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Karina se encontraba bajo la ducha, permitiendo que el agua caliente corriera por su cuerpo, lavando la sal y la arena de la playa.

Disfrutaba del calor que envolvía su piel, sintiendo cómo sus músculos se relajaban después del día tenso y emocionalmente agotador. Cerraba los ojos mientras el agua caía sobre su cabello, masajeando el champú con cuidado y dejando que la espuma se llevara cualquier rastro del mar.

A través del cristal empañado de la ducha, podía distinguir la figura de Jungkook sentado en la tapa del retrete. Estaba allí, como siempre, vigilándola para asegurarse de que no intentara nada. Sin embargo, en ese momento, su postura parecía más relajada, casi distraída. Miraba hacia el techo, con los brazos cruzados sobre su pecho, evitando deliberadamente dirigir la mirada hacia ella. Aunque la había visto desnuda antes en otras circunstancias, ahora se esforzaba por respetar su privacidad.

Karina apreciaba ese gesto, pequeño pero significativo. Sabía que, a pesar de todo, había una línea de respeto que Jungkook no cruzaba. Continuó enjabonándose, disfrutando del agua caliente que la limpiaba por fuera mientras su mente trataba de aclarar sus pensamientos y sentimientos. La ducha se convirtió en un breve refugio, un momento de paz en medio del caos que había sido su vida reciente, y aunque Jungkook estaba cerca, ella se permitió disfrutar de ese respiro.

— Te vas a enfermar si no te quitas el uniforme —Exclamó un poco Karina, mientras aún seguía lavándose el camello.

— ¿Me hablas a mí? —Preguntó Jungkook, aún con la mirada en el techo.

— ¿Quién más está aquí conmigo? —Preguntó retóricamente, sacándole una leve risa a Jungkook.

Decidido a averiguar qué intentaba, se levantó de su asiento y se acercó a la puerta de cristal de la ducha. A través del vapor, vio cómo Karina dibujaba un corazón en el cristal. Ella pegó sus labios en la superficie, dejando una marca, y luego presionó sus palmas y pechos contra el cristal, delineando su forma.

¿Acaso actuaba así por el beso? Para él, no había significado nada, solo una distracción momentánea, pero parecía que para Karina había sido diferente.

— Dúchate conmigo —Pidió Karina con una sonrisa, sus ojos brillando con una mezcla de provocación y deseo. Se preguntaba si debía acceder a su petición, consciente de las implicaciones y complicaciones que eso podría traer.

A pesar de la tentación, mantenía sus reservas, sabiendo que su relación con Karina ya era lo suficientemente complicada sin añadir más matices a la ecuación.

— Sal y vístete —Ordenó Jungkook con tono seco, activando una vez más su mecanismo de distanciamiento. Ella volvió a cruzar una línea invisible, y él la detenía sin concesiones —Se te acabó el tiempo.

Karina hizo una mueca de decepción, sintiendo cómo la esperanza se desvanecía. Lo escuchó salir del baño, dejándola sola. Resignada, volvió a sumergirse bajo el agua, permitiéndose disfrutar un momento más del calor y la tranquilidad que ofrecía. Sin embargo, el sonido de la puerta del baño abriéndose de nuevo la sacó de su ensueño. Sonrió en silencio, pensando que Jungkook había cambiado de opinión y había regresado.

— ¿Pensaste en mi oferta? —Exclamó humorística.

Su sonrisa se desvaneció rápidamente cuando la puerta de cristal de la ducha se deslizó, revelando a Bang Chan con una expresión burlona y fría en su rostro. La presencia de Bang Chan la hizo sentirse vulnerable e incómoda. Instintivamente, Karina intentó cubrirse, cruzando los brazos sobre su pecho y encogiéndose ligeramente para proteger su desnudez.

WALLS┃HYUNJIN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora