Fantasma

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Lucía siente inquietud por haber dejado a Emilia con Juliana e intento tranquilizarla que nuestra princesa va a estar a salvo en la casa. 

Ahora estamos viajando en taxi hasta el lugar y mis dedos están entrelazados con los suyos, transmitiéndole mi energía y tranquilidad para que se pueda sentir un poco mejor. 

Al llegar al predio, nos encontramos con las luces de las cámaras y los flash de las fotos, la acompaño mientras le sacan unas fotos y nos sacan en conjunto. Entramos al lugar y dejamos los abrigos. 

La gente que trabaja en el lugar nos hace pasar y mi mujer observa como quedo el resultado final, notando que está más relajada y satisfecha. 

-Te dije que te iba a gustar. -Sonrió. 

Ella me responde con una sonrisa y beso sus labios con ternura.  Observamos la pasada de las modelos con sus diseños, Lucía se sube a la pasarela para arreglar alguno que otro diseño y baja rápidamente. 

-Tómense un tiempo de descanso, chicas. -Animada. -Lo hicieron muy bien.

Las modelos le obedecen enseguida y se alejan de la pasarela, Lucía saca su celular y ve que tiene un mensaje de Juliana. 

-Todo está bien. -Sonríe. 

- ¿Lo ves? -Acaricio su mejilla. -No hay nada que temer. 

Asiente con tranquilidad y la acompaño al camerino para que pueda prepararse para el show. 

Nos tomamos un tiempo hasta que se va a acercando la hora del show y ella respira hondo varias veces como un intento de relajación. Lucía se está mirando en el espejo y hace una mueca. 

-No se... siento un presentimiento bastante extraño. -Mueve la cabeza y se da la vuelta para mirarme. 

- ¿A que te refieres? 

-No lo se. -Suspira. -Eso es lo que no entiendo, siento una pelota en el estomago y no la puedo sacar. 

Me acerco y pongo mis manos sobre sus hombros. 

-Ya vas a ver que no. 

Su mirada está perdida y reacciona cuando revisa la hora en su reloj pulsera. 

-Tenemos que salir. -Seria. 

Intenta separarse y la agarro con suavidad. 

-Ey... -Agarro su mentón y hago que me mire. -No va a pasar nada. 

Me sostiene la mirada y asiente antes de salir.  

Lucía me pide que me quede con los invitados mientras ella se va a quedar con las chicas antes de que salgan a desfilar. Estamos en los momentos previos al show y las luces se apagan cuando están a punto de empezar. 

Mi corazón se acelera, estoy seguro de que todo va a salir muy bien y giro mi cabeza para ver cuanta gente hay. El lugar está lleno y mi mirada queda petrificada cuando estoy viendo un fantasma. 

-No puede ser. 

Exclamo en voz baja e intento caminar entre la gente para alcanzarlo pero esté se está alejando, Horacio está caminando con dificultad porque está rengueando. Trato de apurarme pero se me hace casi imposible por la gente que hay hasta que lo pierdo de vista. 

Entrecierro los ojos mientras trato de entender lo que paso. 

Ese hombre está muerto, es imposible que esté en este lugar. Mi respiración es pesada y me obligo a calmarme. Regreso a mi lugar y no puedo sacarme esa imagen de la cabeza.

Solo espero que haya sido producto de mi imaginación.


Narra Lucía: 


Ahora que el show está en su curso me siento más tranquila y estoy espiando todo para ver que está saliendo a la perfección. Busco a Marcos entre la gente y puedo ver como su expresión es seria. 

El hueco en mi estomago se hace presente y me muerdo los labios al sentirme preocupada, otra vez esa sensación de que algo va a pasar aparece en mi cabeza. 

Trago saliva y estoy que camino por las paredes. El tiempo está corriendo de una manera tan lenta y ya quiero estar con él para saber que está pasando. 

Paso una eternidad hasta que tuve que hacer acto de presencia al final del desfile y la gente me aplaudió con entusiasmo, le agradecí a todos y una vez que acabo, voy tras bambalinas y me encuentro con Marcos. 

- ¿Que paso? -Nerviosa. -Tenes una cara... 

-No se... fue muy raro. 

Apoya su mano en mi espalda baja y me lleva a mi camerino para que podamos estar solos. Entramos al camerino y nos encontramos con un ramo de flores igual al que me regalaron días atrás. El rostro de mi prometido se endurece y respira hondo. 

-No puede ser. -Se lleva las manos a la cabeza. 

- ¿Me vas a decir que paso? No te quedes callado por favor. 

Su rostro está blanco y lo veo tragar. 

-Lo vi a Horacio, se fue cuando intente alcanzarlo. 

Mis ojos se abren como platos al escucharlo y mi respiración desaparece. 

-Al principio pensé que fue producto de mi imaginación pero al ver estás flores y las demás, las tarjetas. Estoy seguro que es él. 

-Pero... -Asustada. -Pero si estaba muerto, yo lo mate. 

Mi cuerpo empieza a temblar y Marcos me abraza enseguida. 

-Lo voy a matar si se le ocurre acercarse a vos. 

Sus brazos me protegen y cierro los ojos. La sola idea de que esto sea cierto provoca un miedo que atraviesa todo mi cuerpo.

Enseguida me alejo al tener una extrema necesidad de salir de esté lugar. 

-Emilia. -Asustada. -Vamos a casa. 

Marcos asiente y nos vamos rápidamente. 

Viajamos hasta la casa y al entrar, nos encontramos a Juliana durmiendo a Emilia y siento como la tranquilidad vuelve a mi espíritu. Me apuro para tomarla en brazos y la llevo a mi pecho. 

-Gracias a Dios estás bien, mi amor. -Respiro hondo. 

Marcos nos abraza con suavidad y Juliana nos mira sin entender nada. 

- ¿Qué paso? ¿Por que estás así?




En carne vivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora