Skyfall [KM] CORRIGIENDO✓

XLVII

Ya era de noche Jimin miraba a sus hijos que se encontraban dormidos, había preparado un bolsito, había planeado esto hace mucho tiempo.

Suspiro cansado, tomo una cajita toda destruida dónde guardaba algo muy especial, los rebeldes cuando lo secuestraron le habían quitado todo excepto algo muy especial para él. Salió de su tienda para tomar un poco de aire.

Al estar a la luz de la luna pudo notar lo brillante que estaba, había algunas personas deambulando, pero nadie cerca de donde estaba, tomo la cajita y la abrió con cuidado.

Ahí estaba, envuelta en una tela vieja y sucia,  lo único que había quedado después de tantos años.

Su anillo, aquel que Jungkook le había regalado. Trago saliva y una lágrima se le cayó, los recuerdos lo inundaron. Lo que hacen los padres para poder ver a sus hijos bien...

Fue hasta la tienda de Jennie para que saliera, adentro de ella había una persona de la tribu, era una de las pocas personas que podía salir de su grupo e ir a explorar al mundo sin preocupaciones.

El hombre era alto y fornido.

—Jennie me dijo que querías escaparte. Sabes que eso sería tu fin ¿No? — pregunto tranquilo mientras tomaba su vino.

—Lo se, pero necesito irme... — susurro, en su pecho presionaba el anillo de su amado.

—Tienes que pagarme si quieres que te ayude. — declaró firme, entonces Jimin se acercó y estiró su mano para luego revelar aquella joya preciosa. Al hombre se le iluminaron los ojos.

—¿De dónde sacaste esto?— quiso tomarlo Pero rápidamente el castaño no lo dejo.

—Ayudame a escapar y te lo daré, es lo único que tengo de valor, por favor... — rogó, el hombre lo medito, esos minutos en silencio hicieron que Jimin se sintiera incómodo.

—Esta bien— fue lo único que dijo, Pero antes de poder celebrar, volvió a hablar — quiero está joya, que aunque es preciosa no valen tanto como dos esclavos y un bastardo.  Convence a Jennie de casarse conmigo y hoy mismo te sacaré de aquí.

Jimin no pudo ocultar la cara de horror al escuchar aquello, claramente Jennie no quería tener nada con nadie por esa razón trabajaba día y noche para no estar en esa posición. El hombre indico que salga para buscar a la joven y así pactar el trato.

Jimin al salir noto a la pelinegra sentada no muy lejos de ahí, se acercó cauteloso ella noto la cara de angustia de su amigo.

—Maldito, no quiso ayudarte.— fue lo que dijo, pero su amigo negó. —¿Entonces?

—Quiere... Que te cases con él — susurro angustiado. — pero no puedo permitirlo, no te vendería, tampoco te dejaría aquí con estos hijos de puta.

La chica dejo de mirarlo para enfocar su vista a la tienda de Jimin, tomo una cantimplora que estaba detrás suyo bebiendo de golpe, después de minutos de silencio hablo por fin.

—Esta bien, lo haré. — Jimin la miro con los ojos bien abiertos.

—No, no lo permitiré, él...

—Todo sea por nuestros bebés ¿No? Ya estoy perdida Jim, hace mucho tiempo lo estoy Pero si hay una pequeña posibilidad que tus hijos puedan vivir una vida mejor... Lo haré, quizás en un futuro no me recuerden Pero... Nunca podré vivir en paz si supe que podía salvar a aquellos inocentes y en vez de eso mire hacia otro lado.

El doncel se abalanzó  hacia ella dándole un gran abrazo, uno dulce y cariñoso, la chica correspondió rápidamente.

—Gracias... Realmente lo agradezco— dijo entre sollozos.