Dos cosas teníamos que asegurar luego de haber asesinado a Grey y sus hombres. Primero, la defensa del pueblo. No podíamos salir de él hasta tenerlo verdaderamente asegurado; la base, como me gusta llamarlo, debe estar tan fortificada como el mismísimo castillo. Así que, con la ayuda de Rob y Mateo, todos los aldeanos saben lo básico sobre la defensa personal, con espadas y armas de fuego.
Lo segundo y no por eso menos importante: el plan ofensivo. Dicen que la mejor defensa es el ataque. Dentro de dos días el enemigo enviará una nueva tropa a revisar que todo esté bien. Tenemos que actuar antes de que eso pase.
Eso me gustaría decir, pero me temo que ya estamos actuando.
—Este estúpido casco me está dando dolor de cabeza —oí a Emma quejarse.
Sí, justo lo que piensan. Nos pusimos la ropa de los soldados y ahora vamos rumbo a la base más cercana de ellos.
—Y estas botas apestan.
Según el mapa, estamos cerca.
—Odio montar a caballo.
En todo caso, debería prepararme para cualquier…
—¡Odio esta vida!
—¡Pues muere! —me enojé—. Emma, sería muy amable de tu parte que cerraras la boca un momento.
Bufó, indignada.
—Escucha plebeya insignificante, tú no puedes hablarme así. Soy la hija de un conde.
Que está muerto por tu culpa.
—Y hermana de un conde.
Que por tu causa está ciego.
—No permitiré que una donnadie como tú me…
—¿Podrían hacer silencio las dos? —Mateo, quien nos guiaba, se oía sereno—. No sé cuál me molesta más, la extranjera demasiado estúpida o la demasiado inteligente.
—Te llamaron estúpida, Melissa.
Exhalé.
¿Cómo puedo llevarme bien con alguien como Emma?
Se formó un silencio tranquilizador.
—Hace mucho calor.
—¡Oye niña! —Mateo se volteó—. Si tienes calor cállate.
—¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?
—Que te volaré la cabeza de un disparo si sigues repitiendo lo mismo.
—Hazlo, sucia rata, y te quitaré la capacidad de volver a pronunciar palabra —amenazó, intimidante.
Puse los ojos en blanco.
—Deberíamos llevarnos mejor —opiné.
—Qué raro, no lo encuentro —añadió Emma.
—¿Qué cosa?
—No encuentro a quien pidió tu opinión.
Mateo dejó escapar una risa desganada.
—¿Cómo vamos a llevarnos bien con esa víbora?
Tiene que haber una forma.
No sé cómo tratar con esta Emma porque no es la misma que leí.
—¿Tienes pareja? —pregunté.
Emma parpadeó, confundida por mi curiosidad.
—¿Por qué debería responderle a una hormiga insignificante?
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La Villana Merece un Final Feliz.
Fantasía¡A la basura el amor y los sentimientos! Si me traicionan no tengo por qué perdonar a nadie. ¿Qué soy? ¿Un Dios que perdonará todos los pecados? Un día desperté en el cuerpo de la villana de la última novela que leí. Soy la hija de un duque, tengo b...