Epílogo.

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Seis años después.


—¡Ares! —llamé al estúpido rey. Tenía preparada una cena por su cumpleaños. Como este día también es un aniversario más de la muerte de sus padres, me limité a realizar algo sencillo. Pero ahora mi marido idiota no aparece. ¡Me impacienta!

Entré a la habitación que compartimos. Solo me encontré con Carlos, el perro de Ares, durmiendo plácidamente sobre el sillón.

Pero ni rastro del rey.

Fui al saloncito que pertenecía a su madre. Entré y finalmente hallé una pista. Había varias cartas abiertas en la mesa. Él estuvo aquí.

Di un respingo cuando alguien cubrió mis ojos con sus manos. Sabía quién era, reconocería ese perfume en cualquier lado.

—¿Quién soy?

Sonreí.

—No lo sé, necesito pistas.

Él comenzó a reírse.

—Tengo el cabello rubio.

—¿Nicolás?

—Soy encantador y un genial maestro de la espada —espetó, lleno de seguridad.

—Ah, ya sé, ¿el duque Damián Hayden?

—Te lo pondré más fácil…

Besó mi cuello.

—Soy el rey de mierda más irresistible del mundo —lamió el lóbulo de mi oreja—. Padre de tu hijo y dueño de tus pensamientos. Un hombre al que no puedes evitar amar, aun si te saca de quicio.

—Ares.

Destapó mis ojos y me dio una flor de papel.

—No te gustan las reales, así que tuve que esforzarme. Descubrí mi talento para el origami.

Me puse de puntillas para besarlo.

—Felicidades, rey de mierda.

—Acordamos que no diríamos más esa palabra, ¿qué haremos si Hugo nos escucha y se pone a decirlas?

—Tienes razón.

Miré la pila de cartas sobre la mesa.

—¿Quiénes te escribieron?

—Varios, para felicitarme y decirme cómo se encuentran.

—¿Y cómo se encuentran?

Dejó escapar un suspiro.

—Nicolás dice que la pequeña Mariana quiere venir a ver a su amigo Hugo, dice que le hizo a él una ley del hielo con tal de convencerlo de hacernos una visita. Vendrá la próxima semana.

Me reí. Nicolás terminó siendo un padre muy persuasivo, nunca creí que sería Karina la que implantara disciplina en la familia. La pequeña Mariana cuenta con seis años y ya es toda una experta en el uso de la espada, y según tengo entendido, juega ajedrez casi mejor que su padre. No quiero ver en qué se convertirá cuando crezca.

—También recibí una misiva de Ester, dice que Emma hace un buen trabajo como profesora de magia; Jacob y Mila están encantados de tenerla como maestra. ¿Quién lo diría?

Ester, ahora con vista y sin maldición, siguió ejerciendo su profesión de maestro, y Emma quiso imitarlo, ahora es una de las mejores instructoras de magia, y ha mejorado su carácter un poco.

—Emma te mandó a decir que no te echa de menos y que ojalá hagas el ridículo en un baile.

Vale, lo admito, su carácter sigue igual.

—Damián está viajando por una nueva isla que descubrió; Dante cuida de su hermana y su sobrino, el pequeño Ross ya no es tan pequeño como antes. Y Albert… bueno, su madre me escribió que él sigue con su condena de servidumbre, y por ello se ve obligado a ver crecer a su hijo desde lejos. Mariana dice que no lo dejará ir hasta estar completamente segura de que su hijo pueda ser un buen padre.

—Lo está educando otra vez.

—También me informó que tuvo una cena con el antiguo duque Edward Arrow, afirmó descubrir que es tan chismoso como ella. Y me dijo que Lilian y Klein volvieron a salir de viaje.

—Ellos pueden estar entrados en años ya, pero siguen queriéndose como dos adolescentes.

Asintió.

—Leonardo afirma que inició un negocio en el reino de las nubes, siendo la mismísima reina Whitney su proveedora, ella, Jamie  y Willer hacen un buen equipo.

—¿Sabes algo de Killian?

—Sí, él su hermana inauguraron una cafetería, les va muy bien.

Tengo que pasarme por allí un día.

—Ah, y Sol me escribió, diciendo que espera otro hijo.

Abrí la boca anonadada.

—¿¡Otro más!?

La parejita llevaba cinco hijos en los últimos seis años. Tres de ellos resultaron trillizos.

—Copulan más que conejos —opiné.

—Pero no más que nosotros.

—¡Ares!

A pesar de que somos muy activos en el ámbito sexual, solo hemos tenido un hijo. Hugo heredó mi cabello oscuro, pero solo eso, porque desde la forma de sus labios, cara y hasta sus ojos son herencia de Ares. Un pequeño príncipe muy travieso que tiene un afán con respecto a humillar a los nobles y escuchar conversaciones a escondidas.

Ares me dio un beso en los labios. Tuve que detener su mano cuando la sentí en mis pechos.

—Ahora, no, tenemos que cenar.

—¿Y si nos cenamos mutuamente? Aprovechemos que Hugo está con sus amigos y…

Sonrió, coqueto.

—Hagámosle un hermanito.

Me reí.

—Tonto.

Ares me llevó a nuestra cama y poco a poco la ropa fue desapareciendo. Entre los besos de Ares, sus palabras pervertidas y su tacto, experimenté otra apasionante noche.

¿Este es tu final feliz, Melissa?

No existen los finales felices, Eli.

Existen los nuevos comienzos.

Existen las segundas oportunidades.

Existen los errores.

Existen las malas decisiones.

Existe la vida.

Existen los reyes irresistibles.

Y existimos las villanas.


FIN

Gracias a todos por el apoyo. Las vistas, votos y comentarios me animaron a terminar esta historia. Hace exactamente nueve meses que publiqué el primer capítulo de esta historia y sigo sin creer que haya tenido tantas vistas. Todo es gracias a ustedes. Los adoro😘😘

Hasta la próxima🖐

Atte: Princesa-sama

Fecha de conclusión: 05/04/2024

Por cierto, les recomiendo que pasen, si gustan, por mi nueva historia en proceso, "Endeudada hasta el cuello", está en mi perfil.

Spoiler: Eli vuelve a hacer de las suyas.

La Villana Merece un Final Feliz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora