Propuesta indecente

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Narra Marcos:


Coloco la carne sobre la plancha y espero a que se cocine, le pongo una tapa así se cocina parejo. En el proceso me preparo una ensalada cuando el timbre de mi casa empieza a sonar, bajo el fuego para que la carne no se me pase y camino por toda la casa hasta que llego a la puerta.

Abro la puerta y me encuentro con mi vecino, lo hago pasar y le ofrezco algo para tomar, lo noto un poco inquieto mientras me dice que no.

-Solo vine porque tengo que hablar con vos.

-Bueno, entonces siéntate.

-Prefiero quedarme de pie.

Asiento y tomo asiento, Alfonso sigue estando muy inquieto que me está poniendo nervioso.

-Me contaste que estás buscando un puesto para ejercer como contador.

-Si, hoy fui a una entrevista y no la acepte.

-Yo conozco a la dueña de la Dorrego Modas y puedo hablar con ella para que mañana te de una entrevista.

No espere para nada recibir su ayuda pero la verdad es que me estaría ayudando un montón.

- ¿En serio puedes hacer eso?

-Claro que si. Solo que hay algo más. -Serio.

- ¿Cuál?

Lo veo tragar saliva y me da una tarjeta, leo la carta y dice Héctor Ibáñez, su número está impreso en esa tarjeta y levanto la cabeza para observar a mi vecino.

-No sé cómo decírtelo, pero te pido que me escuches. -Ansioso. -Ese es el número de su esposo, quiere hablar con vos antes de que te aparezcas en la empresa.

- ¿Para qué?

Noto que está vacilando y suspira.

-Es que su marido es el que te necesita y quiere que seas la persona de confianza de su esposa. -Traga saliva. -Quiere que la seduzcas para que puedas llevarla a la cama.

¿Qué es está propuesta? Mis ojos se abren como platos y casi me ahogo.

- ¿Qué? Alfonso por dios.

-Escúchame primero. -Me interrumpe. -Se que es una locura y yo tampoco lo puedo creer pero él quiere hablar con vos, está dispuesto a pagar lo que sea.

Me cuenta el problema matrimonial que están teniendo y no me puedo mover de mi asiento al escuchar todo eso.

¿En serio está tan desesperado por entregar a su mujer a otro hombre? No lo puedo creer, en la vida real esto no pasa.

-El quiere que pongas tu precio, el no va a tener problema en pagarlo mientras cumplas con lo pactado.

Aún sigo sosteniendo la tarjeta con los datos de ese hombre y no puedo reaccionar.

-Habla con el, es una buena oportunidad para que tengas el dinero que quieras.

No me gusta para nada, no está bien que haga algo así más a una mujer que no tiene nada que ver con todo esto.

- ¿Por qué no le dice la verdad?

-Se siente bastante inseguro y esta recurriendo a esto. No te preocupes por eso, solo va a ser por un tiempo, ni siquiera te vas a enamorar y puedes seguir con tu vida.

-De igual manera, no está nada bien engañar a esa mujer.

-No pienses en eso, veras que todo va a ser muy rápido y ya no te vas a acordar.

- ¿Cuándo puedo hablar con el?

-Lo más pronto posible, ahora debe estar con su esposa pero igual va querer hablar contigo, solo dile que eres el conocido de Alfonso.

-Esta bien. -Me pongo de pie.

Lo acompaño hasta la puerta y vuelve a hablar.

-Habla con el, veras que no tienes nada porque temer.

Asiento en silencio y cierro la puerta con llave, apoyo las manos en ella y dejo escapar el aire que contuve.

¿Por qué tengo esa sospecha de que todo saldrá muy mal?


Narra Héctor:


Lucía está por llegar al orgasmo cuando mi celular empieza a sonar y suspiramos molestos por interrumpir este momento tan placentero. Me quejo y salgo de ella antes de contestar el número que no tengo agendado.

- ¿Quién habla?

- ¿Héctor Ibáñez?

-Si, soy yo.

Me siento sobre la cama y me pongo los pantalones antes de salir de la habitación.

Cierro la puerta y voy hasta el comedor.

-Soy conocido de Alfonso, conto todo sobre usted y su esposa. Me dijo que lo llame pero no se señor, no puedo aceptar algo así.

- ¿Cuánto quieres? Te daré el dinero que quieras.

- ¿No se siente culpable al hacerle eso a su esposa?

-Ella quiere un hijo y yo no puedo dárselo, no me importa hacer lo que sea para que pueda embarazarse. Por eso quiero saber, ¿Cuál es tu precio?

No dijo nada, el silencio fue prolongado hasta que tomo la palabra.

-Puedo darte el dinero suficiente para que tengas una vida llena de comodidades, lo que siempre soñaste, lo vas a tener. ¿Sabes qué? Mañana preséntate en la entrevista, preséntate y quiero que le des una buena impresión para que ella te acepte, después quiero que me llames para que nos podamos encontrar.

- ¿No le molesta que este con su esposa? -Pregunta.

-No. -Serio. -Solo será por poco tiempo y no habrá nada de amor entre ustedes, más cuando se que es por una buena causa.

Le doy la dirección del lugar y corto la llamada, me quedo parado por unos minutos en la oscuridad del comedor y emprendo camino hasta la habitación, entro y ella sigue despierta.

- ¿Qué paso?

-Lo mismo de siempre, trabajo.

Me quito los pantalones y me acuesto, apoyo la cabeza en la almohada. Lucía apaga la luz de la lampara y se acuesta de lado, hago lo mismo y apoyo mi mano en su cintura antes de cerrar los ojos. 

En carne vivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora