¿Lucía?

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Narra Marcos:


Fue un momento tan confuso, pensé que era mi Lucía pero cuando no me reconoció fue todo cuesta abajo. Me desilusione tanto al ver que es otra mujer llamada Violeta pero sentí tantas emociones al verla, es tan idéntica a Lucía que no pude calmar mi corazón. Me dispuse a acompañarla hasta su casa pero todo cambio al ver a Horacio San Román. 

¿Ese hombre es su esposo? No puede ser... mi mirada está en trance y trato de contener la ira que se está expandiendo por todo mi cuerpo. 

Entonces no hay dudas... es mi Lucía... tiene que ser ella, no puede ser otra persona y más al verla con Horacio San Román. Este tipo le tenia ganas y obvio que iba a aprovechar en una situación como está. 

¿Pero por que no me recuerda? ¿Qué está pasando? ¿Acaso le hizo algo que la tiene así? esa idea está en mi cabeza y me estoy volviendo loco de la desesperación porque ahora no puedo hacer nada. 

Horacio me invito a su casa en modo de agradecimiento y voy a tomar la oportunidad para saber lo que está pasando, y que hizo con mi Lucía. 

Cuando ella se acerca para besar mi mejilla, me encuentro con su aroma de almizcle y jazmín, mi corazón está que va a estallar en cualquier momento, muriéndome de amor por ella. 

Veo a la camioneta alejándose y no puedo contener la rabia que siento al ver a ese hombre. La sola idea de que este hombre tenga a Lucía bajo estas condiciones me despierta una cólera impresionante. 

Tengo que saber que está pasando y no me voy a detener hasta recuperar a la mujer que amo. 

Daré el primer paso mañana a la noche y me las arreglare para ganarme la confianza de Horacio. Aunque, me sorprende que no me haya reconocido cuando ya nos hemos visto antes cuando viaje con Lucía pero es bueno tener está ventaja para poder estar cerca de Lucía. 

Solo espero que ella pueda recordarme. 


Narra Violeta:


Estoy acostada en la cama y Horacio no para de reprocharme por haberme escapado de la casa, se lo nota molesto pero no me importa para nada si está enojado o no. 

Solo tengo en mi cabeza a Marcos, como ese hombre se presento está noche en el puente peatonal. Me llevo mi mano a mi vientre y respiro lentamente. 

Tengo tantas dudas sobre ese hombre, como puede ser que me haya despertado tantos sentimientos al solo verlo, como los latidos iban acelerándose y la manera en que sus ojos me miraban. 

Me miraba con amor, con ese anhelo que me cautivo de inmediato y la conexión se hizo al instante, como si ya nos hubiéramos conocido de otro momento y eso lo confirme cuando lo vi llorar antes de abrazarme con fuerza. 

-Violeta. -Horacio me llama la atención. -Te estoy hablando y no me estás escuchando. ¿Qué te pasa? 

-Ni quiero escucharte. -Digo con tranquilidad. -Ya sabes porque lo hice y lo volvería a hacer. No soy una tonta, no podre recordar nada de mi pasado pero no soy una estúpida. No voy a soportar vivir en está casa sin poder salir a ningún lado. 

-Mi amor. -Suspira. -Entiéndeme que tengo miedo, después de que te secuestraron y perdiste la memoria me da tanto miedo que te aparten de mi de nuevo. 

No digo nada. solo me quedo callada y me acuesto de lado, dándole la espalda y apago la luz de la lampara. 

-Hasta mañana, Horacio. 

Lo escucho suspirar y cierro los ojos, me dispongo a dormir hasta que pierdo la conciencia unos minutos después

Al otro día, estoy tomando el desayuno en la cocina y mi mente está desconectada de la realidad. Tengo el aroma de Marcos en mi nariz y cierro los ojos al recordar el abrazo que me dio, lo tranquilizador y fuerte que se sentía, como acariciaba mi espalda y no me quería alejar de él.

Tengo que hablar con Marcos, él debe saber algo de mi pasado porque no puede ser que él esté en mis recuerdos. 

Respiro hondo y terminé de tomar mi té, por suerte hace unas semanas ya no tengo náuseas y puedo disfrutar un poco más del embarazo.

Por otro lado, Horacio sigue molesto al límite que despidió a sus hombres y está pensando en que como ya estoy recuperada, quiere que regresemos a Miami.

Si soy sincera, no me agrada mucho la idea porque algo de mi interior me está diciendo que mi lugar no es con él, no siento nada por Horacio y lo termine de confirmar cuando lo vi a Marcos y sentí todo ese amor que traspaso cada poro de mi piel. 

- ¿En que estás pensando, mi amor?

Toma mi mano y la corro con cuidado para que no tome a mal mi rechazo.

-Nada. -Trago saliva. -Solo estaba pensando el menú para está noche. 

-De eso que se ocupe la cocinera. Para eso está.

Hago una mueca al escucharlo, como me molesta que diga esas cosas. 

-Al menos quisiera estar entretenida con algo. ¿No crees? -Seria. 

Asiente a regañadientes y respira hondo antes de responder. 

-Solo ten paciencia mi amor. Te prometo que en Miami vamos a tener una vida diferente. Podrás recuperar la vida que tenias antes del horror que pasamos. 

. ¿Y cual era mi vida si se puede saber? Porque eso de salir de compras y gastar la plata la verdad es que no me lo creo mucho. 

-Necesito que confíes en mi. Por favor. -Ruega. -Veras que cuando volvamos a nuestro mundo vas a recordar todo y te vas a sentir mejor. Además, tengo algo pensado que puede ayudarte un poco. 

Ladeo la cabeza al escucharlo y lo miro con curiosidad. 

¿Qué quiere decir con eso?

En carne vivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora