RARO AFECTO

Capitulo 27

Cuando se le ordenó a Zhou Zhengrong que buscara a Yuan Cheng a la mañana siguiente, descubrió que la puerta del apartamento del joven maestro no estaba cerrada. Empezó a sudar frío por el miedo, preguntándose si alguna fuerza hostil se enteró de la visita secreta de Yuan Cheng a su hijo menor anoche y luego hizo algo así. En caso de que algo le suceda a Yuan Cheng, el príncipe heredero no los dejará ir ni a ellos ni a sus cómplices después de que asuma el cargo.

Zhou Zhengrong empujó la puerta temblando y entró. Lo que saltó a su vista fue una simple sala de estar con dos filas de sofás en el medio, frente al televisor, y una pecera en el suelo. La habitación estaba un poco desordenada y había señales de lucha en la puerta, patearon el zapatero del pasillo y algunos calcetines estaban esparcidos por el suelo.

—... ¡Ah! ¡Tos, tos! ¡Tos, tos!...

Zhou Zhengrong de repente sintió como si escuchara la voz del joven maestro, pero luego desapareció. Escuchó atentamente durante un rato, sin saber si el joven maestro estaba en casa o si había pasado algo, y no sabía si entrar así precipitadamente o simplemente irse.

Después de pensar durante mucho tiempo, decidió retirarse a la puerta y llamó a la puerta varias veces: —¿Señor Yuan? Señor Yuan, ¿Está ahí? ¡La puerta está abierta, soy el viejo Zhou!

La habitación de repente se sumió en un completo silencio.

—Señor Yuan, ¿Está ahí? El automóvil de la parte negociadora ha llegado y ha pasado el control de seguridad, y saldrá pronto...

Zhou Zhengrong caminó por la sala de estar y vio que no había nadie en la cocina, en el baño y en el estudio. Estaba a punto de abrir la puerta cerrada de un dormitorio cuando de repente escuchó el regaño de Yuan Cheng desde adentro.

—¡Quédate afuera! ¡Saldré pronto!

Al mismo tiempo, hubo un estruendo muy fuerte y Zhou Zhengrong se sobresaltó.—: Yuan, Señor Yuan, ¿Qué pasa? ¿Quiere ayuda?

Yuan Cheng lo interrumpió: —¡Regresa!

Zhou Zhengrong estaba aterrorizado e inmediatamente se retiró a la sala de estar: —... ¡Sí!

Había pasado media hora en este "momento", y Zhou Zhengrong no sabía lo que sucedió adentro, por lo que esperó afuera con extrema ansiedad. Cuando finalmente sintió que no podía esperar más y estaba a punto de arriesgarse a llamar a la puerta, de repente solo escuchó voces en el dormitorio.

El sonido de vestirse y lavarse, seguido por el sonido de pasos que se acercaban, y luego la puerta se abrió. Yuan Cheng se abotonó la camisa de manera ordenada, con una expresión tranquila en su rostro, sin mostrar signos de ira en este momento:—Oh, viejo Zhou, estás aquí.

Zhou Zhengrong asintió tembloroso, sus ojos pasaron detrás de Yuan Cheng y echó un vistazo rápido al dormitorio.

Lang Bai estaba sentado en el borde de la cama grande, tapándose la boca con una mano, tosiendo mucho como si algo lo hubiera asfixiado. No usaba nada en la parte superior de su cuerpo, y sus pantalones de pijama de algodón gris estaban arrastrados por el suelo, revelando la mitad de sus pies descalzos.

Yuan Cheng le dijo casualmente a Zhou Zhengrong:—Ve afuera y espera.

Después de hablar, se dio la vuelta y caminó de regreso a la cama, como si quisiera acariciar la espalda del hijo menor con mucha suavidad, pero Lang Bai alejó su mano abruptamente.

Esa acción fue muy intensa, no como un hijo que aleja a su padre, sino como un enemigo.

Zhou Zhengrong se sorprendió por la audacia del joven maestro. Hasta donde él sabía, Lang Bai era una persona tranquila y amable, y era aún más sumiso con su padre. La relación entre padre e hijo era muy buena.