XLVIII

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Jimin no podía quitar sus ojos del hermoso hombre que estaba al lado suyo.

Jungkook...

Por fin volvió, lo encontró.

Un llanto lo saco de sus pensamientos, fijo su mirada en Soobin y quién no paraba de mirar a su padre al igual que el castaño, a la.par de su pecho estaba su pequeña hija sollozando por todo el ruido que había a su alrededor.

Jungkook miraba con asombro a la pequeña.

El pelinegro entonces fijo sus ojos en Jimin sonriéndole, el más bajo noto como el rostro de su amado ;cerca del ojo; habia una lastimadura era leve Pero se podía apreciar todavía la cicatriz.

-Mi amor...- hablo ronco, tomo a Jimin cargandolo como todo un principe y lo acunó en sus brazos. -Hay que irnos.

Jimin todavía seguía en shock, asintió, miro nuevamente a sus hijos, la niña la enfoca a su padre doncel hizo un puchero, este le sonrió para que se calmara un poco. Por suerte la niña hipando, logro entender.

El cambio hacia la tribu que ahora estaba en llamas, fue silencioso, Soo estaba detrás de su padre, cubriendo bien a su hermana mientras le hablaba para que está deje de moverse.

Cuando estuvieron cerca un grupo de soldados en caballo se acercó al sultán.

-Su majestad- hablo Tae mirando que Jungkook tenía a Jimin en sus brazos.

-Pasha, Trae mi caballo, nos iremos en este mismo instante, dile a mis soldados que queme todo y que no quede nada ni nadie. - hablo firme, el gran visir asintió. Jimin al escuchar aquello por fin hablo.

-Jungkook... Espera... Mi amiga - susurro bajo. Jungkook al escuchar la voz de su esposo vibro de emoción.

-Mi amor, tranquilo más tarde hablaremos, debes estar cansando... Muy cansado, mi tesoro.- dicto.

El viaje hacia un pueblo en dónde ya había conquistado no estaba muy lejos, el camino fue tranquilo y sereno, todavía en los brazos de su esposo, Jimin miraba el cielo que poco a poco iba amaneciendo, sintió esa pequeña helada que caía, y como los pájaros cantaban. Soobin se encontraba todavía con su hermana, está durmiendo y él vigilando cada cosa, desconfiando hasta de los guardias de su padre.

Al llegar, Jungkook llevo a su familia a su tienda personal.

-Padre... Sultán - hablo Soobin- quisiera poder tomar algo, y acomodar a Suzy en un lugar más cálido y cómodo. - hablo firme. Jungkook lo miro y asintió. El menor dejo a su hermana cerca de una improvisada cama, y fue en busca de lo que necesitaba.

Al fin estando solos, Jungkook noto que su esposo no había hablado demasiado, en realidad casi nada, se parece mudo, Pero en cuanto el castaño noto que su hijo se marchaba , miro a su esposo, todo su rostro y se rompe en llanto.

-¿D-donde estabas? Mi sultán, mi amado... F-fue duro estar sin ti...- las lágrimas caían sin sesar Jungkook, las limpio con delicadeza.

-Jimin, mi amado doncel, estuve buscándote por mucho tiempo, y hoy por fin después de tantos años de agonía tengo el honor de decir que... Por fin volví a estar vivo.- declaró, se aproximó hacia los labios de su esposo besando ligeramente, su rostro se estaba mojando por aquella lágrimas con sabor dulce. El llanto de Jimin se volvió más fuerte, abrazando a Jungkook, este lo sostuvo, cuando el doncel iba a volver a hablar, se escuchó como algo tiraba de la ropa de su esposo.

Jungkook se despegó de su esposo para apreciar una hermosa niña de cabello azabache y ojos tan hermosos como los de su esposo. Lo malo es que lo estaba golpeando y jalando su traje.

Skyfall [KM] CORRIGIENDO✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora