Atado

52 7 2
                                    

El desayuno fue una tortura para mi, ese tiempo transcurrio de manera tan lenta y mi mente está en otro lado, ni siquiera estoy escuchando todo lo que me está diciendo y por eso me llama la atención.

- ¿Pasa algo?

-No... -Me pongo de pie. -Solamente estoy cansada. -Suspiro y me pongo de pie. -Voy a descansar un rato y más tarde voy a almorzar con Juli.

-Pense en que podríamos salir a almorzar nosotros solos.

-Lo se... pero quede con ella. Podemos ir otro día.

-Está bien, mi amor. -Sonríe. -Te hará bien encontrarte con tu amiga.

Asiento lentamente y salgo del comedor para ir a la habitación. Antes de acostarme, me doy un baño y gracias al cielo logro relajarme pero no así mi corazón.

A pesar de estar segura de mis sentimientos, todavía siento una enorme confusión de lo que debo hacer.

¿Aunque esté enamorada de otro hombre tengo que seguir con Héctor? ¿O jugármela por Marcos?

Es que todavía no se que siente Marcos por mi, me puede querer pero, ¿es amor lo que siente? No lo se y sus sentimientos pueden cambiar o no el curso de las cosas.

Respiro hondo y abro la llave de la ducha. Me desnudo en silencio y entro enseguida.

Más tarde, me cambio de ropa para encontrarme con Juliana y agarro efectivo, lo guardo en mi billetera y por último me pongo un poco de perfume.

Salgo de la habitación y bajo las escaleras.

- ¿Ya te vas?

Héctor sale de la cocina sosteniendo un vaso con agua y asiento.

-Si... Juliana está manejando hasta el restaurante que frecuentamos asíque ya me voy para allá.

-Está bien.

Me observa con los ojos entrecerrados y me pongo un poco incomoda.

-Bueno... ya me voy, después nos vemos.

Cuando camino hasta la puerta, me detiene cuando me llama por mi nombre.

-Lucía... -Avanza hacia mi. - ¿No me vas a dar un beso?

Me quedo helada, ni siquiera asiento. Me da un beso en los labios y trago saliva.

-Chau.

Abro la puerta y me voy de ahí.


Narra Marcos:


Estoy desempacando mis cosas cuando el timbre empieza a sonar y salgo de la habitación, me echo a andar hasta la puerta y la abro. Alfonso está del otro lado y no puedo evitar ponerme serio.

- ¿Qué haces aquí?

-No te preocupes que seré rápido.

Lo hago pasar y cierro la puerta con llave.

- ¿Qué quieres?

-Solo vengo a informarte que Héctor ya no necesita tus servicios. -Se cruza de brazos. -Quiere que renuncies y a pesar de que no hiciste nada, el te va a pagar un porcentaje.

-No me interesa el dinero.

- ¿Cómo que no? -Se rie. -Si por algo aceptaste.

-Sabes muy bien que tu socio me amenazo. -Enojado. -Su esposa no merecía este engaño y por eso quería hacerme a un costado.

-Y ahora tienes la oportunidad de hacerlo. Héctor ya no quiere compartir su esposa con nadie y por suerte recupero su mente fría. Solo quiere que renuncies y te va a dar tu parte.

-Decile que no quiero su dinero.

-Hace lo que quieras pero renuncia.

Trato de no mostrarme cabizbajo pero es tan difícil y más al saber que Lucía va a estar con ese desgraciado. Mi corazón se rompe en miles de pedazos.

La amo, la amo con toda mi alma y esto me destroza porque la perdi. No puedo hacer nada porque estoy atado de pies y manos.

-Está bien. -Contesto con un hilo de voz. -Voy a renunciar

-Me parece una decisión acertada. -Sonríe. - ¿En serio no quieres el dinero?

-No quiero nada, solo ándate de acá. Ya sabes donde es la salida.

-Con mucho gusto.

Alfonso sale de mi casa y cuando la puerta se cierra, no puedo evitar las lagrimas que salen de mis ojos y me llevo las manos a la cabeza.

Me niego a aceptar que todo termino, mi corazón me sigue doliendo al saber que ya no hay vuelta atrás.

Tengo que alejarme del amor de mi vida.


Narra Lucía:


Juliana me está esperando en la terraza del restaurante y nos damos un beso en la mejilla. Tomo asiento y arquea una ceja.

-Te queda muy lindo tu nuevo look.

-Gracias. -Sonrió. -No sabes las cosas que me pasaron.

-Tienen que ser muy fuerte para que no me hayas hablado en estos días.

Asiento y trago saliva.

-Me acoste con otro hombre.

Su boca queda entre abierta y reacciona segundos después.

- ¿Qué?

-Si. -Suspiro. -Te hable de Marcos... mi contador.

-Si, el que te estuvo consolando en todo este tiempo y se hicieron amigos. ¿Cómo paso?

-Es que hay muchas cosas que no te conte. Pense que lo que sentía por el era gratitud por escucharme, por ser tan bueno conmigo pero cuando me beso en el trabajo senti tantas cosas. -Miro hacia otro lado. -No tienes idea de lo bien que me senti, con la ternura que me trato y me dejo patas para arriba. Por un momento pensé que era confusión, que solo me sentía así por la crisis de mi matrimonio y todo lo que paso en Cancún me abrió los ojos.

Respiro hondo y de tan solo pensar en el siento como mi corazón late tan fuerte.

-Estoy enamorada de el, Juli. Me di cuenta de que ya no siento nada por Héctor y no lo quiero lastimar.

-Sabes que si sigues así lo vas a lastimar peor.

-Ya lo se... solo que quiero pensar en lo que tengo que hacer, quiero decirle lo que me pasa. Que me quiero separar de él, no tengo idea de nada.

-Tranquila. -Apoya su mano en mi hombro. -Ya vas a encontrar una opción, solo tienes que calmarte.

Trato de mantenerme tranquila y es tan difícil, me siento en una encrucijada al no saber como decirle la verdad.

No obstante, se que es lo mejor para ambos. 

En carne vivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora