras no salen de mi boca porque la emoción me está traspasando. 

¿Escuche bien? ¿Ella me tenia en su cabeza?

-Por favor Marcos, dime algo... me estoy desesperando. -Dice con un hilo de voz. -No quiero volverme loca por las cosas que pasan por mi cabeza... estoy sintiendo tantas cosas cuando te veo, cuando estás a mi lado y me rompe el corazón que estés enamorado de otra mujer. 

-No, no. -Mis manos van a su cabello y apoyo mi frente con la suya. -No quiero romperte el corazón, mi amor. Nunca me lo perdonaría.

No aguanto más, merece saber la verdad. 

-En primer lugar, no te llamas Violeta, mi amor. -Sonrió mientras las lagrimas corren por mis mejillas. -Eres mi Lucía. Tu eres la mujer que quisieron arrebatarme de mis brazos pero no pudieron porque ahora te encontré. 

Lucía empieza a sollozar y nos abrazamos con fuerza, mis brazos rodean su cuerpo y no puedo contener las lagrimas por mis emociones a flor de piel. 

Y en un instante, paso lo más hermoso que me pudo pasar. Nuestros labios se encuentran y sus brazos envuelven mi cuello, intensificando el beso. La extrañe tanto y me estoy dejando llevar después de todo lo que me contuve en todo este tiempo. Puedo percibir como mi corazón se une al de ella, donde solo somos uno solo. 

Mis labios la saborean, mi lengua explora su bellísima boca y me dejo atrapar por sus labios, quienes me besan con tanta dulzura y mi cuerpo está que flota por la felicidad que siento. 

El mundo que nos rodea se desvanece y renace el amor profundo que nos tenemos, su cuerpo se funde en el mío mientras nos perdemos en el momento. Mis labios se mueven hambrientos y ella profundiza el beso a medida que se vuelve más intenso. 

Cuando dejamos de besarnos, no podemos dejar de llorar después de sentir está alegría y sonríe entre lagrimas. Nuestras frentes se vuelven a juntar y mi pecho se llena de amor. 

-Te amo Lucía... siempre te voy a amar. 




En carne vivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora