4

1.1K 103 19
                                    

Tener gran cantidad de información sobre alguien podía ser tanto una bendición como una maldición. Brindaba la posibilidad de conocer profundamente a una persona: sus gustos, preferencias, hábitos y relaciones.

Esto podía facilitar la creación de conexiones más sólidas, así como la anticipación de sus necesidades. Sin embargo, misma información podía convertirse en herramienta peligrosa cuando cae en manos equivocadas.

Los datos personales podían ser utilizados para manipular, acosar a alguien, o manipular invadiendo su privacidad y vulnerando su seguridad. Saber un nombre era muy peligroso.

— Hitana García —Hablaba un hombre con voz gruesa, poniendo fotos desconocidas encima de la mesa —Originaria Gitana del sub continente Indio, pero sus padres eran Colombianos.

— ¿Entonces, nació aquí? —Preguntaba uno de ellos, limpiando su arma.

— Sus difuntos padres se mudaron a Colombia cuando ella solo tenía catorce años, pero su padre falleció al cumplir los dieciséis —Siguió informando el hombre con la voz gruesa.

El acceso a una gran cantidad de información sobre alguien también podía llevar a la tentación de abusar de ese conocimiento.

La sensación de poder que provenía de tener datos íntimos podía llevar a comportamientos inapropiados o incluso criminales, como el acoso cibernético, el robo de identidad o la vigilancia no autorizada.

— ¿Ella qué tiene que ver con lo que estamos buscando? —Preguntó el hombre limpiando esta vez; su cuchilla.

El rubio apuntó con sus ojos las fotos indicándole que era el quien tenía que abrirlas, la sonrisa del mayor se amplió al ver al tipo que buscaba sonriéndole, tomándola de la mano y besarla. Una enorme risa se presentó sonora, también viendo el nombre del strip club en dónde al parecer había salido el pálido.

— Eres un maldito genio, Felix —Sonriéndole, viendo cómo éste se acercaba para tomar una de esas armas.

— Es mi trabajo, Bang Chan —Sonrió halagado, sentándose en la mesa.

— Necesito saber dónde queda ese strip club —Sonreía, asintiendo por la satisfacción de saber pero lleno de impresión al darse cuenta lo inteligente que fue al ocultarse en un país que no tenía nada que ver con su cultura.

En un mundo cada vez más interconectado, la filtración de información personal puede tener consecuencias devastadoras, desde la pérdida de empleo hasta la violencia física.

Era impresionante la manera en la que lo habían encontrado con solo una foto. La misma foto que aquella gitana le tomó a escondidas la última vez que se vieron.

— Colombia —Decía Bang Chan para el mismo, aún con esa sonrisa entre sus labios —Tiene toda una vida hecha allí.

— El strip trip queda a algunas cuadras de esta casa. Si llegamos a tiempo aún podemos verlo después de mucho —Informaba el peli azul.

— Si llegamos a tiempo lo matamos —Siseó, con un tono demandante sin rodeos —El primero quien se cruce con el, lo mata. Todo aquel quien se cruce en sus caminos se muere.

— Bang Chan, no podemos hacer eso —Susurraba Felix, intentando no ofenderlo con sus palabras. 

— Si pueden, porque yo lo digo —Felix estaba a apunto de decir algo, pero Bang Chan sabía que diría —Me importa un carajo la sangre de gente inocente, quien se cruce en su camino de muere.

— Bien —Asintió.

— Quiero a Hyunjin muerto, y ahora que lo tenemos no quiero que nada salga mal. ¿Quedó claro?

La oscuridad envolvía el entorno, creando un aura de inquietud y misterio. Cada paso parecía resonar en el silencio, amplificando la sensación de vulnerabilidad.

Un escalofrío recorría la espalda, mientras el corazón latía con un ritmo frenético, como si quisiera escapar de su prisión de carne y hueso. Una presencia invisible parecía acechar desde las sombras, una mirada invisible que perforaba la piel y penetraba en lo más profundo del alma.

El aire se volvía denso, cargado de una energía ominosa que hacía que cada respiración sea un desafío. La menor había sacado su celular con cautela, procediendo a llamar a la única persona que la ayudaría en ese tipo de situaciones.

Se sentía insegura, y el hecho de al menos tenerlo con ella en casa iba a hacerla sentir con confianza.

— ¿Hyunjin? —Llamaba, al escuchar la voz adormilada del mayor.

— ¿Si? —Preguntaba —¿Qué pasa, cariño?

— Por alguna razón siento que alguien me sigue, y no quiero ir a casa —Intentaba mantener su respiración calmada, a medida que escuchaba como Hyunjin estaba levantándose con rapidez de la cama —No sé qué hacer.

— No entres en pánico, ¿si? Ve a un lugar lleno de personas y en cuanto estés a salvo me envías tu ubicación. ¿Está bien?

— Está bien —Susurraba.

— ¿Puedes hacer eso por mí? —Consolaba Hyunjin, haciéndola sentir segura a pesar de que el no estaba presente.

— Si.

— Bien —Sonreía, a pesar de que ella no lo estaba bien —Por favor mantén la calma, estaré allí de inmediato.

WALLS┃HYUNJIN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora