Lilian abrió los ojos y enarcó las cejas al verme. “Se supone que no vendrías”, me gritaba con la mirada. No sé qué la sorprendió más; si verme en el baile al que dije no asistir, ver a su amiga después de mucho tiempo, o vernos a ambas llegar juntas al salón. Observé a Ester a mi lado, caminaba con confianza, como si de verdad pudiera ver, no creerías que es ciego a menos que te fijaras en sus ojos.
Dejé de respirar cuando pillé a Ares, mirándome de pies a cabeza. Yo usaba un vestido de la reina Serafina que mostraba demasiado el contorno de mis pechos. Nicolás se acercó a nosotros, aunque esbozaba una sonrisa, lo noté tenso. Era de esperarse, la reina a mi lado en un tiempo fue su suegra.
—Majestad, la esperábamos.
—No tienes que ser tan cordial Nick, solíamos ser familia, ¿no? —el rostro del chico no pudo mostrar mayor impacto y sorpresa.
—¿Majestad? —apreté los labios para no reír. Las reacciones de Nicolás eran muy divertidas.
—¿Qué pasa? —la reina, por otro lado, no parecía ser consciente de lo que sentía el rey.
—¿De verdad es usted? —vamos Nicolás, no seas exagerado.
Bueno… él conoció a una reina despiadada, obsesiva y manipuladora. Es normal que no reconozca a la verdadera Serafina.—Lo tomaré como que me veo más joven —tomó del brazo al rey de ojos azules—. Venga conmigo, bailemos. Un rey no es rey si no sabe bailar.
—¿Ahh…? —prácticamente lo arrastró hasta la pista de baile.
No pude evitar reírme cuando vi a Nicolás bailar, rígido y preventivo con la reina. Ella, por otro lado, estaba muy entretenida acosando al pobre Nick.
—¿Milady? —Ester tocó mi hombro—. ¿Quién me está mirando?, siento incontables miradas en mi cuerpo.
Miré a todos lados; en efecto, lo miraban. Seguro peguntándose quién era la persona que llegó conmigo y la reina. Hubo una mirada que me interesó más: Emma nos observaba con ira.
Creo que va siendo hora de conocernos.
—Ester, saca a bailar a alguien.
—¿Cómo se le ocurre…?
—Tu cara es bonita y estás bien vestido, solo trata de no hablar de tu vida —atravesé el salón para llegar donde Emma, quien tenía una conversación con…
Me detuve al instante.
Emma dejó de mirar a Ester para centrarse en Dante, quien esbozaba sonrisas cuando ella hablaba.
¿Se conocieron ya? ¿Dante se habrá enamorado? Duque idiota, ¿así de grande era tu amor por mí? ¿También me cambiarás por esa imbécil? No es que me moleste que Dante se fije en otra, pero sí me enfurece que sea ella. Y me enoja por el simple motivo de que él es el verdugo de Sol.
Ambos dejaron de hablar cuando me acerqué. Esbocé la más hipócritas de mis sonrisas.
—Duque Arrow, hace tiempo que no lo veo —dirigí toda mi atención al duque—. ¿Su hermana vino?
—¿Desde cuándo la joven duquesa se lleva bien con Diana? —frunció el ceño, curioso.
—Pero qué dice. Nosotras siempre nos hemos llevado bien —hice una pausa—, somos muy parecidas, después de todo.
—Vale… —dudó un poco—. Ella está con gripe y no puede salir ni recibir visitas hasta su recuperación.
—Qué terrible, dígale que le mando mis más buenos deseos —actué angustiada—. Coger un resfriado en estas fechas es inusual. ¿Acaso la contagió alguien más?
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La Villana Merece un Final Feliz.
Fantasía¡A la basura el amor y los sentimientos! Si me traicionan no tengo por qué perdonar a nadie. ¿Qué soy? ¿Un Dios que perdonará todos los pecados? Un día desperté en el cuerpo de la villana de la última novela que leí. Soy la hija de un duque, tengo b...