XXXVI

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Dos años después.

Jimin estaba saltando en el regazo del sultán Jungkook. El pelinegro tomaba las caderas del más joven para ayudar más con la penetración.

Jungkook no dejaba de apreciar el desastre que era su amado, el cabello de Jimin estaba revuelto y con algunos mechones en su frente, esto tapaba un poco sus ojos, su hermoso cuerpo blanquecino lleno de marcas moradas provocadas por su majestad, y aquellos gemidos dóciles que volvían loco aquel hombre enamorado.

—Mi amor, se siente tan rico...— susurro, Jimin asintió frenéticamente sin dejar de saltar.

A los minutos, un tirón hizo que el pelirrojo se viniese en el pecho desnudo de su majestad, se recostó en su pecho agotado, no le importo mancharse, Jungkook noto que Jimin estaba exhausto, así que sigue levantando su cadera y empezó a penetrar con rapidez.

—Oh~ mi sultán, se siente tan rico...— halago gimiendo suave, Jungkook pudo sentir como Jimin apretaba su interior, provocando que su miembro sea succionado deliciosamente por aquella entrada rosada y rugosa. Su cuerpo se tenso y por fin dejo escapar su glorioso orgasmo, derramando todo su semen dentro del agujero del doncel.

Agitado, acarició el cabello del pelirrojo, estos últimos días quería tener privacidad pero los niños andan quisquillosos, a decir verdad había esclavos para que no molesten, pero Jungkook andaba paranoico, no quería dejar con nadie a sus hijos y menos a Jimin, en esta maravillosa oportunidad la sultana Lía decidió darle clases de arte a los niños, así que aprovecharon aquel momento a solar.

El pelirrojo se levantó del regazo del sultán, cuando estuvo parado la esencia que estaba dentro suyo, se estaba escapando lentamente. Quiso ir rápido hacia el baño para limpiarse pero Jungkook lo detuvo, ordenando que se diera vuelta y abriera sus piernas, así dejando su entrada a la vista del pelinegro.

Jungkook paso su dedo pulgar por el agujero del pelirrojo, intento que su semilla no se saliera. Estuvo un buen rato de aquella manera, provocando extraños en el más joven.

—Mañana es tu cumpleaños amor mío. — dijo Jungkook.

—S-si... Mi sul-sultan... — declaró todavía enloquecido por lo que Jeon le estaba haciendo.

Entonces Jungkook lo dió vuelta y le sonrió.

—Jimin... Es hora. Tenemos que volver al palacio principal. — dijo. Jimin lo miro un poco decepcionado, la verdad es que le gustaba estar en su tranquilidad. Entonces asintió sin tantas ganas.

—Me parece bien su majestad...

—Jimin... Quiero decirte algo muy importante.

El joven le prestó atención pero algo hizo que sus mejillas se pusieran rojas, el semen estaba saliendo nuevamente.

—Jungkook, por favor primero quiero ir a limpiarme.— dijo el sultán rio y asintió dejando que su amado se fuera a asear.

Al cabo de unos minutos, los dos ya estaban arreglados.

—Bien, antes de volver al palacio principal quiero hacer algo— Jungkook saco algo de los cajones, era aún cajita forrada de un color bordo vino.—Nosotros no somos de hacer esto Jimin, pero estuve pensando en muchas cosas, la realidad es que te veo más tranquilo aquí y es porque nadie te molesta, solo saben que te tienen que respetar, no soy un hombre estúpido, se que en dónde antes vivíamos y por ende nos dirigimos nuevamente, siempre pasa algo... —explico— tu sabes más que nadie que cada vez que voy al palacio principal me inundan de mentiras tuyas, la última vez vine hecho una furia porque el gran visir piensa que tienes algo que ver con la muerte de su difunta esposa... Pero tú me dijiste que no era verdad, así que decidí creerte. La lealtad para mí es muy importante

Skyfall [KM] CORRIGIENDO✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora