VII

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Todos en el palacio estaban ansiosos por la llegada de su majestad, habían preparado un gran banquete de celebración.

El harén estaba eufórico, las jóvenes estaban preparándose para su presentación, lo habían aprendido hace unas horas, pero realmente Les estaba quedando precioso.

En ese instante las damas y el doncel estaban bañándose, todos reían y se divertían.

Yuna no paraba de hablar con Jimin sobre que estaba emocionada por aquella fiesta y es que, no todas tenían el privilegio de poder ver al sultán, lo único que tenían de referencia eran las historias contadas por sus compañeros y bueno una fuente muy confiable su amigo Jimin.

—¿Que te pondrás?

—Estaba pensado en ponerme algo color bordo, bastante oscuro, de todas formas al bailar estaremos casi desnudos así que...

—Jimin, ¿Tu crees que el sultán me llame?— pregunto una chica metiéndose en.la conversación.

El pelirrojo había conocido de muy mala manera a aquella mujer, la verdad es que era preciosa, lastima cuando abría la boca se iba todo el encanto. Cuando llegó al harén, había visto de lejos a la joven pero está nunca le dirigió la palabra, y casi no la veía, después de que la madre sultana anunciará sobre el repentino favoritismo hacia el doncel, la joven no tardó en hablar,  Jimin penso que sería amable, todo lo contrario, Solar solía ser una joven bastante astuta con un porte egocéntrico, era la segunda mejor vestida, claramente la primera era la sultana Irene, que hablando de ella, solo le dedica miradas de resignación al joven.

El harén era todo un caos, de celos, poder, belleza.

—No lo sé Yong-sun, si llego al ver al Sultán le preguntaré. — contesto seco, la joven saco la sonrisa cínica con la que lo miraba.

—Mi nombre es Solar, el sultán me lo puso. Así que llámame por ese nombre — exigió.

—En ningún momento escuché que el sultán nos obliga a llamar de aquella manera.

La joven se estaba poniendo roja, no todas se enfrentaban a las que tenían privilegios.

—Escucha, fenómeno, quieras o no. Soy una de las favoritas del Sultán Jeon Jungkook, no es la primera vez que en estos banquetes me elije—Solto impotente— No olvides que eres solo un mero criado.

—Que palabras tan duras Yong-sun. Creo que tienes que controlar esa irá, al sultán no le gustaría escucharte hablar de aquella manera— contesto— Y dime "Favorita" ¿hace cuánto no vas a los aposentos de su majestad?

—Eso no te importa, mejor preocúpate porque por ti, no te ha vuelto a llamar, sabes por qué? Porque solo eres un esclavo, un criado que nadie quiere, un fenómeno y lo peor de todo es que se ve que no eres sufriente.

Jimin se paró enfrentando a la joven, no tardó en golpearla, la cachetada resonó en el baño dejando un gran silencio.

—Cuida tus palabras Yong-sun. No sabes de lo que soy capaz.

Antes de que la pelea siguiera la señorita Sana empezó a regañar a Solar y Jimin.

Cuando todo esto acabó se fueron a cambiar para el banquete.

Jimin se apresuró y subió hacia el segundo piso en dónde estaba su alcoba, estaba enojado.

Maldita.

La señorita Sana entro para verificar que Jimin estuviese bien.

—No tenías por qué hacer eso... Si el sultán llega a saber tu..

—¿Yo que? ¿Me haré esclava o me matara? Es mejor que estar aquí conviviendo con esas malditas, queriendo aprovecharse de ti a cada raro, se creen con el derecho de humillar a las demás.

—¿Y te rendiras? Vaya.. tenía muchas expectativas sobre ti.

Jimin empezó a cambiarse enojado, lidiar con ella no era de su agrado, más que nada porque querían tirar su ego al suelo y pisotearlo y aquel doncel era muy orgulloso.

Después de tratar de tranquilizarse, volvió un poco en si.

—Creo que me afecta que ella a cada rato me estén diciendo que no le guste Jungkook, que a ellas les dan de todo y a mí solo me dió un par de joyas y trajes, pero a comparación de ellas yo no tengo casi nada.

La joven ayudo con la tela de la ropa, acomodándola.

—Ellas creen que tú eres una buena competencia, por esa razón te hacen sentir así— declaró— tienen miedo de ser reemplazadas, ¿y como no? Mírate desde que llegaste aqui la gente habla mucho de ti. Y si no te has dado cuenta de ello.

— ¿que dicen?...

Sana tomo el cepillo del tocador de Jimin y empezó a peinar su cabello rojizo.

— Que eres el fuego.— Jimin la miro asombrado por aquel apodo — los guardias te ven cada vez que haces tus tareas o caminas por el palacio, la madre sultana está impresionada con tu belleza lo misma la hermana del sultán.

—No me gusta...

—¿Que cosa?

—Que solo me alaben por mi belleza.

Sana lo miro y sonrió.

—Para ser la favorita, solo con tener un rostro bonito no alcanza. Porque crees que el sultán es como es. Se que es duro, pero tienes que controlar tu temperamento lo que hiciste hoy no está bien, si quieres llegar a ser alguien ese comportamiento no es bien visto. Hazme caso.

—¿Por qué me ayudas tanto?

—Porque nadie lo hará, y desde el primer momento que te Vi, supe que serías alguien importante.

—¿Bruja?

—Astuta diría yo, Jimin si tú llegas a conquistar al sultán... Y llegas a ser como la Sultana Irene, no olvides quien estuvo para ti.

—Sana, la lealtad se paga con lealtad.

—Es hora, date los últimos toques, que en un rato se dictará tu futuro... Creeme.

Jimin asintió y con eso sana se retiró. Dejando al joven pensando.

El no era arisco ni mala persona, nunca lo fue, quizás ahora tenía que serlo pero inteligencia.

Se miro al espejo y sonrió, si cabello tan peculiar provenía del gen de su madre, aquellos ojos de su padre... Jimin realmente extraba a su familia que ahora están con dios.

No dejaría que lo derrotaran tan fácilmente, su madre estaría desilucionada por ver cómo su hijo con pocas palabras se derrumbe.

Ni Yong-sun, ni la sultana Irene ni nadie podría quitar el futuro que tenía planeado crear.

Solo necesitaba aquel paso...





















Aunque Jimin tuviera confianza esto no siempre era así. Nos pasa a todos.

Bueno Sana no es tonta, ella ve potencial en  él.

Lo que si me da risa como llama a "solar"
Yong-sun, imponiendo que él la llamara como quiere. Se lo busco por mala ah.

Skyfall [KM] CORRIGIENDO✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora