XVI

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El Pasha estaba esperando a que Rosé le abriera la puerta, está lo había mandado a llamar para poder platicar como todo los días lo hacían.

Kim a lo lejos vio como venía La sultana Yeji enojada, sorprendió por su mal humor fue traes ella.

—Sultana.

La joven al reconocer quién era sonrió tímida.

—Gran visir...— susurro, la hermana de Jungkook tenía un pequeño enamoramiento por el pasha, desde que era joven, ahora que veía aquel hombre hecho y derecho se volvía loca, lastimosamente hace unos dos años se había comprometido con su prima, la tristeza la invadió, su único amor estaba casado.

—¿Sucede algo Sultana? La noto enojada...

La chica se sorprendió por al preocupación y nego rápidamente, no quería molestar al señor Kim.

—No...

El pelinegro sonrió enternecido, la hermana del Sultán siempre fue una chica dulce.

—Puedes confiar en mi...—expreso amablemente. La joven miro aquellos ojos oscuros, dudo un poco pero al final decidió decirlo.

—Mi madre... Ordenó que me case con un principe...— soltó angustiada— pero no lo amo Pasha, no quiero estar con alguien que no siento nada.

El joven asintió entendió el sentimiento de Yeji.

—La vida es cruel Sultana, pero creeme que  es por su bien...

La joven al escuchar aquello se decepcionó.  Solo asintió.

—Si... Lo entiendo

Antes de poder seguir diciendo algo más, Rosé abrió la puerta dejando ver su cara de disgusto.

—Mi amor... Yeji— saludo un tanto seca.

La hermana del sultán soludo y se retiró, Rosé miro a Taehyung con una expresión de disgusto.

—No me gusta que hablas con ella.

—Rose, es la hermana del Sultán, también le tengo respeto— comento tranquilo, entrando a la habitación.

—Si pero... Me molesta, sabes que está enamorada de ti.

—Lo se, pero solo tengo ojos para ti. — Sonrió, la rubio rio y dejo pasar a su esposo.







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El azabache estaba esperando a que Jimin viniese a su despacho, se encontraba nervioso, hace muchos días no hablaban, hace unas horas no vio, pero se notaba a leguas que el pelirrojo lo estaba ignorando.

Cuando por fin llegó, el joven saludo como siempre.

—Te he mandado a llamar porque tenemos que hablar— declaró, el joven tenía la mirada baja— me ha costado entenderte Jimin... Mucho.

Jimin levantó la vista lentamente encontrándose esos hermosos ojos negros.

—No entiendo a lo que refiere su majestad...— susurro.

—Me he vuelto loco, creo que me hechizaste— soltó — no puedo evitar está conexión que siento hacia usted.

El pelirrojo se quedó perplejo.

—Quiero comentarte que desde que te he conocido no he estado con nadie más, porque siento en mi corazón que no me hace falta. —Dijo sincero — No se como explicar con exactitud esto, pero nunca me he encariñado con nadie, y experimentar esto por alguien, sabes que siento cada vez que te veo?

El chico nego todavia todavía escéptico.

—La primera vez que sientes la lluvia, es refrescante y suave, eso es lo que siento contigo, no puedo evitar estar tranquilo, y cuando estamos tan cerca, pero tan lejos a la vez, mi corazón se oprime.

—Eso me sucede cuando lo veo a usted con alguien mas— declaró Jimin.

—Lo se, si fuera al revés y tú estarías en mi lugar, me molestaría mucho verte con otra persona, siento una posesibidas enferma en que solo puedes ser mio.

—¿Y usted cree que yo no? — pregunto bajo el joven— me he encariño mucho con usted, verlo con otras mujeres hace que me sienta triste, como si no le gustase... Como si no fuera suficiente.

—Lo eres, como te dije Jimin, esto lo que estamos haciendo está mal, los Sultánes no hacemos esto, no somos exclusivos, pero creo que es porque ninguno tuvo la necesidad — dijo— hasta hoy.

Jimin no dejaba de mirarlo, buscando una pisca de mentira en sus palabras pero no la encontraba.

—Por favor, discúlpame, quiero que hagamos un acuerdo.

—Dime.

— Primero,  no voy a ver a nadie más que a ti, pero por favor no vuelvas a enojarte de esa manera, mucho menos conmigo— pidió.

El joven quedó pensando, si perdonar al sultán o no, después de unos minutos, sonrió quizás un poco más tranquilo, de todos los escenarios este era el menos posible, pero lo logro,  sin pensarlo se abalanzó y beso su boca, el Sultán lo tomo con gusto.

—¿Por qué hace esto? Sabe que no tiene que pedirme, usted tiene el poder de tener todo con solo decirlo.

—Es diferente contigo. —Expreso acariciándole el rostro— Con la última demostración de nuestra última charla, es más que obvio que no podré controlarte.

—Es cierto, soy una persona apasionada — dijo— Aunque me lo hubieses dicho antes de completar el castigo. Eres cruel — susurro lo último rozando sus labios.

—Tenia que hacerme respetar, todo el palacio se enteró en al forma que me hablaste y no está bien visto.

Jimin rio.

—Jungkook ¿que somos? — pregunto cauteloso.

—Lo que tú quieras ser. —expreso sincero.

—Yo solo quiero que seamos nosotros dos, tu y yo contra todos—  dijo mineras abrazaba al sultán.

—Jimin...

El pelinegro escucho un Mmm de parte del pelirrojo

—Lamento si me comporte mal, al escuchar que me decías que preferidas morir antes de aguantar algo que no te gusta, me angustie, tienes valentía, no cualquiera se enfrenta al sultán y sale ileso.— comento bajo.

—No salí ileso su majestad, usted tiene el poder de romperme si quisiese.

—Y tu a mi— comento — quiero remediar estos días oscuros para nuestro futuro y brillante amor, quería invitarte a almorzar en el jardín junto a Soobin.

Jimin al escuchar aquello se alejo sorprendió

—¿El principe?

—Si, me gustaría que se conozcan, aunque Soobin ya te tiene en la mira, creo que le gustas, porque no deja de hablar de ti y de tu hermoso cabello fuego. — dijo riendo provocando el Jimin le siguiera.

—Me encantaría, Jungkook pensé que me ibas a matar, yo arriesgue todo, pero dió frutos.

—Pero no te pases, no estuvo bien en la forma en como me hablaste, esta mal visto...

—Lo siento su majestad.

—El gran visir estuvo molestandome todo este tiempo...

Los aposentos se sentían más cálidos y bello.

En la puerta del lado de afuera la Sultana Irene se encontraba escuchando todo lo que habían hablado, su ánimo decayó, y está vez no lo oculto, las lágrimas salieron por doquier, ahora Jimin era una competencia y tenía que destronarlo, iba a hacer un infierno con tal que ese joven caiga.

Por qué ella es y será la única mujer que le dió el primogénito al sultán Jeon Jungkook el magnífico. Y nadie va a interrumpir sus planes.

Skyfall [KM] CORRIGIENDO✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora