Los juguetes que nadie quería

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Quedaba poco para amanecer. La mayoría de los elfos de Papá Noel ya estaban en el almacén depositando los regalos que no habían sido de agrado. Tan sólo quedaban por llegar dos de ellos que, cansados y malhumorados, discutían a su vuelta en un carro volador.

─Los renos no pueden más...
─Ya lo sé, imbécil. Llevamos sobrecarga de devoluciones.
─¿Por qué me insultas? ¡Yo también estoy hasta los huevos de trabajar hoy!
─¡Porque eres un pelotas de los cojones! ¡Voy a soltar la mitad de los juguetes ahí ─le dijo señalando Gaza─ y la otra mitad en Ucrania!
─¿Estás loco? ¡tenemos un puto protocolo en "Christmas enterprises"! ¡y además, eso no son fuegos artificiales!
─¡Me importa una mierda! ─el elfo enfadado tenía los ojos desencajados─ ¡dirígete donde las explosiones!
─Está bien ─el elfo sobrio respiró profundamente y sacó su teléfono del bolsillo─. Voy a despertar al jefe de su coma etílico y a informarle...

Forcejearon hasta que el rebelde tomó del cuello al obediente, sacando su cabeza por un costado del carruaje. El teléfono voló por el aire.

─Escúchame, pedacito de mierdecilla verde. Vamos a ir allí ahora mismo o la próxima vez que te vean será en un documental desclasificado, diseccionándote como el alien que se precipitó de un OVNI navideño en Oriente Medio.
─Ma... maldito 'elfófobo' desquiciado...
─Y volveré, antes de llegar a casa, al primer mundo a regalarle tus orejas a algún adolescente trans-especie.
─Vale... me estás ahogando ─Se había meado encima. Su compañero lo soltó─. ¡Joder! ¡pero la tintorería la vas a pagar tú!
─Yo lo pago, tranquilo ─le dió un abrazo─. Eres un buen elfo, estoy orgulloso de ti ─besó su frente─.

Se dispusieron "viento en popa" hacia esas zonas conflictivas para dejar regalos.

─¿Y qué excusa nos inventamos?
─Que nos robaron los 'yankis'. Se apropiarán de nuestra buena acción y mañana, en las noticias, dirán que esos niños tienen su juguete gracias al ejército estadounidense.
─Y encima no tendremos ni un reconocimiento...
─¡Qué mas da, joder! ¡hoy te has ganado el cielo! ¡y es Navidad!
─Sí, feliz Navidad...

Micro relatos escritos en un purgatorio donde, a menudo, me encuentro con genteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora