Ella tiembla debajo de mí mientras mi pene se desliza dentro de ella, la rodeo con mis brazos y la beso con amor, mi cuerpo tiembla de excitación y placer, no puedo detener los sonidos animales que escapan de su boca.
Saboreo cada momento, y puedo sentir mi pene palpitar, desesperado por correrme pero no voy a parar.Lucía gruñe con cada penetración, disfrutando del momento lleno de pasión que estamos teniendo y me aseguro que mi amada se vuelva loca del placer.
-Oh mierda. -Gime de placer. -Ay Marcos. Ahhhh, ahhh.
Sus piernas envuelven mi cintura y sus uñas se clavan en mi espalda a medida que sus paredes vaginales aprietan mi pene, se que se va a venir en cualquier momento, lo veo en sus ojos llenos de placer y me muevo con fuerza.
-Me voy a correr. -Jadea. -Ahi, ahi, si, si.
Su cuerpo empieza a convulsionar y llega a la cima del climax, gritando de placer y me fascina verla de esa manera.
La cambio de posición, me acuesto sobre la cama y hago que se siente a horcajadas encima de mi pene. Su cabello está despeinado y se ve tan salvaje que me arrebata la respiración.
Lucía me ayuda a sujetar mi pene y comienza a montarme, sus pechos rebotan mientras salta y sus caderas se mueven rítmicamente. Ella es tan hermosa y me está volviendo loco, es tan sexy.Su piel es tan suave y no puedo dejar de tocarla y luego siento que mi pene se vuelve más duro.
-Ahhh. -Arquea su espalda y no deja de gemir de placer. - Si, si, si.
Solo quiero verla delirar y convulsionar de placer como lo está haciendo ahora.
Mis manos sostienen sus nalgas y la ayudo a moverse. Veo su cuerpo convulsionarse y el placer en su rostro es irreparable.Tiene los ojos cerrados y puedo ver el placer en su rostro, sus manos sostienen mi pecho con placer y su cuerpo se estremece de deleite.La tomo de los brazos y la empujo hacia atrás hasta que su cabeza descansa sobre la almohada, la penetro profundamente y mi pene tiembla, Lucía gime de placer.
Lucía está en la cima de su orgasmo, otra vez su vagina me aprieta y no puede controlar los embastes de su cuerpo.
Se viene enseguida y su cuerpo está cubierto de sudor.
Me siento en el cielo, extrañe tanto a está mujer y ahora está conmigo, disfrutando de este momento tan maravilloso y mi corazón está a punto de explotar. Es la mujer que amo y por la que moriría más de mil veces.
Después de un rato, llegamos a un orgasmo intenso y gritamos al unísono.
Mi cuerpo tiembla después del orgasmo magnifico que me hizo sentir y mi respiración es errática.
-Te amo. -Exhausto.
Mi mano acaricia su cabello despeinado y Lucía me sonríe complacida.
-Yo también, te amo.
Nuestros labios se encuentran y nuestras lenguas se enredan con pasión, el tiempo se detiene para nosotros y ahora estoy en el paraíso gracias a mi Lucía, en el único lugar donde quiero estar.
La abrazo con fuerza y nos quedamos dormidos enseguida.
Horas después, los rayos del sol me despiertan y me doy cuenta que estoy solo en la cama pero estoy con una sonrisa llena de felicidad. Hice mía a mi mujer y de a poco todo está volviendo a la normalidad.
Mi alma está que se muere de la alegría y solo anhelo estar con ella de nuevo.
Narra Lucía:
Me duele tanto el cuerpo pero me siento tan feliz, estoy tan complacida que no me importa para nada que mi cuerpo esté sensible gracias a los orgasmos que tuve gracias a Marcos. Lo amo tanto y me emociona que al fin este recordando mi vida.
Acaricio mi vientre y sonrió al saber que mi bebé es fruto de un amor tan grande.
Papá está con nosotras, mi amor. Él nunca nos va a dejar.
Respiro con tanta paz y tranquilidad, me pongo de pie y voy a la ducha para darme un baño.
Minutos después, salgo de la habitación y veo a Horacio preparándose.
-Buenos días, mi amor. -Besa mis labios. - ¿Cómo te sientes?
-Bien. -Hago una mueca y me pongo la bata. -Voy a ver si está listo el desayuno.
Asiente y besa mi mejilla antes de acariciar mi vientre.
- ¿Cómo está mi bebé? Tenemos que ir al medico para que te hagan un ultrasonido.
Lo miro seriamente y me alejo despacio.
-Todo bien por suerte. -Respiro hondo. -Sera mejor que te prepares o llegaras tarde al trabajo.
Le respondo con frialdad y asiente, me mira con tristeza y salgo enseguida de la habitación.
Bajo las escaleras y me apresuro para llegar a la cocina, me encuentro con Martina y le doy los buenos días.
-Buenos días Martina, ¿Cómo está?
-Buenos días, señora, Muy bien. ¿Usted? Se la ve muy bien, tiene otra cara.
Sonrió al escucharla y le pregunto que preparo el desayuno.
-Hice café para el señor y té para usted.
- ¿Hay medialunas?
-También. ¿Antojos?
Asiento enseguida y suelto una risita. Me muero de hambre y siento que me voy a comer todo.
Luego voy al comedor y tomo asiento para tomar el desayuno, Martina me sirve rápidamente y Horacio se une para desayunar conmigo. Mientras como la medialuna, reviso mi celular cuando una idea aparece en mi cabeza y utilizo la ventana de incognito para evitar inconvenientes.
En ese momento, Marcos aparece en el comedor y mi corazón se eleva al verlo.
-Buenos días. -Saluda.
-Buenos días.
Le contesto y mis mejillas se ponen rosadas, más al recordar lo que paso anoche y como mi cuerpo aún sufre las consecuencias de nuestro encuentro apasionado. Sonríe al mirarme y pasa a la cocina para desayunar.
-Pensaba que iba a sentarse aquí para desayunar con nosotros...
- ¿Para que? Si solo es un empleado.
-Un empleado que me ayudo.
-Puede ser pero sigue siendo un empleado y tiene que hacer lo que yo le diga.
Mi mirada fulminante lo alcanza y me pongo de pie.
- ¿A donde vas? -Serio.
-A la cocina. Ya se me fue el hambre, voy a esperar a Marcos desayune para pedirle que me lleve a conocer la ciudad.
Me alejo de esté imbécil y voy a la cocina.
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En carne viva
RomanceUna maternidad deseada y un esposo dispuesto a todo para que su esposa quede embarazada.