Medico

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Buenos días <3 estoy pensando en hacer una maratón está semana. Seguro que sera el viernes o el sábado.

Espero que les guste el capitulo de hoy <3

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Narra Marcos:

Escucho todo lo que me está diciendo Juliana y resoplo en voz baja. Estoy alejado de Lucía para que no escuche nada y para no preocuparla.

-Gracias por no decir nada, Juli. Cuanto más lejos esté ese enfermo de Lucía, mejor.

-Lo se pero es mejor que le digas a Lucía lo que está pasando. No le ocultes nada porque sabes cómo se va a poner.

Suspiro y la verdad es que tiene razón, ya me perdono una vez y quiero que ella confie en mi.

-Tienes razón. -Resoplo. -Es mejor que lo hable ahora, gracias de nuevo, Juliana. Al menos no vendrá aquí por un buen tiempo.

-Dale un abrazo por mi. Adiós.

Me despido de ella y corto la llamada, me quedo pensativo por un momento y la verdad es que si, tengo que hablar con ella para que esté al tanto de todo lo que está pasando.

Salgo del cuarto y me encuentro a Lucía mirándome con curiosidad.

-¿Con quién hablabas?

-Con Juliana. -Suspiro. -Me contó que Héctor fue a buscarte y tu amiga le dijo que estás en otro lugar y que no se lo iba a decir.

Ella respira aliviada y sus ojos azules me miran con intriga al verme nervioso.

-Sé que me estás ocultando algo... ¿que pasa?

Me siento a su lado y tomo sus manos.

-Tenemos que hablar... -Trago saliva. -Cuando salí a la mañana, me encontre con Graciela y estuvimos discutiendo, en medio de la discusión me conto que está aliada con Héctor y que fue él el que difundió la noticia.

Sus ojos se abren aún más y puedo ver en su mirada que está preocupada.

-Se que hice mal en no contarte pero te vi tan mal en el baño y no queria preocuparte. -Acaricio su cabello.

Respira hondo y aprieta mis manos, notando que está temblando.

-¿Qué vamos a hacer? Héctor puede volver... -Asustada.

-No creo, Juliana le dijo que no querías saber nada de mi y estabas durmiendo en un hotel. Mientras pierda tiempo buscándote en todos los hoteles de la ciudad, ganamos tiempo para hacerle frente. Mientras tanto, es mejor que nadie te vea conmigo.

Asiente y entrecierra los ojos al mirarme.

-¿Por eso me preguntaste por un doctor de confianza?

-Si... además tenemos que hablar con un abogado para solicitar el divorcio.

Lucia sonríe al escucharme y hace una mueca.

-¿Qué?

-De eso ya me ocupe... -Acaricia mi mejilla. -Hable con mi abogado mientras estabas hablando con Juliana, ocultándome lo que paso con tu ex... -Pone los ojos en blanco. -Me gustaría darle una lección.

-¿Celosa? -Riendome.

-No te pases... -Sería. -Tendría que estar enojada con vos.

-¿Me perdonas? -Mis dedos se pierden en su cabellera. -Solamente tuve miedo y actué mal.

Ella ladea la cabeza y hunde su cabeza en mi pecho, la estrecho entre mis brazos y cierro los ojos.

-No tengo porque perdonarte... se que lo hiciste para cuidarnos.

Se separa un poco para mirarme y mis ojos se derriten al verla tan hermosa, mi corazón late con fuerza y sonreímos con amor.

-Te amo.

Sonríe aun más al escucharme y envuelve sus brazos alrededor de mi cuello. Estar cerca de ella me confirma que Lucía es mi lugar, es donde quiero estar. La mujer que cuida mi corazón y me hace feliz.


Narra Lucía:


Aunque tendría que estar enojada con Marcos, la verdad es que lo entiendo. Quiere protegerme de toda la mierda que representa Héctor y esa mujer. Además, no dejó de tener miedo a pesar de contar con el amor y la protección de Marcos.

Las amenazas de Héctor fueron letales y la idea de que le haga algo malo a mi bebé me pone enferma.

Conmigo puede hacer lo que quiera, tengo los ovarios suficientes para salir adelante y volver a empezar pero mi limite es mi bebé o Marcos.

Al otro día, Marcos llamo a un remis para ir hasta el hospital y por suerte no fuimos vistos por nadie. Pudimos ir con tranquilidad hasta el sanatorio y esperamos a que César nos llame.

Cuando nos vimos las caras, el doctor me mira con sorpresa al ver que estoy con otro hombre y nos hace pasar.

-No sabia que estás separada.

-Si... hace un tiempo.

Marcos corre la silla para que me siente y se sienta a mi lado.

César toma asiento.

-Muchas felicidades por el embarazo, Lucía. Se que deseabas tanto tener un hijo y la verdad es que se te ve muy bien.

-Gracias.

Sonrio y volteo la cabeza para ver a Marcos, quien también está sonriendo.

-Te pedi un turno porque eres al unico con quien puedo confiar, no quiero que salga está noticia en los medios.

-No te preocupes, no diré nada. -Tranquilo. -¿Por que no te acuestas en la camilla y revisamos cómo están los dos de salud?

Asiento y me pongo de pie, Marcos me ayuda a acostarme en la camilla y Cesar se acerca para inspeccionar que todo esté bien.

Puso sus manos sobre mi vientre y siento una molestia cuando aprieta, lo hace en mi estomago y se tomó su tiempo. Termina con su trabajo y Marcos toma mi mano, ayudando a sentarme en la camilla.

César se acerca a su escritorio, toma una lapicera para escribir la receta. Tomo asiento con Marcos y él toma mi mano, apretandola con delicadeza.

-Todo está muy bien. El bebé tiene entre 3 o 4 semanas, te voy a recetar unas vitaminas y te recomiendo que en dos meses te hagas una ecografía.

Me da la receta y le agradecemos antes de salir.

Al salir del hospital, lo hago con una gorra y unos lentes de sol para que no me identifiquen. Estamos agarrados de la mano y Marcos me mira con una sonrisa.

-Que alivio de que estén bien. -Abrazándome y sus manos se apoyan en mi vientre.

-Si. -Sonrió y besa mis labios.

-Ahora nos vamos a casa y comemos algo rico.

-Medialunas con dulce de leche.

Suelta una risa, envolviendo sus brazos en mi cintura antes de irnos. 

-Lo que mi reina quiera, lo tendrá. 

Vuelve a besar mis labios y cruzamos la calle. 

En carne vivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora