A veces me pierdo con los pies por los senderos de esos llanos que eran minas verdes de tierra fértil, perpetuas hasta que otorgaron licencias para cubrirlas de asfalto y convertirlas en pedanías urbanas de mi pequeña ciudad, donde ya hace tiempo que empezamos a no caber. Alguna estatua, tumba en memoria de un campesino tabaquero, recuerda los vestigios de nuestros ancestros labrando arcillas llenas de vida donde se esculpían, por soles y lluvias, alimentos de verdad y otros vegetales venenosos con los que podían mercadear para vivir. Y en mitad de esos llanos donde aún resisten siembras de maíz, como cultivos de guerrilla, y algunos chopos donde poder cobijarse de los cielos de fuego; me topo con algún cortijo abandonado en el tiempo, erosionando sus muros y oxidando sus cancelas que advierten de su abandonada propiedad.
Mirando adentro, más allá de lo tangible y explícitamente audible ─como las conversaciones de los bichos─, aún se impregnan sobre el aire las siluetas de aquellos hombres y mujeres al cargo de los animales de los señores, señoras y señoritos; como fantasmas de una vida que no tuvieron más remedio que aceptar por la costumbre, la desgracia, o bien la tradición clasista de unos pocos a los que hoy, en la soberbia hipocresía de anhelo de poder a la que también entró a apostar la clase media, no se les hace sentido reprochar por injustos pasados.Aquellos pequeños palacios de campo ahora no son más que una superficie especulativa a merced de quien pone precio a su terreno. Y dentro de algunos años puede que no sea más que luz y sombra que hizo un viaje por el objetivo de mi cámara.
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Micro relatos escritos en un purgatorio donde, a menudo, me encuentro con gente
Short StoryColección de mis primeros bocetos de escritura, microrrelatos y algo de prosa poética, en una marcha fugaz entre la narrativa y el ensayo corto. Escritos de diversos matices sobre un diario que transcurre en los caminos perdidos donde coexiste la cr...