XXIII

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Ya habían pasado casi dos semanas, Jimin estaba nervioso, la gente hablaba de que pronto llegaría el sultán, la madre sultana, también se encontraba ansiosa por ver a su hijo.

Jimin estaba terminando su pintura, las clases estaban dando muchos frutos, el pelirrojo se dió cuenta de lo bueno que era para la geografía y la historia.

—Estas ansioso por ver a mi hijo— dijo Eunji, Jimin la miro y asintió emocionado, tocó su vientre que estaba un poco hinchado, todavía no se le notaba, pero no veía la hora de que pudiera tener a su hijo.

—Si madre, estoy ansioso, Jungkook me prometió que volvería a salvo— dijo.

La sultana rio por lo ansioso que estaba el joven.— Tranquilo, si te pones muy nervioso podrías lastimar al bebé.

El joven la miro, quería preguntarle algunas cosas, pero no sabía cómo hacerlo.

—Madre sultana, puedo preguntar algo? Con todo los respetos. — la madre que estaba sentada delicadamente con su gran vestido negro y una corona grande, asintió, su apariencia como la Jungkook era dominante, pero delicada.

Jimin deseaba ser igual que Eunji algún día.

—Me puede contar sobre su historia.

La mujer se sorprendió, la gran mayoría de las concubinas y criadas preguntaban sobre el sultán, nunca sobre ella.

—Bueno... Es la primera vez que alguien me pregunta algo así, antes de contestar ¿porque quieres saber? — cuestiono.

—Bueno, la he observado y puedo decir con certeza que es tan dura como el hierro, nada se le pasa, nada le afecta, siempre se ve tan pulcra y perfecta... Solo es una mera admiración. Y me gustaría conocer más a quien admiro.— expreso sincero, la madre sultana, no dejaba de mirarlo con una expresión que Jimin no logro descifrar.

—Joven doncel, está no es una historia dulce y de amor lo sabe ¿no?— el pelirrojo asintió y se sentó a los pies de la sultana aprestando atención — Me trajeron al palacio cuando tenía catorce años, a comparación de otras yo ya era sultana, el padre de Jungkook estaba por tomar el puesto de sultán, a comparación de mi hijo, mi difunto esposo era cruel.

No podía esperar para tomar el puesto que desafío a su padre y lo mató, así es como logro tener el puesto más rápido, era un hombre avaricioso. Desde que lo conocí supe que sería mi perdición, tenía esos ojos que tanto te gustan de Jungkook, esos ojos que te enamoran, como si fuera que nunca te mentirian.

A los quince años quedé embarada, el me había elegido como su elegida.

—¿elegida?— pregunto Jimin interrumpiendo.

—Si, la mujer que trairia sus hijos y podrían gobernar. — explico — sabes que ellos tienen harén, entonces pueden hacer lo que quiera y pueden tener hijos con quien quieran, la diferencia es que estas no importa cuántos hijos le den, sabían que yo era la que podía poner a mis hijos en el trono.

—Entonces... El señor Jeon tuvo más hijos— dijo Jimin. La madre sultana asintió.

—Si, mi primer derrumbe fue cuando me enamore de el, me había entregado a cuerpo y alma, pero aún así tenía a sus concubinas y acomparacion de ti, mi difunto esposo siempre las veía, más a una... Ella logro romper mucho en mi.

La segunda vez que me derrumbe fue cuando tuve a Yeji, Jeon estaba tan decepcionado de que su primogénito sea una mujer, me acuerdo que me había dejado de hablar, me ignoraba, como si fuera mi culpa, después de tres años llegó Jungkook y con eso trajo algo de alegría.

—¿Algo?

—El no veía a ninguno de mis hijos, se la pasaba luchando o trabajando o peor aún con sus concubinas. Rompió mi corazón, Porque tanto como Yeji y Jungkook me preguntaban porque su padre no los quería ver. — suspiro — me angustia porque Jungkook creció teniendo le mucho resentimiento a su padre, no solo por el trato hacia su hermana y a mí, sino porque tenía la tendencia de "criar" a Jungkook con mano dura, es duro ya que lo poco que veía de su padre era su peor versión.

Lo vivía golpeando para que entendiera que en este lugar en la pocision que estaba no podría ser blando, debil o dejar que entre el amor a su vida.

Mi hijo se crio con el concepto de ser correcto, hizo muchas cosas que se arrepiente y yo también. Me hubiese gustado en que creciera un poco masz que disfrutará, en vez de eso tuvo un hijo  joven y gobernó tan joven.

Cuando murió mi esposo fue el día más feliz de mi vida, por favor Jimin que quede entre nosotros, es malo decir esto, pero es lo que siento, crecí siendo restringida de todo y de todos, solo tengo a mis hijos.

—Lo siento.

—No te disculpes, no hace falta, con el  tiempo entendía que las cosas pasan por algo, pero uno tiene que ser fuerte, si, está bien llorar y caerse pero no puedes ir por la vida siempre así, la gente es cruel y en la más mínima debilidad te derrotan, me di cuenta que desde que llegaste aquí y hiciste los ue quisiste. — dijo Jimin la miro avergonzado y está rio suave— tranquilo, no me meto en esas cosas, te entiendo, las muchachas te dicen cosas horribles y las he escuchado, y creeme que fui una de ellas, sentir envidia hacia una de tus compañeras es letal, te va consumiendo de apoco.

—Pero usted es preciosa y es tan perfecta, no podría imaginar que sintiera envidia sobre otra mujer.

—La tuve, se llama Lía y fue la favorita de Jeon, la realidad es que aunque a mí me dió un poco de poder cada vez que veía aquella mujer yo desaparecía, más de lo que debería, ella era una princesa  que decidió ser parte del harén, con tal de estar con él sultán, era mala persona conmigo, pero lo con mis hijos, eso lo único bueno de esto.

—¿Porque los sultanes tienen los harén? ¿Porque tenemos que ser parte de ellos?

—Porque los hombres lideran.

—Y las mujeres y doncel, Gobiernan. — contrastado Jimin

—Espero que algún día recuerdes está conversación y puedas tener fuerza, uno nunca sabe, Jungkook es mi hijo pero no deja de ser un hombre y su majestad.

—Prometo cuidarlo y cada vez que intente salirse del camino yo siempre lo dirigiré hacia mí. — soltó Jimin.

Skyfall [KM] CORRIGIENDO✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora