Skyfall [KM] CORRIGIENDO✓

Tercer acto: Guerra.

Habían pasado dos días en el cual el palacio se encontraba melancólico y triste, Jimin no quería salir de sus aposentos, aguntiado por la situación decidió pasar más tiempo con su hijo, milagrosamente ayer había aparecido Soobin, le había dicho que se escapó para verlo un rato, eso hizo que el corazón del sultán se ablande, pero su madre no tardó en buscarlo y llevarlo a la fuerza.

Habían Sido dos días duros en los cuales el pelirrojo no podía dormir bien, en cierta parte se culpaba de aquella muerte, pero tenía que seguir, escucho como Yoongi empezó a llorar, se levantó para poder agarrar a su hijo y meserlo, el bebé tampoco había tenido lindos días, de encontraba un poco estresado y no dormí bien tampoco.

Uy lu lu li, luli lulita
Volaron las palomitas, volaron las palomitas
Y sentaron en la cunita

Y comenzaron a pensar, adivinar
Que el bebecito comerá
Será la miel o una rosquita,
O tal vez la dulce lechita

La cunita está crujiendo
El bebe dormiendo dormiendo...
La cunita se paró
El bebecito se canso.

Cuando el niño escucho la voz de su padre cantarle, se tranquilizando, cerro sus ojitos de apoco y bostezo, Jimin sonrió.

—Duerme hijo mío. Te amo — dijo, dejando nuevamente al niño en al cuna.

La habitación estaba en silencio, se escuchaba el viento golpear los árboles, una brisa fresca entro por la ventana moviendo las cortinas beige, en una danza hermosa.

—Yuna—Llamo, está que estaba al lado llegó de inmediato— necesito que me prepares un baño por favor.

La chica asintió.

Jimin se quedó solo pero no por mucho tiempo ya que el Eunuco Hoseok entro saludando cortésmente.

—Sultan Jimin, le ha llegado una carta del sultán Jeon Jungkook.

Este que estaba en calma rápidamente fue hacia el Eunuco, no podía ocultar su felicidad.

—¿Enserio? — pregunto entusiasmado, Hoseok asintió feliz y le entrego el Royo.

—Si mi sultán, estoy igual que usted. — comento feliz.

No todos eran agradables allí, y Jimin más que nadie lo sabía, pero Hoseok era un joven divino, no lo mal entiendan, era un hombre bueno y sereno, desde que el pelirrojo lo conoció, este siempre le ha hablando con respeto.

—Gracias Hoseok, puedes retirarte. — comento el hombre iba a hacerlo pero antes dijo algo que le sorprendió al joven.

—De nada mi sultán, quería decirle que la Sultana Yeji y La sultana Irene ni quería que le dde la carta, pero por órdenes de su majestad no podía hacerle caso, y mucho menos ocultarle algo así a usted.

Jimin al escuchar aquello se alegro. Fue hacia su mesita de luz y saco una bolsa pequeña.

—Ten — le ofreció, el Eunuco nego amablemente.— tómala, es para ti Hoseok, te lo haz ganado.

—No podría tomarlo sultán Jimin, lo he hecho porque respeto al sultán Jungkook y al sultán Jimin.

El pelirrojo sonrió alegre. De acercó al Eunuco y tomo su mano para depositar la bolsa con oro.

—Gracias, quizás no nos vemos mucho, pero eres un sol, no podría negarme a darle algo por ser un buen sirviente.— alago, el hombre se sonrojó y acepto la bolsa.

—Muchas gracias, y que Alá lo bendiga mi sultán.

El hombre de retiró dejando a Jimin ansioso. Se sentó en su sillón y abrió la carta.