27- Cambio de papeles.

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La tensión en el despacho de Nicolás podía quebrar las paredes. Dante y Albert no reparaban en mi rostro sin dedicarme una expresión seria y nada gentil; mi hermano no apartaba los ojos de Ester, a quien no conocía del todo; Carlos y Ares se quedaron mirando y parecían decirse muchas cosas solo con el contacto de sus ojos. La única que se mostraba complacida, era la reina invitada que bebía su copa de vino ignorando absoultamente la situación.

—He tomado una decisión. —Rompió el silencio la soberana.

Bajo la atenta mirada de todos, escapó de sus labios un suspiro relajado. Le dio otro sorbo a la bebida, tragando despacio y degustándola. Atisbé cómo los duques se tensaron, la despreocupación de Serafina los hacía pensar lo peor.

—Romperé mi alianza con el Reino de las Nubes. Pero tengo condiciones. Quisiera armar una alianza con los dos reinos cuyos monarcas están aquí ahora.

Nicolás alzó la barbilla, ansioso por oír lo que la reina quería decir. Ares, por otro lado, se mantuvo sereno y paciente.

—Mi reino está pasando por una situación compleja —reconoció, dejando a un lado su despreocupación y dando paso a la imperturbabilidad de una gobernante—. La comida escasea y cada día van naciendo nuevos habitantes, ya no dispongo de hogares donde ubicarlos y la falta de higiene ha ocasionado problemas severos a la mayoría de la población.

Sus ojos interceptaron con los de Carlos.

—Vuestro Consejero me ha ofrecido una alianza. A cambio de mi entera disposición a combatir contra Jennox y mi renuncia a todo contacto con él, se me ayudará.

—El Reino del Sol no gana mucho que digamos —intervino Dante—. ¿Qué podría hacer usted por nosotros?

—Ubícate y ten cuidado al hablarme, niño —Serafina lo miró mal—. Podrás ser miembro del Trío de Idiotas, pero yo soy una reina. Y para tu ignorancia, mi control de la magia oscura es tan efectiva como poderosa.

—¿Se refiere a esa magia maldita? —Bufó Albert—. ¿De qué nos serviría?

—Quien sabe, tal vez algún día la necesitéis.

Hizo un movimiento con la cabeza y señaló a Ester.

—Lo que el chico tiene en los ojos es una maldición y surge a partir de un deseo de un mago oscuro —explicó—. Es por eso que es una magia peligrosa, está ligada a los sentimientos y los lleva al límite con el propósito de incitarlos a la locura. Jennox se dejó llevar por su ambición el día que trató de matar a sus hermanos para volverse el único heredero al trono. Eso también lo causa la magia oscura.

—¿Conoce una forma de contrarrestarlo? —preguntó Ares.

—Se necesita un dominio mágico increíble para lograrlo. Yo no puedo hacer nada. Jennox sí. Él está esparciendo miasma oscura por cada rincón de cada reino.

—Así que por eso últimamente han aparecido tantos magos oscuros. —concluyó Albert.

El miasma es una energía derivada de la magia. No tiene color, sabor, ni olor; es prácticamente aire que, al ser respirado, permite a las personas desarrollar magia dependiendo del tipo que use quien lo esparce.

—Él buscan un ejército de magos oscuros. —contó la reina.

—¿Para qué? ¿Destruir el mundo? —Nicolás frunció el ceño.

—¿Destruir? —Serafina curvó la boca—. Jennox lo llama "conquistar". Pisotear a los débiles, humillar a los fuertes, aplastar a los enemigos. Así es él.

Sabía que ella aún lo odiaba, pero la tranquilidad en su voz me hacía dudarlo.

—Hemos sido un reino generoso durante años, Majestad Nicolás —añadí, cambiando el tema y ganándome varias miradas—. No lo cambiaremos ahora.

La Villana Merece un Final Feliz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora