Desconocido

37 5 2
                                    


Durante el viaje, mi cabeza está apoyada sobre el respaldo del asiento y mi mente se dispara cuando un recuerdo inunda mi cabeza.


Recuerdo de Violeta:


Estoy caminando por la terraza hasta que encuentro a una amiga y la ansiedad está latente en mis emociones hasta que llego a la mesa, nos damos un beso en la mejilla y estamos frente a frente.

-Te queda muy lindo tu nuevo look.

-Gracias. -Sonrió. -No sabes las cosas que me pasaron.

-Tienen que ser muy fuerte para que no me hayas hablado en estos días.

Asiento y trago saliva.

-Me acosté con otro hombre.

Su boca queda entre abierta y reacciona segundos después.

- ¿Qué?

-Si. -Suspiro. -Te hable de Marcos... mi contador.

-Si, el que te estuvo consolando en todo este tiempo y se hicieron amigos. ¿Cómo paso?

-Es que hay muchas cosas que no te conté. Pensé que lo que sentía por el era gratitud por escucharme, por ser tan bueno conmigo pero cuando me beso en el trabajo sentí tantas cosas. -Miro hacia otro lado. -No tienes idea de lo bien que me sentí, con la ternura que me trato y me dejo patas para arriba. Por un momento pensé que era confusión, que solo me sentía así por la crisis de mi matrimonio y todo lo que paso en Cancún me abrió los ojos.

Respiro hondo y de tan solo pensar en él siento como mi corazón late tan fuerte.

-Estoy enamorada de él, Juli. Me di cuenta de que ya no siento nada por Héctor y no lo quiero lastimar.


Fin recuerdo de Violeta. 


Parpadeo varias veces cuando las dudas están en mi mente.

¿Quién es Héctor? No tengo idea de quién es y este recuerdo abre otro panorama que no tenía idea de nada.

La mujer del recuerdo parece ser una amiga, a la cual le estuve contando de las cosas que me pasan con Marcos... Ya me parecía que los sentimientos que despertaron desde el fondo de mi alma eran por algo.

La cabeza me empezó a doler y me quitó el cinturón para ir al baño. Abro la puerta del baño y la cierro antes de abrir la llave de la canilla, utilizo mis manos para juntar un poco de agua y me mojo el rostro con ella.

Esté recuerdo me genera una desconfianza importante en Horacio, ya que él no está en ninguno de mis recuerdos y nunca me hablo acerca de Juliana. Esto es todo tan raro... 

Me apoyo sobre el lavado y me quedo ahí hasta que decido salir para que Horacio no sospeche pero se que algo raro hay en todo esto, por eso siempre evitaba las preguntas que le hacía respecto a mi pasado y siempre buscaba cualquier mentira pero el no sabia que cometió el peor error, piensa que soy idiota pero le voy a demostrar que voy a descubrir muy pronto la verdad. 

Tomó asiento y Horacio me mira con preocupación.

- ¿Qué pasa, mi amor?

-Nada. -Sería. -Solo me dio un mareo pero estoy bien. 

Puedo sentir la expresión alarmante de Marcos, sus ojos están mirándome asustado y me acomodo en el asiento.

Hay tantas cosas en las que tengo que pensar y ordenar. Solo tengo que esperar a que Horacio esté en su trabajo para poder armar el rompecabezas. 


Narra Marcos:


Estoy tan preocupado de tan solo pensar que puede estar descompuesta por el embarazo y me siento tan impotente al no poder hacer nada por ella. Como mandaría todo a la mierda y acercarme a Lucía para ayudarla pero no puedo, tengo que pensar en ella y ser paciente. 

Respiro hondo mientras intento tranquilizarme, todavía quedan unas cuantas horas para llegar a Cancún y no quiero perder la cabeza. Tengo que pensar en Lucía y como sacarla de esté tormento. 

Horas más tarde, llegamos a la madrugada y la noto cansada. Me tomo el atrevimiento de ayudarla con su equipaje y entramos a la casa. 

-¿Por que no te acuestas mientras le muestro a Marcos donde se va a quedar?

Ella asiente y Lucía se retira sin acercarse para darle un beso. Eso me provoco un alivio profundo en mi corazón y la veo subiendo las escaleras. 

-Sígame. 

Le hago caso a Horacio y me lleva hasta el final del extenso jardín donde hay una piscina. Nos encontramos con una casita de madera y abre la puerta. 

-Aquí se va a quedar, va a tener comida y tendrá un buen sueldo donde va a tener un buen pasar de vida. Solo tiene que estar cerca de mi esposa, acompañarla donde ella quiera estar y no se le despegue. 

-Está bien. 

-Bueno, debe estar cansado asique vaya a dormir. A la mañana me iré a mi trabajo asique cuídela como si fuera oro. 

Y lo es, mi Lucía es la persona más preciada de mi vida y lo único que me importa es mi familia. 

Ahora nadie me va a detener en mi lucha por recuperarla. 

Dejo mis cosas en la casilla y me preparo antes de acostarme sobre la cama, mi cabeza descansa arriba de la almohada y mis ojos están en el techo, pensando en la oportunidad que tengo al estar a solas con Lucía. 

No se bien que es lo que hare pero me siento tan emocionado de tan solo pensar en eso. Mi corazón golpea con fuerza y mis ojos se llenan de lagrimas. 

Tengo tanta fe, soy consciente que la vida me está dando otra oportunidad para ser feliz junto a ella y yo le juro a Dios, que voy a dar todo de mí para que Lucía y mi bebé sean felices. 

En carne vivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora