RARO AFECTO

Capitulo 28

Pasaron dos días rápidamente, y Yuan Cheng no sabía en qué estaba ocupado, y ni siquiera contactó a su hijo menor, que era como un pájaro asustado.

En la noche del tercer día, cuando Lang Bai y Mo Fang salieron de la biblioteca uno al lado del otro, vieron un Hummer militar negro estacionado en la puerta, el vidrio a prueba de balas estaba sombrío y los estudiantes que pasaban no pudieron evitar mirar en secreto.

Yuan Cheng se apoyó contra el costado de la puerta del automóvil y apagó su cigarrillo con indiferencia:—Vamos.

Cuando Mo Fang vio a ese hombre por primera vez, inmediatamente concluyó que era Yuan Cheng. Antes de eso, nunca había visto al padre de Lang Bai con sus propios ojos, solo aprendió de las descripciones de otras personas cuán poderoso, peligroso y aterrador era el Jefe del inframundo de la familia Yuan, como un monstruo con tres cabezas y seis brazos.

La luz al anochecer era muy tenue y no hay mucha gente en el camino, pero mientras miras a la multitud, puedes ver inmediatamente a este hombre parado junto a la puerta del Hummer. Su sentimiento era diferente al de la gente común. Otros se sentían muy normales parados allí, pero parado en la multitud, él era como un cuchillo escondido en su vaina y envuelto en una luz fría.

Todo el poder y la presión son silenciosos, solo puedes sentir vagamente su majestuosidad como una gruesa barrera, aislándolo silenciosamente de la multitud en cualquier momento y en cualquier lugar.

Mo Fang dio medio paso atrás.

Lang Bai hizo una pausa, caminó hacia adelante con su expresión habitual y le entregó la mochila a su padre. Yuan Cheng, naturalmente, tomó su mochila y cerró la puerta del automóvil para él de una manera muy elegante y caballerosa.

—¿Quién es ese joven?— Yuan Cheng miró a Mo Fang desde el espejo retrovisor.

Lang Bai ni siquiera levantó los párpados: —Un antiguo compañero de clase.

—Oh— Yuan Cheng se detuvo por un momento sin saber lo que significaba, —conductor, ve al muelle.

Estaba oscureciendo. El olor salado de la brisa marina sopla sobre la cara y las luces de pesca distantes se balancean en el agua como estrellas brillantes. Un grupo de personas no encendía las linternas, el camino era oscuro y occidentado, pero estas personas parecían haberlo recorrido miles de veces, y sus pasos eran ordenados y rápidos.

Lang Bai gradualmente no pudo seguir el ritmo de su padre, después de todo, era muy mimado y nunca había sufrido . Además, era la primera vez que venía aquí, y casi tropezó cuando caminaba en la oscuridad, y los dos subordinados solo podían sostenerlo, uno a la izquierda y otro a la derecha.

Después de caminar por un tiempo desconocido en el camino de tierra, Yuan Cheng se detuvo repentinamente cuando subió una ladera: —Ah Bai, mira.

Jadeando por aire, Lang Bai se detuvo y miró hacia arriba. Había una pequeña luz de luna brillando a través de las nubes oscuras, y un barco de carga de tamaño mediano estaba amarrado en silencio en el muelle aislado. No muy lejos había varios contenedores grandes para el transporte intercontinental de treinta toneladas que se elevaban en el aire y se movían lentamente hacia el carguero.

—Estamos aquí—dijo Yuan Cheng. Antes de que Lang Bai pudiera reaccionar, su cuerpo se elevó repentinamente en el aire. Yuan Cheng levantó a su hijo menor y saltó por la escarpada ladera.

—¡Bájame!—, En el momento en que Lang Bai cayó al suelo, estaba completamente conmocionado, no sabía si estaba avergonzado o enojado, su rostro estaba tan rojo—¡Iré solo!