Segundo acto: Ateşe karşı ateş

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La sultana Irene se encontraba en sus aposentos , había buscando al sultán pero no hubo éxito, se acostó en su cama, de sentía débil y triste.

A los minutos su hijo entro alegremente saludando a su madre, destras suyo estaba Jungkook, la joven al verlo su mirada se iluminó, pero al recordar lo que estaba pasando rápidamente se desvaneció.

—Irene...

—Su majestad... — susurro.

—Oid que me buscaba.

—Si.. yo tengo algo que decirle — la joven trago saliva— Yo l-lo siento... Pensé que estaba en cinta, pero me dijo la curandera que... Es imposible.

Jungkook se acercó abrazar a su mujer, como siempre había beso su frente, y limpio aquellas lágrimas que salían de los ojos de la joven.

—Lo se, tranquila, no me gusta verte de aquella manera.

La sultana Irene lloro desconsoladamente, su hijo Soobin que estaba allí, abrazo a su madre.

—Papi ¿que le pasa a mamá?— el niño en su inocencia no sabía el gran dolor que estaba pasando su madre.

—Se siente triste hijo, pero nosotros vamos a hacer que se sienta mucho mejor. — comento

El niño asintió abrazando mucho más fuerte a su madre.

Jungkook se sentía mal, por el estado de Irene, por ver a su hijo preocupado, por pensar tanto en Jimin, por qué se dió cuenta que quizás si había mal en algo y es que el joven Doncel siempre fue sincero y dulce, pero Jungkook vio un lado más feroz que aunque lo desconcertó, lo volvió loco.

El doncel para Jungkook era como una fruta prohibida, porque aunque Jimin lo haya desobedecido, dejo a entender que solo quiere estar con Jeon, solo tiene ojos para él.

La lealtad se paga con lealtad.

Y un hombre fuerte necesita un doncel fuerte.








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Jimin se encontraba en su habitación, el sultán había ordenado castigarlo, no podía salir aunque quisiera.

Sana todos los días venía a visitarlo (era la única que podía ingresar) dándole un poco de ánimos, aunque está se veia diferente.

Al principio el pelirrojo no le dió tanta importancia, pero ya era el tercer día y la muchacha seguía de esa manera.

—Sana... ¿Sucede algo?— pregunto cautelo, la joven había traído su almuerzo.

—No Jimin, no te preocupes— la joven evadió el tema olímpicamente, el pelirrojo no quiso forzarla a seguir hablando, así que solo asintió no muy convencido de su respuesta.

—¿Sabes algo del Sultán?...

—No, hace unos días que no lo ven...

—Yo estoy encerrado aquí, no me entero de nada ¿paso algo?

La joven lo miro a los ojos, Jimin temió lo peor.

—Si hubo algo...

Jimin quedo callado, sabía a lo que se refería.

—Desde que estás castigado, todo se ha vuelto un caos...

—Llevo aquí cuatro días Sana ¿que tanto ha pasado? — El joven se burló un poco pero cuando vio la cara de la joven rápidamente se puso serio nuevamente.

Skyfall [KM] CORRIGIENDO✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora