Melissa Crane:
Casi me doblo el cuello al alzar la cabeza para observar detenidamente la impresionante edificación. La Academia de Arquería era una nueva construcción para arqueros de todas partes. Si tus habilidades son lo suficientemente buenas, puedes conseguir una beca y estudiar sin tener que pagar. En otras circunstancias me habría quedado a recorrer el lugar, pero vine con un objetivo en mente.
—Oiga, ¿Ester Collins se encuentra? —pregunté a la chica detrás del mostrador.
La linda chica me sonrió, asintiendo.
—El señor Collins se encuentra en sus clases —miró el reloj—. Debe estar al terminar. Siéntese a esperar.
—No es necesario Samara, yo me encargo —enunció una voz detrás de mí.
Se me iluminó la mirada al verla.
—Emma —me lancé para abrazarla. Ella puso una mueca de asco, pero me devolvió el abrazo.
—¿Para qué viniste? —inquirió.
—Quería verte.
Bufó, sonrojada.
—Pues yo ya ni me acordaba de ti. ¿Cómo te llamabas? ¿Maritza? —se cruzó de brazos.
No dejé que su falsa ignorancia me desconcertara.
—Y también, quisiera hablar con tu hermano.
Ahora, su mirada se ensombreció. Sus hombros adquirieron una postura de rigidez, digna de alguien que está a la defensiva.
—¿Qué quieres con él? —la hostilidad regresó a su voz.
De cierta forma, me enorgullece que se ponga así por su hermano. Por lo visto, Emma de verdad lo quiere mucho.
—No me mires así —le pedí.
—Pues no me des motivos para hacerlo.
—Ester y yo tenemos un asunto pendiente.
Su ceja izquierda tembló.
—¿Qué asunto?
—No te lo diré.
—¡Melissa Crane, dímelo o no me hago responsable de las consecuencias!
—¿Ves? Sí te acuerdas de mi nombre —le sonreí con burla.
Eso pareció sacarla de quicio, pero no lograba enfadarse.
—¡Si le haces algo te corto el pelo!
—Wow, creo que es la mayor amenaza que he oído —dije con sarcasmo.
—Idiota.
—Malhumorada.
Me guio hasta la habitación que compartía con su hermano. El cuarto tenía dos camas y dos lados. El derecho se hallaba perfectamente acomodado, las paredes se mantenían pulcras y la cama bien arreglada; el lado izquierdo, en cambio, tenía vestidos esparcidos por la sábana y el piso, por no hablar de que la serpiente —mascota de Emma— dormía plácidamente ahí.
Son hermanos. Pero son tan distintos.
Emma hizo un espacio en su cama —lanzó los vestidos al suelo— para que ambas pudiéramos acomodarnos.
—Muy bien, ¿qué? —enarcó la ceja.
—¿Qué?
—¡Tarada! ¿Qué has hecho estos días?
Besuquearme con un rey imbécil.
¿Debería decírselo? Emma estuvo enamorada de Ares, e hizo todas las cosas que hizo contra Sol porque el rey nunca la correspondió. Si le digo que yo estuve tratando de seducirlo, ¿se enojará?
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La Villana Merece un Final Feliz.
Fantasy¡A la basura el amor y los sentimientos! Si me traicionan no tengo por qué perdonar a nadie. ¿Qué soy? ¿Un Dios que perdonará todos los pecados? Un día desperté en el cuerpo de la villana de la última novela que leí. Soy la hija de un duque, tengo b...