Al otro día, acompaño a Lucía a su lugar de trabajo y beso sus labios apasionadamente antes de despedirme de ella.
-Cualquier cosa que necesites mándame un mensaje.
-Siempre me lo dices. -Sonríe.
Soy consciente que soy muy repetitivo pero no puedo evitarlo, me da miedo que le pase algo y que no este con ella.
-Cuídate mucho, mi vida. -Le doy otro beso. -Te amo.
-También te amo. -Contenta.
Me despido de mi Lucía y al darme la vuelta, me sorprendo al ver que casi me choco de frente con Alejandro.
-Lo siento, no te vi.
-No pasa nada. -Tranquilo. - ¿Está ocupado?
-Tengo que ir al trabajo... ¿por que? ¿paso algo?
-Es que ayer estuve conversando con la señora Lucía y creo que es mejor que esté enterado. -Suspiro. -No quiero meterme mucho en su vida pero me preocupa un poco y quiero charlarlo, si no le molesta.
-No me molesta, es más, quiero saber que está pasando. -Preocupado. - ¿Quieres ir a tomar un café?
-Claro.
Avanzamos hacia la cafetería más cercana y tomamos asiento.
Pido un café cargado y Alejandro no pide nada.
- Por favor, dime que pasa. Ayer la vi un poco rara cuando la vine a buscar.
Suspira y asiente lentamente.
-Si... ayer en el trabajo quise ayudarla con el desfile y me conto algo que paso sobre una modelo y vos.
Me quedo en silencio al escucharlo y respiro hondo.
-No es que Lucía desconfié de usted, claro que no pero ella desconfía de esa chica.
Paso la mano sobre mi rostro y resoplo rápidamente.
-Con razón estaba así. -Preocupado, -Yo le conté para que no haya secretos entre nosotros, nunca paso nada con esa chica, no me interesa esa muchacha, solo estoy enamorado de Lucía y me encanta la vida que estamos llevando.
-Le dije que lo veo en tus ojos cuando la miras pero de ti no está desconfiando, solo que está un poco insegura porque la señorita es joven y su cuerpo no va a sufrir las consecuencias de un embarazo.
¿Qué? ¿En serio? No me interesa para nada eso y más cuando Lucía es la luz de mis ojos, es una mujer increíblemente hermosa por dentro y fuera... Si supiera que en cualquier ocasión me excita de una manera, me vuelve loco cada día que pasa y eso no cambiara nada.
-Voy a hablar con ella. -Respiro hondo.
-Deben ser las hormonas del embarazo, está enfrentando muchos cambios y hay que entenderla.
-Lo se. -Asiento y sonrió un poco. -Gracias Alejandro, de verdad lo aprecio.
-No hay de que, solo quería ayudar y sepa que si necesita algo los voy a ayudar.
Alejandro es un hombre que despierta confianza y la verdad que le creo, le agradezco de nuevo y salgo a la calle antes de tomar un taxi que me lleve al trabajo. Durante el viaje pienso en lo que debo hacer para disipar ese malestar que se despertó en su cabeza y hacerle ver que no hay de que preocuparse.
Narra Lucía:
Tomo asiento y enciendo la computadora mientras espero a que llegue Milagros con la taza de té. Respiro hondo y me quedo con la cabeza perdida por unos minutos.
-Permiso...
Milagros entra a mi oficina y deja la taza sobre el escritorio.
-Gracias Mili. -Sonrió un poco. - ¿Alguna novedad?
-Ninguna, Alejandro todavía no llego todavía.
- ¿Hablaban de mí?
Me sorprendió la llegada del contador y respiro profundamente.
-Me asustaste. -Riéndome. -Buenos días.
-Buenos días. -Sonríe.
Entra a mi oficina y Milagros se retira.
- ¿Cómo te sientes? -Me pregunta.
-Mejor. -Sonrió. -No se que me paso, estás hormonas me están volviendo loca y además, Marcos se comporta de una manera tan linda conmigo.
-Me alegro mucho. -Sonríe. -Se te ve con otra cara ahora, estás muy linda.
-Gracias. -Animada.
Toma asiento y nos ponemos a trabajar en el desfile. Todavía queda mucho por hacer y quiero hacer las cosas con calma.
Estuve todo el día trabajando y las horas pasaron volando, me preparo para salir de la oficina y cuando me dirijo a la puerta, está se abre y veo a Marcos entrar con un ramo de flores.
-Buenas tardes. -Sonríe.
-Hola.
Sonrió contenta al ver las flores que compro para mi y las deja en el escritorio antes de besar mis labios.
- ¿Cómo la pasaste, mi amor?
-Trabajando y pensando en vos.
-Yo también. -Me da otro beso. -Extrañándote horrores.
Ladeo la cabeza y apoyo mis manos en sus hombros.
Agarro el ramo e inhalo su aroma.
-Son hermosas, mi amor. Gracias.
-No tan hermosas como vos.
Sus brazos me envuelven y me atrae a su cuerpo.
- ¿Qué te parece si vamos a casa, nos ponemos más lindos y salimos a cenar?
- Me encantaría. -Animada.
-Entonces vamos a casa...
Me muerdo los labios al verlo tan lindo e inclina su cabeza para besarme de nuevo. Sus labios avasallan mi interior y jadeo suavemente al sentir su lengua recorrer mi boca.
Mis brazos envuelven su cuello y el beso se hace más intenso, siento el fuego recorriendo mis venas y mi piel se eriza al sentir sus caricias.
-Mi amor... -Jadeo. -Tenemos que irnos.
Suelta una risita y siento lo duro que está en sus pantalones. Se aleja para ponerle seguro a la puerta y mis bragas se mojan por la anticipación.
-Creo que vamos a tardar un poco antes de volver a casa... -Mirándome con deseo.
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En carne viva
RomanceUna maternidad deseada y un esposo dispuesto a todo para que su esposa quede embarazada.