En carne viva

Desfile

Me visto en una de las habitaciones del hotel y cuando termino de prepararme, salgo de la habitación y me encuentro con una de las modelos. Ella me mira con una sonrisa y la observo con seriedad.

-¿Necesita algo señorita?

-Quería saber como estaba... -Animada. -Lo segui hasta aqui y espere a que saliera.

Se inclina suavemente antes de apoyar las manos en mi pecho pero me separo de inmediato.

-No te asustes Marcos, yo se que te gusto.

-Creo que está confundida... -Incómodo.

Pongo distancia y Sofía me mira con seriedad.

-Me gustas mucho Marcos y no voy a tolerar tu no.

-Creo que tiene trabajo, señorita.

Mi voz es autoritaria y me doy cuenta de que está molesta. La modelo se retira y avanza hacia el ascensor.

Niego suavemente por este momento que me hizo pasar y suspiro, se muy bien lo que Sofía intentó hacer en todo este tiempo y no me gusta para nada, no me interesa y más cuando mi mente está en otro planeta.

Dejo de pensar en eso y cierro la puerta con llave.

Estoy de pie en medio del pasillo y veo a Lucía saliendo de la habitación, vistiendo un vestido largo de color negro, tiene el cabello recogido y me quedo impresionado al ver lo hermosa que se ve. Apenas tiene maquillaje pero no lo necesita para realzar su belleza.

Me quedo embobado mirandola y ni siquiera me percato de la intensidad de mis ojos.

-Está hermosa.

Ella sonrie y sus mejillas se ponen rosadas, dándole una expresión preciosa.

-Gracias...

Toma mi brazo y caminamos hacia el ascensor.

El desfile fue un éxito pero Lucía fue la que se llevo todas las miradas al verse tan hermosa, mi corazón se acelera cada vez que la veo. No obstante, ese sentimiento se esfuma cuando Héctor avanza hacia la pasarela con un ramo de flores y la besa cuando está frente a ella.

Trago en seco cuando mi sangre corre espesa por mis venas, sintiendo una punzada de celos y respiro lentamente cuando me doy cuenta de lo que me está pasando.

Sin que nadie me mire, camino entre medio de la gente y salgo de allí sintiéndome completamente furioso.

Tiempo más tarde, llegó a mi departamento y tiró mi saco sobre el sofá. Estos malditos celos no se me quitan, no me gusto ver a ese cínico cerca de Lucía, no la merece.

No merece una mujer tan extraordinaria como ella. Cierro los ojos y me siento sobre el sofá con una expresión demacrada.

No me tengo que sentir así pero la confusión es latente en mi cabeza, más cuando la estoy engañando.

No me lo voy a perdonar nunca.

Narra Lucía:

Al terminar el desfile, busco a Marcos para agradecerle por la ayuda pero no lo encuentro por ningún lado. ¿A donde se fue?

Intento buscarlo un poco más pero mi esposo me interrumpe.

-¿Qué estás haciendo? La prensa te está esperando.

-Estoy buscando a alguien. -Suspiro. -No se donde debe estar.

-Eso no importa Lucía, te están esperando los periodistas y tienes que hablar con ellos.