Último trimestre

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*Últimos capítulos*


Le cuento todo lo que paso y sus brazos me abrazan con fuerza, provocando que me sienta protegida entre sus brazos y apoyo mi cabeza en su hombro. 

- Graciela intento matarme.  -Susurro. - Intente escaparme de ella pero me empujo y sufrí un tremendo golpe. 

Respira con pesadez y puedo ver lo furioso que está. 

-Allí fue cuando escuche los disparos, Graciela cayo muerta ante mis ojos y luego vi el rostro de Horacio antes de perder la conciencia. 

Cierra los ojos y niega suavemente. 

-Era obvio que ese hombre los mato. -Acariciando mi espalda. -Por suerte ese infierno ya paso y no volverá a pasar, mi amor. Te lo prometo. 

Me atrae a su cuerpo y cierro los ojos, sintiendo una enorme paz y alivio que nunca sentí en mi vida. Estar en sus brazos es tan hermoso que ni siquiera lo puedo explicar con palabras. 

Las semanas fueron pasando y empecé con el séptimo mes de embarazo, ya estoy transitando el último trimestre y tengo tantos nervios, es una sensación de felicidad y ansiedad por conocer a mi bebita hermosa, sostenerla entre mis brazos y brindarle toda la protección del mundo. 

Le dije a Marcos mi plan de mudarnos y le mostré la casa que tengo en mente, hice una cita con la inmobiliaria y estamos dirigiéndonos hasta el barrio de Núñez. Se trata de una casa de 4 ambientes, en la Avenida Congreso. La casa tiene un parque trasero y una entrada con rejas altas, consta de garaje y una lavandería. 

Marcos me ayuda a bajar del auto porque cada vez se me hace difícil moverme y caminar como antes. Mi prometido me toma de la cintura y caminamos hasta la casa. 

El agente inmobiliario nos muestra cada rincón de la casa menos la planta alta. 

-En la planta alta están las habitaciones y la suite principal tiene un balcón hacia el jardín. 

Nos muestra la planta baja y observo a Marcos quien está conforme con la casa. 

Más tarde, nos despedimos del agente y al quedarnos solos, esperamos a ver un taxi en la calle. 

- ¿Y? ¿Qué te parece?

Me mira con una sonrisa y me atrae a su cuerpo. 

-Me gusto mucho... -Sus ojos brillan al mirarme. -No pude evitar pensar en como será nuestra vida en esa casa y ni siquiera quiero pensarlo dos veces, quiero compremos está casa. 

Sonrió feliz al escucharlo y siento un movimiento dentro de mi vientre, mi boca se abre y Marcos cambia de expresión. 

- ¿Pasa algo, mi vida? 

Mis ojos se llenan de lagrimas al sentir las pataditas y tomo su mano antes de llevarla a mi vientre. 

- ¿Sientes como patea?

La niña patea de nuevo y el rostro de Marcos es de completa sorpresa. Sus ojos me miran con emoción y apoya su frente con la mía. 

-Dios santo... -Emocionado. -No se como darte las gracias por cambiar mi vida para bien, me haces el hombre más feliz de la tierra. 

Mi sonrisa se amplia y respiro profundamente. 

A medida que el tiempo fue pasando, fuimos decorando la habitación para la niña y nos está quedando muy bien. Me tome una licencia de la empresa pero estoy trabajando desde la casa para tener todo preparado para el desfile. 

Mi vientre va creciendo cada vez más y me siento tan feliz, ahora tenemos todo preparado para la llegada de nuestra princesa y estamos ansiosos para que ese día llegue. 

Estoy empezando a transitar los 8 meses y medio, ya no falta nada y las ganas de conocerla van en aumento. 

Marcos está a mi lado mientras estamos acostados sobre la cama y su mano acaricia mi vientre, la niña se está moviendo y siento una incomodidad tremenda al sentir su peso. 

Sin embargo, está incomodidad es soportable y me siento de buen humor, cuidada y tratada como una reina por el hombre que amo. 

Besa mi frente con ternura y me abraza con cuidado, respiro hondo y cierro los ojos antes de quedarme profundamente dormida. 

Más tarde, me despierta un profundo dolor y Marcos se despierta en estado de preocupación al ver como me doblo del dolor. 

- ¿Es el bebé? 

-No se. -Siento otra contracción y gimo de dolor. -Creo que quiere nacer. 

Mis manos se apoyan en mi vientre y Marcos salta de la cama para buscar las cosas, ni siquiera tardo en reaccionar, en cuestión de segundos reacciono y busca la pañalera. Una vez que la agarra, la deja sobre la cama y me ayuda a levantarme. 

-Arriba, mi amor. 

Me levanta con cuidado y pone la tira de la pañalera sobre su hombro. Respiro hondo al sentir dolor en mi bajo vientre y trato de respirar con normalidad. 

Salimos de la habitación y me ayuda a bajar las escaleras con cuidado, mi espalda está arqueada por el peso de que ejerce mi vientre y después de varios minutos salimos a la calle. 


Narra Horacio:


Después del tratamiento con el kinesiólogo puedo decir que ya estoy volviendo a la normalidad y así aumentan mis ansias de venganza sobre esos hijos de puta. 

Gutiérrez tiene listo para partir a Buenos Aires y ya no puedo aguantar para efectuar mi plan. No obstante, debo tener paciencia para lo que se viene, hacerlo con cuidado y atacar cuando menos lo esperen. 

Una sonrisa maquiavélica aparece en mis labios y mi mano sostiene un vaso de whisky cuando Gutiérrez entra al comedor. 

-Ya está todo listo, señor. 

Asiento y dejo el vaso sobre la mesita antes de ponerme en pie. Ya es hora de iniciar mi venganza y como voy a disfrutar al ver esos hijos de puta suplicando por sus vidas. 




En carne vivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora