Narra Marcos:
Después de un rato, estoy limpiando mi casa cuando el timbre de la casa empieza a sonar y dejo la escoba apoyada en la pared. Cruzo el comedor y tardo unos minutos en abrir la puerta.
Al abrirla, me encuentro a Lucía, quien me está mirando con una mirada llena de furia y decepción, lo primero que hace es golpear mi pecho y llora desconsoladamente.
- ¿Qué pasa, mi amor? -Asustado. - ¿Por qué me pegas?
-Dime que no es cierto, Marcos. -Desconsolada. -Dime que lo que me conto Héctor es mentira.
Me quedo en shock y mi rostro se pone pálido al escucharla. Mi miedo se apodera de mi cuerpo y pienso en lo peor.
¿Qué es lo que le dijo ese maldito?
-Mi amor. -La tomó de los hombros con cuidado. -Tienes que escucharme, hay muchas cosas que no sabes.
- ¿Entonces es cierto lo que me dijo? -Sus ojos se desparraman en sus mejillas y como me duele verla de esa manera. - ¿Me sedujiste para dejarme embarazada?
Niego enseguida y ella retrocede unos pasos para liberarse de mi agarre.
-Por favor, mi amor.
-No me digas así. -Levanta la voz. - ¿Cómo pude haberte creído? Me siento tan estúpida. Pensaba que me amabas.
Quiero decirle que la amo, que es lo mejor que me paso en la vida y el miedo me dejo sin palabras, no puedo defenderme y sus ojos me miran con ese odio fulminante.
-No quiero verte en mi vida. -Furiosa. -No se como le hare pero te juro que en este momento te voy a sacar de mi vida.
Intento detenerla pero se esfuma entre mis dedos y me despierto en la cama, respiro agitado y por despertarme sobresaltado hago que Lucía abra los ojos asustada.
- ¿Te sientes bien? -Preocupada.
Mis ojos se llenan de lagrimas al mirarla y me siento con tanta culpa... ella no sabe todo lo que hice para estar a su lado y eso me hace sentir tan mal.
Sin embargo, eso fue al principio, a medida que fui conociéndola, tratándola en el trabajo mi corazón fue necesitándola cada vez más y ahora no soportaría su odio, me destrozaría completamente.
Lucía observa mi expresión de susto y la abrazo con fuerza.
-Te amo tanto Lucía... -Muerto de miedo. -Por favor, mi amor... nunca me dejes.
Intentando calmarme, acaricia suavemente mi espalda y me echa hacia atrás, sus manos toman mis mejillas y sonríe suavemente.
-Yo también te amo Marcos... por algo vine hasta aquí para pedirte que no renuncies.
Mi respiración de a poco está volviendo a la normalidad y cierro los ojos antes de apoyar mi frente con la de el amor de mi vida.
-Es que me moriría si te vas... -Asustado. -Que no me creas cuanto te amo.
Sigo con mis ojos cerrados y acaricia mi mejilla con ternura.
-No se lo que habras soñado pero eso no va a pasar... te creo Marcos, se que me amas y no me voy a separar de ti. Decidí pedirle el divorcio a Héctor y quiero hacerlo lo más calmo posible para que no sufra.
Es que hay tantas cosas que no sabes, mi amor y soy consciente que cuando sepas la verdad me vas a odiar.
Quiero que lo sepas, que no haya secreto entre nosotros y veas que todo lo que hice es para protegerte de ese hijo de puta.
- ¿Qué crees que hará cuando lo sepa?
Abro los ojos y me encuentro con su mirada azul tan cerca.
-Supongo que lo tomará bien, sufrirá un poco pero es lo mejor. Ya no hay amor de mi parte y el cambio mucho.
Besa mis labios lentamente y mi alma vuelve a nacer. Dios mío, lléname de valor para decirle a Lucía toda la verdad. Necesito esa valentía para eliminar todo lo que me hace sentir culpable y así no tener secretos.
Solo deseo estar con ella, amarla, envejecer juntos y darle todo lo que merece, llenarla de mimos, de amor, de confianza y ternura.
Mi cabeza se apoya en su hombro desnudo y mis brazos la envuelven con fuerza, incapaz de despegarme de ella y vuelvo a cerrar los ojos.
Lucía Dorrego es mi mundo, mi vida, mi oxigeno, mi sangre y mi alma. Todo le pertenece y la necesitare toda la vida para poder vivir.
Se que Héctor no lo tomara bien y estaré perdido desde entonces, pero ella me da las ganas de seguir luchando y hacerle frente a ese maldito.
Solo espero que Lucía pueda perdonarme y quiera estar a mi lado, sin ella ya nada tiene sentido.
Narra Héctor:
Lo que me dijo Alfonso me dejo preocupado, trastornado por lo que pueda llegar a hacer mi mujer.
¿Estará con el o solamente es mi imaginación lo que me está matando?
Me llevo las manos a la cabeza y pateo la silla con fuerza por la furia que siento. Los demonios de mi cabeza se están burlando de mí, echándome en cara que esto está pasando por mi culpa.
-Te lo mereces estúpido. -Se rie la voz de mi cabeza. -Todo porque no supiste hacerle un hijo a tu esposa.
Basta, trato de calmar mi mente porque no quiero volverme loco. No me encuentro bien y esto no me ayuda para nada.
Solo provoca que las cosas empeoren y ya no doy para más.
Necesito ayuda porque puedo cometer cualquier locura.
Maldito seas, Marcos. Por tu culpa todo se vino abajo, antes era tan feliz con Lucía. Era un matrimonio soñado y ahora me la quieres quitar.
Estás loco si piensas que podrás quitármela, si este imbécil juega sucio yo voy a jugar peor.
Me voy a vengar por todo lo que me está haciendo.
ESTÁS LEYENDO
En carne viva
RomanceUna maternidad deseada y un esposo dispuesto a todo para que su esposa quede embarazada.