—Hasta Eric y Louis irán. ¿Segura que no deseas asistir al baile del rey?
Resoplé por tercera vez y le dediqué una fulminante mirada a la duquesa.
—No es el baile de Nicolás, es un banquete para la reina Serafina. No entiendo cómo tú estás dispuesta a verla después de que jamás te buscó.
—Me casé con el que había sido su prometido, ponte en su lugar.
—Como sea, no quiero ir. —Me mostré firme—. Diviértanse ustedes.
—El rey Ares estará allí. —puntualizó.
—Ten una linda noche, mamá.
—Bien, entonces te quedas sola en la mansión; le di el día libre a todos los empleados, tu padre, los niños, Damián y yo iremos al baile.
Solo pude relajarme en la silla de mi escritorio cuando oí la puerta de la habitación cerrarse.
La verdad es que trato de evitar a Ares. Por un lado, quiero verlo. No he dejado de pensar en él ni en la perdición en su boca, pero desde lo ocurrido el otro día no hemos vuelto a contactarnos. Había escrito una carta disculpándose por ser atrevido. Si él supiera que no me molestó lo que hizo, sino cómo me llamó.
Sé que él no tiene la culpa, pero me siento terrible al ser llamada Sol y no Melissa. Quiero que él me diga Melissa y que me susurre al oído lo que siente usando mi nombre.
—Mejor me concentro en otra cosa.
Como esta es una novela corta donde no pasan muchas cosas, nos estamos acercando al final. Y tras haber pasado tanto tiempo, he olvidado determinados puntos de la historia. Por suerte escribí los datos más importantes en mi diario y, evidentemente, lo hice en un idioma que pudiera entender yo, no ningún chismoso que quisiera leerlo.
Vi las principales notas, burlándome de mi inentendible letra. Hojeé las páginas hasta llegar a la parte que me interesaba.
Luego de que Nicolás sea coronado, Carlos y Emma pasan momentos juntos y bla, bla, bla... la protagonista enamora y tiene contactos con los personajes masculinos secundarios: Albert, Dante, Leonardo y Nicolás... Ocurre el asunto de Beatriz echándole veneno a la bebida de Emma y matando accidentalmente a un conde en su lugar.
Como Beatriz y Carlota están de viaje, esa escena no pasará. Gracias a lo que me hizo la princesa, su reputación decayó, por lo que nadie quiere verla. Carlota tampoco es una amenaza, ahora que el trono es de Nicolás, no tiene motivos para quedarse y ver cómo el hijo de la criada gobierna el reino. Pero, tengo la teoría de que es ella quien elimina a Nicolás en la obra original.
Se supone que Sol sufre un accidente en ese baile, el candelabro estuvo a punto de caer sobre su cabeza, por suerte, su padre la logra salvar. Sol culpa a Emma de ese hecho, siendo esta defendida por Albert. En la escena, la protagonista se pone a llorar afirmando ser inocente y puntualizando lo cruel que es Sol al culparla, al ver este acto de fragilidad, Albert —alias “el macho pecho peludo salva damiselas en apuros”— se puso de su lado y humilló a Sol. Al final, resultó ser un fallo en el mecanismo del candelabro, ya hablé con Nicolás y le dije que verificara eso.
—¡Nos vamos, Sol! —Escuché la voz de mi madre.
Miré el reloj. ¿Había pasado una hora desde que ella estuvo aquí? El tiempo pasa volando.
Salí de mi habitación y bajé las escaleras hasta el salón principal. Ya se habían ido. Se sentía extraño estar completamente sola en la casa tan grande —pues mi madre había decidido darles el día libre a todos los sirvientes—. Estiré mis brazos y fui hacia la cocina. No demoré en prepararme un café, me enorgullecí al notar que había quedado tan bueno como los de Killian y Edna, tengo talento.
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La Villana Merece un Final Feliz.
Фэнтези¡A la basura el amor y los sentimientos! Si me traicionan no tengo por qué perdonar a nadie. ¿Qué soy? ¿Un Dios que perdonará todos los pecados? Un día desperté en el cuerpo de la villana de la última novela que leí. Soy la hija de un duque, tengo b...