Desgarrado

54 8 2
                                    


Narra Marcos:

Más tarde, Lucía me está cabalgando con fuerza, se puede escuchar un chasqueo de nuestras pieles cuando ella rebota en mi pene y cierro los ojos ante tanto placer. Ella lo hace tan bien, me hace sentir tantas emociones que me hechiza por completo.

Llegamos al orgasmo y su cuerpo cae sobre el mio, la abrazo con fuerza y beso su frente. Su piel está tan brillosa por el sudor y su cabello despeinado la hace más preciosa.

Una sonrisa decora su rostro y apoya su cabeza en mi pecho.

- ¿Cómo te sientes?

-Muy bien... -Respira hondo. -Un poco cansada.

-Eso se puede arreglar, podemos descansar mientras te hago mimitos.

Sonríe como una niña y empiezo a hacerle cosquillas.

-Ay no. -Riéndose.

Le sigo haciendo cosquillas y ella protesta. Jugamos en la cama hasta que ella se acuesta en el colchón y su cabeza descansa en mi pecho. Mi corazón vibra tanto por Lucía, me estoy muriendo de amor y no puedo detener lo que siento.

Sin embargo, hay algo que me inquieta y es ese secreto de mierda. Ese secreto que me lastima y se que la va a lastimar mucho. Cierro los ojos con fuerza y trago saliva.

Tengo tanto miedo.

Solo espero que Lucía pueda perdonarme.

Narra Graciela:

Su esposo me está contando todo lo que hizo por esa atorranta y no lo puedo creer.

¿En serio Marcos se sometió a algo así?

Mis ojos lo miran con impresión y está verdad la voy a utilizar muy bien para jugar con Marcos, voy a utilizar todas las armas para que vuelva conmigo y no me importa lo que tenga que hacer para tenerlo conmigo.

-Ahora quiero recuperar a mi esposa, que sea todo como antes y si eso pasa, lo vas a tener para vos. Todos ganamos si te unes.

Una sonrisa satisfecha aparece en mis labios y asiento enseguida.

- ¿Y vos que piensas hacer? -Le pregunto. -Seguro que tendrás un plan.

-Lo único que quiero es separarlos y para eso tengo que decirle la verdad.

-Me parece bien... tu encárgate de tu mujercita y yo me encargo del mío.

Me siento muy tranquila, la verdad es que esto se me presento como bandeja de plata y como voy a disfrutar hacerle pagar a estos estúpidos.

Esto va a estar muy bueno.

Narra Lucía:

Terminamos de vestirnos y me coloca los zapatos, me regala una sonrisa hermosa y se pone de pie antes de levantarme suavemente.

Me mira con tanto amor que me siento una bendecida que me mire de está manera.

No obstante, el timbre de la casa empieza a sonar y fruncimos el ceño.

-¿Esperas a alguien?

-No... quédate aquí.

Marcos sale de la habitación y no le hago caso, lo sigo y cuando abre la puerta, me impresiono al ver a Héctor.

-Ya sabia que estaban juntos. -Furioso.

Héctor observa a Marcos con una ira que nunca conocí en él. Trago saliva y avanzo para estar en medio de ellos, se muy bien que esto va a terminar mal y por eso quiero intervenir.

-Por favor Héctor, hay que irnos.

-¿Para qué? ¿Para que te sigas revolcando con este tipo?

Está rojo y no puedo ocultar el miedo que me está dando.

-Héctor.

Su mirada se enfoca en Marcos y una sonrisa espeluznante lo alcanza.

-¿No es hora que le digamos la verdad?


Narra Marcos:


- ¿Qué pasa?

Lucía se voltea para mirarme y su expresión muestra confusión. Mis ojos se llenan de lágrimas al saber que voy a perderla. No se que hacer, estoy entre la espalda y la pared pero ya no puedo callar más.

-Perdóname, mi amor... te juro que no quería...

Empezó a sollozar y cuando estoy por explicarle, Héctor me gana de mano.

-Soy esteril, Lucía. -Confiesa. -Y estuve tan desesperado que pague a este maldito para que te sedujera y embarace.

Los ojos de Lucía están en shock y la decepción aparece en su mirada.

-No... -Susurra con dolor. -No puede ser. -En negación. -Marcos, decime que es mentira.

Cierro los ojos al sentirme tan destrozado por lo que está pasando y quiero tomar sus manos pero pone distancia.

-Tu esposo me contacto por medio de Alfonso contándome su difícil situación, que su esposa no podía quedarse embarazada. Me dijo que el era esteril y por eso necesitaba mi ayuda. -Trago saliva. -Me dijo que me pagaría bien si te seducía y te dejaba embarazada.

-Sos un hijo de puta. -Desconsolada.

-No quería hacerlo, mi amor. Cuando te conocí y veía lo buena que eres, quise alejarme de ti y poner fin a esto pero Héctor me amenazo, me tenia en sus manos y no tuve otra que acceder a su juego pero en todo este tiempo no hice más que protegerte de él. Me enamore tanto de ti que solamente quería mantenerte a salvo. -Llorando. -Te amo Lucía.

-Deja de mentir Marcos, estabas fascinado ante mi idea... confesa que te gusto burlarte de ella.

Le hago frente por lo cínico que es y no voy a dejar que haga esto.

-Sos un hijo de puta Héctor, estuviste amenazandome todo el tiempo. No me dejaste opción pero no pensabas que me iba a enamorar de ella como lo hago ahora.

-Son unos perversos. -Habla Lucía mientras su rostro está empapado por las lagrimas. -No puedo creer que me hicieras esto, Marcos... pense que me amabas.

-Y lo hago, mi amor. -Tomo su rostro. -Te amo con toda mi alma y lo único que hice es protegerte de este maldito.

-Me estás mintiendo. -Destrozada. -Dios santo... ¿Como pude ser tan estupida?

-Solo lo hice por vos, Lucía. -Habla Héctor. -Yo no puedo darte hijos y estaba desesperado.

-Eso no tiene justificación, me mentiste en todo este tiempo. Tenia derecho a saberlo. -Levanta la voz. -No tienes que idear este plan macabro.

Su cuerpo empieza a temblar, intento tomarla entre mis brazos y se aleja. Intenta hablar y se desvanece enseguida.

Intento tomarla para que no cayera al piso pero Héctor es más rápido.

-Alejate de MI mujer para siempre.

La alza enseguida y la saca de la casa. Mis lagrimas caen sin control sobre mis mejillas y mi corazón se desgarra, mi piel está en carne viva al saber que la perdi para siempre. 

En carne vivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora