Su cuello era un camino suave por el que ir despacio. Me palpitaba el corazón como en aquella primera vez, cuando mis polillas hicieron su aquelarre de iniciación en el interior de mi pecho. La besaba, sin atender al reloj de la luna, siguiendo con calma la ruta sensible hasta sus orejas; con esa ternura que no hace apenas ruido, pero que invita a conversar entre versos silenciosos que no se recitan con palabras, sino con el aire que escapa involuntario del alma mediante gemidos. Agarré con delicado tacto la parte interior de uno de sus muslos mientras seguía con mi juego de labios. Noté como tensó las piernas en un breve acto reflejo por cerrarlas, pero se relajaron de repente, dejándose llevar con esa confianza hacia mí que tan culpable me hacía sentir: mi instinto vampiresco ya hubo ganado su batalla conmigo en otra situación similar. Y entonces me dispuse a morder, pero no como aquella vez que he referido ─y de la que prefiero no hablar─, sino con la pasión de ese otro fuego que escondía entre las tinieblas de mi monstruosidad, más allá de la sed de sangre que satisfacían mis caninos con las gargantas de otras como ella... pero a las que no quise tanto como a ella.
Continué devorando con amor, sutilmente, hasta llegar al lóbulo bajo el pabellón auricular sobre el que pronuncié un "te amo". Subí mi mano, acariciando con la delicadeza a la que me invitaba aquel cuerpo, hasta encontrar su monte de venus para apretarlo con la naturaleza de una lujuria despojada de banalidad y rebosante de deseo. Entonces la miré a sus preciosos ojos, oscuros casi negros, inmensamente dilatados y contrastando con el blanco marfil de sus globos oculares destelleando húmedos. Aquel retrato era la firma de su compromiso.
Tras la ventana, el azul oscuro del horizonte advertía de la aurora que mi piel, por entonces, no era aún capaz de soportar. Besé sus labios gruesos y, desnudo, salté al exterior volando en mi forma de murciélago, para no volver. No merecía ser cómplice de mi martirio.
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Micro relatos escritos en un purgatorio donde, a menudo, me encuentro con gente
Short StoryColección de mis primeros bocetos de escritura, microrrelatos y algo de prosa poética, en una marcha fugaz entre la narrativa y el ensayo corto. Escritos de diversos matices sobre un diario que transcurre en los caminos perdidos donde coexiste la cr...