Sus ojos azules estaban casi rojos debido a la rabia que reflejaban, incluso yo sentí un poco de miedo por este hombre. Sonreí internamente. Podía usar ese odio para deshacerme de muchas moscas, en especial de Emma Collins.
—Nicolás, ¿quieres estar en un burdel toda tu vida?
—Claro que no. Yo me vengaré, de mi madre, de la reina y de mi hermano. —escupió con encono en sus palabras.
—¿Y cuándo? ¿Cuando Carlos sea rey? —suspiré—. Escucha, dentro de poco regresaré al Reino del Sol y no nos veremos hasta sabrá dios cuánto tiempo; por eso debes hacer algo.
—¿Algo?
—Sí, vuélvete poderoso y ve al Reino del Sol dentro de unos años. Cuando lo hagas, busca a la familia Hayden, busca a la hija Sol. Trabajaremos juntos para quitarle el puesto a tu hermano.
—¿Por qué lo harías? Un miembro de una familia tan importante…
—Porque odio a Carlos. —Lo miré con la misma expresión que empleó él hace un momento, ambos sentíamos el mismo desgarro de odio en nuestros fríos corazones.
—Muy bien.
—Sé que tú podrás ganar dinero y poder solo, pero te daré una ayudita —le murmuré antes de marcharme—; la reina Serafina tiene una hija como de tu edad.
Él sonrió, captando mi mensaje.
—Si se casa con una princesa y se vuelve príncipe, ganará dinero y poder —asintió Ángel—. Pero sigo sin entender por qué nos relacionamos tanto con ese chico. ¿Confías en él?
No, pero confío en el odio que siente. Cuando se trata de Nicolás debo evitar dos cosas, la primera, es que se encuentre con Emma Collins.
Ambos se conocen cuando él tiene veintiún años, en una expedición, ella estaba acompañando a su hermano en ella. Al ver la amabilidad de Emma, Nicolás queda enamorado. Si Nicolás se vuelve príncipe, se quedará en el castillo hasta que decida venir a verme.
—¿Cómo sabes que no irá a la expedición primero y luego irá a verte? —inquirió Diabla.
Porque él fue a la expedición para ver si podía comprar una mina de diamantes y ganar más prestigio en la sociedad, eso no será necesario si es un príncipe.
Y la segunda cosa… debo evitar su muerte.
—¿Muere? —cuestionó Diabla.
No se sabe quién, pero un asesino arrebató la vida de Nicolás mientras regresaba al Reino del Sol a ver a Carlos.
El pobre Nicolás murió de una apuñalada, solo, sin su amada Emma, sin poder, ni reino, murió sin nada. Al final pereció sin ser capaz de lograr su venganza o algún aporte.
(...)
Regresé a la mansión y los guardias me permitieron pasar, no sin antes asegurarse de que no tuviera ningún rasguño. Cuando pasé por el salón, vi a la duquesa Hayden leyendo una revista.
—¿Te divertirte con tu visita al Distrito Rojo?
Supongo que fue mucho pedir que no enviara guardias detrás de mí.
Esto es malo. No sé cómo excusarme.
—No te molestes en decir nada —se me adelantó—. Tengo oídos en todos lados. Sé que no hiciste nada demasiado peligroso.
Tragué saliva, sintiéndome regañada.
—Algún día hablaremos de esto, piensa detenidamente qué excusa me darás —cerró la revista y levantó su figura del asiento—. Le pedí a Edna que te dejara el baño listo. Ya deberías ir a la cama.
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La Villana Merece un Final Feliz.
Fantasy¡A la basura el amor y los sentimientos! Si me traicionan no tengo por qué perdonar a nadie. ¿Qué soy? ¿Un Dios que perdonará todos los pecados? Un día desperté en el cuerpo de la villana de la última novela que leí. Soy la hija de un duque, tengo b...